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mash
07/08/2015, 11:02
Dos semanas enteras partiendo por el eje el mes de junio, nos permitió conocer una zona que siempre nos había atraído, de hecho nuestros vecinos, por varios costados son curiosamente de distintos puntos de la provincia de León, y comparten ese singular orgullo de ser leoneses. Yo, además al ser del signo zodiacal Leo, pues como que me siento también cercano.

Iniciamos nuestras andanzas un domingo a primera hora (7 de junio de 2015), y la verdad es que lo teníamos claro clarísimo, comernos unos cangrejos de río en la localidad de Herrera de Pisuerga, donde acaban de inaugurar un área, con aún poca sombra pero muy bien situada, junto al camping cerrado según nos dijeron, por discrepancias en las adjudicaciones municipales.

Al lado del área está el Aula del Cangrejo de Río, junto al Río Burejo, como ese mismo día se abría la veda pues no pudimos darnos el capricho en el aula, dirigiéndonos al bar restaurante Pisuerga (teníamos referencia por un programa de televisión regional “El Arcón”), no está muy detallista el sitio pero la verdad es que entre pecho y espalda cayeron 3 raciones de unos extraordinarios cangrejos, bien regaditos de un rosado Cigales.

Dormir tranquilos y solos, una maravilla, como lo que hemos hecho casi siempre en estas vacaciones.

Levantarnos y llegar a Posada de Valdeón, ya en la provincia León, buen área, precio 8 euros con luz, se paga en el Ayuntamiento la estancia. Nosotros nos quedamos 2 noches. Siempre he tenido un especial respeto a esta localidad pues uno de los árboles de mi jardín es un tilo negro que me trajo el vecino de estas tierras, una rameja que planté con pocas expectativas de futuro y que hoy en día es una de mis alegrías.

Bajar en AC a Caín de Valdeón es para valientes o para expertos, yo no soy lo uno ni lo otro. La solución me la facilitó un forero que me dió el teléfono de un taxista de Caín que nos recogió en Posada a las 9 de la mañana y tras parar en una curiosa trampa que hay para lobos (chorco de los lobos se denomina), nos dejó en el mismo camino del desfiladero del Cares, lo que se conoce, y con mucha razón, la Garganta Divina.

Debo confesar que mi forma física dista bastante de ser presentable, pero como conozco mis limitaciones nos pusimos como meta llegar hasta donde entendiéramos y vuelta para atrás. En total la Garganta tiene 12 km, por tanto, en ida y vuelta ya nos metemos en palabras mayores. Llegamos hasta la mitad, una parada, agua, unas chocolatinas, y vuelta a Caín, en total 4 horas. Sobre el desfiladero está todo dicho y la verdad es realmente bello, como no hizo mucho calor y tampoco había mucha gente por ser martes, fue una gozada. Comimos muy bien, dimos una vueltecilla por el pueblo y ya en taxi regreso hasta Posada. Llegué hecho un cromo, estoy seguro que mis huesos llegaron más molidos que los de Sancho Pancha después del manteo en la venta. A las 8 de la tarde ya estaba echándome la siesta del carnero que me duró hasta las 10 de la mañana del día siguiente. Qué bueno es tener una autocaravana y sobre todo una esposa comprensiva.

Al día siguiente nos acercamos a conocer Riaño que siempre lo pasamos de refilón, nuevo pueblo de colonización que sustituyó al viejo Riaño, ahora bajo las aguas del pantano. Charlando con unos paisanos nos dijeron que habían salido perdiendo en el cambio. Fuimos a ver el museo etnográfico pero estaba cerrado, así como el embarcadero, lástima, otra vez será. Eso sí comimos espléndidamente en el restaurante del Hostal Sainz, buena comida y mejor precio. De aquí nos fuimos al pueblo de Boñar, famoso por sus nicanores. El pueblo está feo y bastante abandonado, el cierre de las minas de talco ha sido una de sus puntillas. El pobre Olmo (negrillón le llaman aquí) hecho trizas. El área de Ac está situada en un espléndido sitio, junto al rio Porma, en el Soto, zona recreativa y deportiva, me gustó.
La siguiente jornada la dedicamos a conocer las Cuevas de Valporquero, pasando las hoces de Vegacervera y subiendo por una empinada carretera. A mí me gustaron, una hora y media en un hábitat totalmente diferente, nos dijeron que se habían rodado varias películas del estilo Viaje al Centro de la Tierra. Como no podía ser menos nos acercamos al pueblo de Valporquero a probar su famosa cecina de chivo, me llevé la sorpresa de que estaba guisada, excelente propuesta en el Mesón La Cocinona. Después de la siesta arrancamos y por algunas carreteras totalmente desiertas llagamos a Pobladura de las Regueras, una localidad que ha sufrido mucho con el tema de la minería, hay un área excelente junto al circuito permanente de Trial, y un bar muy agradable para tomar un chato. Estuvimos y dormimos muy bien, eso sí nosotros solos.

Ya tocaba entrar en el Bierzo y conocer su capital, Ponferrada, tantas veces la he rozado y nunca había parado en ella. El caso viejo, aunque muy pequeño es muy chulo, buenos bares para tapear y tomar unos Mencias que es el tinto del bierzo, y con calles muy agradables, junto al precioso castillo templario cuya visita no debe uno perderse. Muy interesante la colección de copias de Códices medievales, la mayoría de ellos fueron expoliados y se encuentran en variados rincones del mundo. También una excelente exposición de la obra El Señor de Bembibre del autor romántico Enrique Gil y Carrasco, del que desconocía incluso su existencia y viajando por el Bierzo he visto la importancia del mismo. Para dormir en Ponferrada junto al albergue de peregrinos nos juntamos dos noches varias Ac,s y algunas camper, sin problemas y muy cerca del centro histórico.

Desde siempre tengo intención de conocer la iglesia mozárabe de Santiago de Peñalba, en la localidad de Peñalba de Santiago, en pleno valle del Silencio, el problema surge porque me han dicho que la carretera es muy estrecha y yo no soy especialmente mañoso, por lo que decidí alquilar un coche para ir a visitarla. En Avis de Ponferrada no alquilan los fines de semana y la iglesia por estar en reformas solo abre los fines de semana, por tanto habrá que esperar a la siguiente vez. Me conformé por tanto con visitar (aunque me costó ir dos veces) a la cercana Iglesia de Santo Tomás de las Ollas, una delicia también mozárabe. También nos acercamos a ver Cacabelos (bonita calle central que forma parte del camino de Santiago), subimos al cerro de Castro Ventosa con una excelente vista de toda la hoya del Bierzo y visitamos el pueblo de Villafranca del Bierzo, dejamos la AC junto al castillo y la recorrimos a pie que es como hay que hacerlo, muy elegante, excelentes iglesias, en la de Santiago había otra exposición de la vida de Enrique Gil y Carrasco, luego la calle principal estupenda. También nos acercamos a ver el bonito pueblo de Molinaseca en pleno camino de Santiago y comimos unas cerezas extraordinarias, nada que envidiar a las del valle del Jerte. Buen parking para pasar la noche.

Seguimos viaje y llegamos al lago de Carucedo, formado por los estériles de las cercanas minas de las Médulas, dormimos en el parking del centro de recepción de visitantes de las Medulas, el pueblo está muy majo y el espacio que ya conocía de antes me volvió a sobrecoger.

Iniciamos ya el regreso visitando con un poco de detalle Astorga, que siempre conocíamos de pasada. Una visita al Palacio Episcopal obra de Gaudí y a la Catedral compensan y mucho, y por supuesto acercarnos al cercano pueblo de Castrillo de los Polvazares, totalmente vacío si vas fuera del horario comercial como fue nuestro caso.

Comimos los dos días en el fantástico restaurante La Peseta, uno de ellos el famoso cocido maragato y el segundo unos garbanzos con cocochas y un congrio al ajo arriero estupendos, bien regados con prieto picudo, típico rosado de León. Los postres de fantasía. Luego nos pertrechamos de chocolates y mantecadas en una de las múltiples tiendas que se dedican a la venta de estos productos

Aunque el área está bien equipada y vigilada contantemente por la Policía, junto a la Plaza de Toros, yo la vi lejana y algo descuidada, y lo peor fue que al estar junto al centro de mantenimiento de la carretera, hay bastante ajetreo desde primeras horas de la mañana. El parking junto a la muralla me dió impresión de ser buen sitio para dormir aunque he leído que en determinadas fechas se hace por la cercanía botellón, algo que no me atrae especialmente.

Iniciamos el regreso a casa y hacemos una parada en la capital León, que aunque hemos estado varias veces es una ciudad que nos encanta. Volvimos a hacer la visita cultural que tanto enamora, es decir la hermosa Catedral gótica con sus impactantes vidrieras y la Colegiata de San Isidoro de León, es curioso cómo ha virado el objeto principal de la visita a esta maravilla del románico, si hasta hace poco las pinturas murales del Panteón de los Reyes acaparaba principalmente las miradas hoy es una curiosa copa, la de Doña Urraca es la que se lleva el gato al agua, ya que según recientes estudios podríamos entender que estamos ante el Santo Grial, la verdad es que la explicación histórica de la reliquia es muy interesante. Muy cerca del área que hay en la ciudad está el Convento de San Marcos, cuya visita es muy recomendable, además ver los diferentes usos que se ha dado al edificio -en la actualidad es Parador Nacional- emociona, llegó a ser hasta campo de concentración en la posguerra. León tiene además algo realmente fantástico y no es otro sino el barrio conocido como el Húmedo con cerca de 150 bares con sus correspondientes tapas, ideal para tomarse unos prieto picudo con sus tapas, también se ha puesto de moda el barrio Romántico, por la zona de la Colegiata.

Tampoco pudimos dejar de visitar la iglesia mozárabe del desaparecido Monasterio de San Miguel de Escalada, aunque está bastante abandonada, la sensación que se tiene es para vivirla, una fantástica galería porticada y algunas ventanas en herradura que impresionan y por último nos acercamos a visitar el cercano Monasterio de Gradefes, si bien solo pudimos ver la preciosa iglesia pues el conjunto monacal solo está abierto al público (turismo dicen las monjas) los fines de semana y no era el caso. Dormimos muy bien donde nos indicaron unos paisanos, cerca de las piscinas municipales (N 42º 37´22 – W 5º 13´24).

Por fin una parada técnica en Medina de Rioseco donde nos tomamos unos excelentes pinchos en la Mejillonera de Roque y por la tarde ya en casa dimos por terminada la excursión.

Hicimos unos 1300 km, y nos hemos dejado más de la mitad de la provincia por conocer, así tenemos la excusa perfecta para volver a estas estupendas tierras porque lo pasamos muy bien.

Miguel Ángel Saldaña Hernández (mash)

chogori
07/08/2015, 11:29
Estupendo relato y magnifica forma de viajar.

Saludos!

JUANJETE
07/08/2015, 12:16
Buen relato compañero, este verano seguiré tus pasos.
Saludos desde Córdoba
Juanjo

CAZURRO
07/08/2015, 12:49
:icon_aplausos::icon_aplausos::icon_aplausos:..... ..........Perfecto......como siempre!!!

mash
07/08/2015, 13:08
Muchas gracias a ti, que me guiaste por algunas zonas
menuda tierra teneis por ahi