Hola a todos. La verdad es que esto que relato sucedió el año pasado, pero no se porque, no lo he puesto por aquí. Pensaba que igual había sido un hecho puntual. Pero el otro día, comentándolo con unos amigos, nos dijeron que lo pusiéramos por aquí para que sirva de advertencia. Y eso hago.
Llegamos a Horadour sobre media mañana ( el pueblo destruido que se conserva tal y como quedó cuando terminó la II guerra mundial). Entramos a visitarlo y cuando salimos era la hora de comer. Como el parking estaba totalmente lleno y con coches entrando y saliendo constantemente, decidimos poner rumbo al área que había en esa población, por aquello de estar más tranquilos.
Seguimos las indicaciones y llegamos al área , muy chula y tranquila. Estacionamiento junto a unos columpios que allí había y les dijimos a las niñas (12 y 8 años) que se saliesen a jugar mientras preparabamos la comida. Eso hicieron y se bajaron y empezaron a tirarse por el tobogán y a jugar.
A los 6 o 7 minutos decido salir a ver como se lo están pasando ( nunca nos gusta perderlas de vista por mucho tiempo).
Cuando salgo, giro la autocaravana ( los columpios estaban en el otro costado), y las veo jugando tranquilamente. En ese momento giro la cabeza y veo cruzando la carretera un tío, calvo y vestido con un abrigo largo y negro ( hacia un calor del carajo). Mediría sobre 1.90 o asi . Y pesaría unos 120 o 130 kg. Miro a las niñas. Miro al tío. Miro a las niñas.... y veo que va directo a ellas. Eso en dos segundos. Me plantó delante del pavo con los brazos cruzados, haciendo de barrera entre las niñas y él. Intentaba esquivarme pero yo siempre estaba pegado a el y de barrera. El tenía los ojos fijos en las niñas. A mi no me miró en ninguna ocasión. Su objetivo eran las niñas.
Parece que era mudo pues empezó a propinar gritos. Señalaba a mi peque (8 añitos) y se señalaba él. A continuación se señalaba a sus partes. Y otra vez volvía a hacerlo. Y alargaba el brazo para cogerla. Les di una voz a las niñas. Que se metieran e la autocaravana y que cerrasen por dentro.
Comenzó entonces a darle vueltas a la autocaravana. A mi no me miró en ningún momento. Como si no estuviese. Tampoco respondía a mis palabras ni hacia ademán de escucharlas.
En una de esas vueltas, aprovechando que el estaba en el otro lado, abrí la puerta del habitáculo y me fui derecho a la cabina. Me senté en el asiento del conductor e introduje la llave en el contacto.
El tío este ahora hacia por asomarse a las ventanas. Proferia unos gritos terribles y se daba unos puñetazos tremendos en la cabeza.
Yo esperaba que se cansa se y se fuese. Pero no era así. Se plantaba delante de lasu ventanas, alzaba los puños y gritaba de rabia. También se pegaba una y otra vez en la cabeza.
En una de estas vi que se habia alejado unos metros y vi la oportunidad. Arranque y nos fuimos echando leches.
Todo ocurrió muy deprisa. Prácticamente no me dio tiempo a nada. Amigos a los que les contamos el caso me decían que tenia que haberle abierto la cabeza. Ganas no me faltaron la verdad... pero había que entender la situación. Un país extranjero. En caso de agredir a una persona, si había lesiones mayores, que iban a hacer allí mi mujer y mis hijas si intervenía la policía. ... en fin quise evitar problemas en lo posible y mi prioridad siempre fue defender a mi familia como fuese.
Espero que esto no se haya vuelto a producir con otra gente y que sólo fuese un hecho aislado. No perdáis de vista a vuestros hijos. El peligro está donde menos nos esperamos.
Llegamos a Horadour sobre media mañana ( el pueblo destruido que se conserva tal y como quedó cuando terminó la II guerra mundial). Entramos a visitarlo y cuando salimos era la hora de comer. Como el parking estaba totalmente lleno y con coches entrando y saliendo constantemente, decidimos poner rumbo al área que había en esa población, por aquello de estar más tranquilos.
Seguimos las indicaciones y llegamos al área , muy chula y tranquila. Estacionamiento junto a unos columpios que allí había y les dijimos a las niñas (12 y 8 años) que se saliesen a jugar mientras preparabamos la comida. Eso hicieron y se bajaron y empezaron a tirarse por el tobogán y a jugar.
A los 6 o 7 minutos decido salir a ver como se lo están pasando ( nunca nos gusta perderlas de vista por mucho tiempo).
Cuando salgo, giro la autocaravana ( los columpios estaban en el otro costado), y las veo jugando tranquilamente. En ese momento giro la cabeza y veo cruzando la carretera un tío, calvo y vestido con un abrigo largo y negro ( hacia un calor del carajo). Mediría sobre 1.90 o asi . Y pesaría unos 120 o 130 kg. Miro a las niñas. Miro al tío. Miro a las niñas.... y veo que va directo a ellas. Eso en dos segundos. Me plantó delante del pavo con los brazos cruzados, haciendo de barrera entre las niñas y él. Intentaba esquivarme pero yo siempre estaba pegado a el y de barrera. El tenía los ojos fijos en las niñas. A mi no me miró en ninguna ocasión. Su objetivo eran las niñas.
Parece que era mudo pues empezó a propinar gritos. Señalaba a mi peque (8 añitos) y se señalaba él. A continuación se señalaba a sus partes. Y otra vez volvía a hacerlo. Y alargaba el brazo para cogerla. Les di una voz a las niñas. Que se metieran e la autocaravana y que cerrasen por dentro.
Comenzó entonces a darle vueltas a la autocaravana. A mi no me miró en ningún momento. Como si no estuviese. Tampoco respondía a mis palabras ni hacia ademán de escucharlas.
En una de esas vueltas, aprovechando que el estaba en el otro lado, abrí la puerta del habitáculo y me fui derecho a la cabina. Me senté en el asiento del conductor e introduje la llave en el contacto.
El tío este ahora hacia por asomarse a las ventanas. Proferia unos gritos terribles y se daba unos puñetazos tremendos en la cabeza.
Yo esperaba que se cansa se y se fuese. Pero no era así. Se plantaba delante de lasu ventanas, alzaba los puños y gritaba de rabia. También se pegaba una y otra vez en la cabeza.
En una de estas vi que se habia alejado unos metros y vi la oportunidad. Arranque y nos fuimos echando leches.
Todo ocurrió muy deprisa. Prácticamente no me dio tiempo a nada. Amigos a los que les contamos el caso me decían que tenia que haberle abierto la cabeza. Ganas no me faltaron la verdad... pero había que entender la situación. Un país extranjero. En caso de agredir a una persona, si había lesiones mayores, que iban a hacer allí mi mujer y mis hijas si intervenía la policía. ... en fin quise evitar problemas en lo posible y mi prioridad siempre fue defender a mi familia como fuese.
Espero que esto no se haya vuelto a producir con otra gente y que sólo fuese un hecho aislado. No perdáis de vista a vuestros hijos. El peligro está donde menos nos esperamos.
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