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mash
03/07/2014, 12:07
UNOS DÍAS POR EL NORDESTE DE SEGOVIA

Por motivos familiares este 2014 hemos salido poquísimo con nuestra querida Gudrula (nombre cariñoso con el que llamamos a la AC).

Como solo disponíamos de 3 jornadas de estos interminables días de junio decidimos hacer lo que vulgarmente se conoce como un cercanías. Tenemos la suerte de residir en una bellísima localidad (Riaza) con unas zonas próximas dignas de visita, la conocida como comarca del Nordeste de Segovia, una zona con unos pueblos muy desgarrados por la despoblación.

Salimos muy de atardecida para pernoctar en las praderas de la Ermita de Hornuez, una delicia para todos los sentidos, llegamos sobre las 9 de la noche y nos dió tiempo para hacer una estirada de piernas y charlar con algunos rezagados de la romería que acababa de finalizar. Hacia bastante frío pero con un polar nos apañamos. Aunque pensábamos cenar viendo la luna llena, al final tuvimos que hacerlo dentro por lo desabrida que estaba la noche

Después de dormir, eso si, como los ángeles, la mañana se levantó esplendida, luminosa, fresca y cálida a la vez, ese día que elegirías para que hiciera si te tocase vivir una situación como la de Bill Murray en Atrapado en el tiempo. Después de un opíparo desayuno-almuerzo, nos dimos un paseo entre las hermosas sabinas de Hornuez que regenera los sentidos, una gozada. Vermut, comida y posterior siesta para ya por la tarde acercarnos hasta Montejo de la Vega de la Serrezuela -vaya nombrecito-, en el límite con la provincia de Burgos, donde quedamos con unos amigos para cenar juntos unas chuletillas de cordero al sarmiento de quitar el hipo, antes nos tomarnos unos chatos de vino en la bodega subterránea de mi colega. Montejo como todos los pueblos de la ribera del Duero son amables con el visitante, dispone además de un par de tiendas donde avituallarse y también un par de bares donde incluso puedes comer. Es la puerta de entrada al Parque Natural de las Hoces del río Riaza, yo aparqué junto al río, en el parking de la casa del Parque y por la mañana recogí información sobre la ruta (hay determinadas fechas que por anidamiento de buitres no permiten libremente el tránsito por sitios concretos, por eso es necesario ilustrarse debidamente). Nos acercamos dando un agradable paseo hasta la Peña Portillo (unos 8 km ida/vuelta) y poder observar la enorme cantidad de aves rupícolas que hay en el Parque Natural (se dice que existe el mayor número de buitres leonados de toda Europa). Para comer nos acercamos a la localidad de Aldeanueva de la Serrezuela donde en el restaurante Señorío de la Serrezuela comimos estupendamente, como suele ser habitual, además como haga buen día hacerlo en su fabuloso jardín. Ya por la tarde nos acercamos a dormir junto a la localidad de Corral de Ayllón, a unos 500 metros hay una laguna junto a un área recreativa, otra noche que dormimos espectacularmente bien. Para estos menesteres es donde el sentido de una autocaravana adquiere su máxima expresión. En este pueblo se come un excelente cordero asado en Casa Pablito.

Por la mañana nos dimos otro merecido paseo y luego nos acercamos a comer con otros amigos a la agradable localidad de Fresno de Cantespino, aquí tienen una especialidad que diría casi que nacional: las codornices guisadas en el Restaurante las Cubas, no dejéis de probarlas previo encargo que no siempre hay. Además merece la pena subir a ver las vistas desde la Ermita de Santo Cristo de la Cerca en la colina que corona el caserío y hacer una visita al alfar de Juan Carlos Martin, antes lo llevo muchos años su padre Sebastián y poder adquirir menaje de barro de muy buena calidad y mejor precio. Yo tengo algunas piezas desde hace más de 30 años y ahí siguen, asando de todo.

Después de comer nos retiramos prudentemente a nuestra casa, hicimos escasos 150 kilómetros, saludamos a amigos, comimos muy bien y disfrutamos de lo lindo. Más no se puede pedir.


(Miguel Ángel Saldaña Hernández-mash)