Macedonia, un pequeño pais en los balcanes

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  • JAVIER.F
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    • 11 may, 2009
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    • Pamplona

    Macedonia, un pequeño pais en los balcanes

    Esto es un pequeño relato (con algunos apuntes prácticos) del viaje de este verano por Macedonia. Me sorpredió gratamente este pais y espero poder transmitirlo.


    MACEDONIA, UN PEQUEÑO PAIS EN LOS BALCANES.

    Cuando planeamos el viaje del verano e incluimos a Macedonia en nuestro periplo, éste era un destino bastante desconocido. Un ejemplo, la chica de la correduría de seguros que nos tramitó un seguro médico para ese país, incluso nos preguntó si estaba en Europa. Así que a principios de Agosto partimos hacía un país poco conocido en general y regresamos cuando Macedonia había estado presente en todos los telediarios. No hemos tenido que explicar donde habíamos estado, todo el mundo sabia perfectamente donde se encontraba Macedonia. Pero resulta triste pensar, que la lección de geografía se ha producido a costa de reflejar el sufrimiento de cientos de personas. En cuanto a nuestro viaje en si, pensábamos centrarnos más en Macedonia que en otros lugares, pero nuestro tiempo era limitado y una vez allí tuvimos que recortar algunas visitas. A pesar de todo, lo que pudimos conocer fue suficiente para quedar más que satisfechos y sobre todo para no descartar volver en otra ocasión. Nuestro plan de viaje era cruzar a Grecia en ferry desde Italia y una vez en el país heleno llegar a Macedonia. La vuelta la realizaríamos por tierra, esto es Serbia, Croacia, Eslovenia etc. Pero antes teníamos que recoger a nuestros hijos de Inglaterra, para ello buscamos el aeropuerto –de camino- que se adecuará a nuestros planes. Primer problema; nuestros hijos volaban desde Londres un sábado y ese mismo día zarpaba un ferry desde Venecia. Los horarios no encajaban y tuvimos que descartarlo. El siguiente barco que encontramos disponible salía el martes de Ancona. Nos decidimos por éste y planifique –esto fue de mi cosecha- unos días en los Dolomitas, en concreto en la zona de Cortina d´Ampezzo. La montaña es una de mis grandes aficiones y si cerca de donde estoy existen montañas, pues de cabeza.
    Buscamos el vuelo que más encajaba por precio, horario y cercanía a Cortina y nos decidimos por Innsbruck. El día programado, nuestros hijos aterrizaron en la ciudad austriaca bajo -en su caso atravesando- una tormenta de impresión. Los siguientes dos días los dedicamos a hacer un poco de monte y a escuchar las historias “británicas” de nuestros hijos. Finalmente el martes estábamos situados frente a la rampa de embarque del ferry que nos iba a llevar a Grecia.
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  • JAVIER.F
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    • 11 may, 2009
    • 259
    • Pamplona

    #2
    A primera hora de la mañana desembarcamos en Igoumenitsa. Volvemos a encontrarnos con el calor y la intensa luminosidad de Grecia. Abandonamos el puerto y por la autopista nos encaminamos hacía el norte.

    La percepción de la situación del país es extraña. Tengo la impresión de observar menos movimiento de vehículos, en comparación con lo que recordaba de anteriores visitas a Grecia. En la autopista prácticamente circulábamos “cuatro coches”, porque camiones de gran tonelaje apenas vimos dos o tres. Igual fue casualidad. Pero el IVA es del 23% y el litro de diesel rondaba el euro veinte, cuando en Austria había llenado el depósito a 1,10 Euros el litro. Por supuesto el poder adquisitivo –no digamos de liquidez de moneda- entre los austriacos y los griegos es significativamente inferior en estos últimos. En definitiva daba un poco de pena, que se acrecentó cuando llegamos al norte. En concreto a Kastoria, un pueblo donde su turismo siempre había sido mayoritariamente nacional. Multitud de segundas residencias y de alojamientos se encontraban cerrados en pleno agosto. Las terrazas situadas junto al lago, estaban desiertas o con escasa ocupación. Lo dicho, daba bastante pena ver aquella situación.

    Kastoria es denominada por los propios griegos, como uno de los pueblos más bonitos de Grecia. Su emplazamiento se encuentra en una península que se adentra en el lago. Bordear caminando toda la península es absolutamente recomendable, o por lo menos hasta el monasterio “Moni Panagias”. Lo visitamos solos y además gratis. Tampoco es que sea una cosa impresionante, pero el lugar, al lado del lago, y el paseo hasta llegar allí merece la pena. Si además disfrutas de la observación de unos pelícanos, pues eso completa la excursión.

    En Kastoria existe un parking de pago (tipo hora) en el centro, donde también es posible pernoctar. Sus coordenadas son N 40º 31´ 13´´ E 21º 15´ 42´´. Nosotros aparcamos allí por el día, pero nos fuimos a dormir a un pueblo (más bien urbanización) pegado a Kastoria, se llama Chloi. Allí en una calle de casas unifamiliares pasamos la noche fenomenalmente. Las coordenadas son N 40º 32´29.41´´ E 21º 15´49.45´´.

    El plan inicial era entrar en Macedonia desde Grecia, para visitar Bitola camino del lago Ohrid. Examinamos el Tom-Tom y el mapa; los kilómetros y el tiempo previsto de viaje para llegar hasta el lago Ohrid, eran menos a través de Albania. ¿pero las carreteras como estarían?. La verdad es que ya no me sorprenden ciertas carreteras y cruzar Albania tampoco me disgustaba. Así que optamos por hacer unos ciento y pico kilómetros a través de Albania y desde allí cruzar a Macedonia.

    Después de una carreterita griega con el asfalto lleno de parches, llegamos a la frontera. Una fila considerable de vehículos aguardan para cruzarla. Delante de nuestra autocaravana se encuentra un desvencijado Mercedes, con por lo menos 30 años a sus espaldas. Un poco antes de llegar le había dejado adelantarme, indicándole con los intermitentes que no venía nadie de frente. Un albanés de negro bigote, desciende del vehículo y se aproxima a mi ventanilla. Con gestos, porque él no hablaba ni papa de inglés, me indica que me dirija a la cabina para autobuses, en esos momentos vacía. Le hago caso y adelanto a unos treinta vehículos. Cuando llego, el policía griego me mira extrañado. Sin dejarle que me diga nada, le muestro rápidamente los pasaportes. Ni siquiera los coge con la mano, observa que somos españoles y con un gesto me pide continuar.


    Unos metros más adelante nos esperan los albaneses. Tres policías están sentados junto a una cabina-garita, uno de ellos se levanta y me ordena aparcar. Su aspecto es un poco “dejado”. La camisa sustenta en la zona abdominal una generosa barriga y sus andares son “cansinos”. Sin decir palabra me señala otra cabina. Allí dos personas hacen cola para realizar los trámites. Junto a dicha caseta se encuentran aparcados un par de coches, no tienen conductor, así que supongo que serán de los que están con el papeleo.


    Con la documentación de la autocaravana, la carta verde y los pasaportes me dirijo a cumplir las formalidades. Isabel, junto con nuestros hijos, me esperan en la autocaravana. Desde la ventanilla me observan, mientras algunas personas tratan de cruzar andando y los policías les increpan para que se den la vuelta. Un “conseguidor” revolotea por la zona, pero ni me molesta, supongo que no debo representar negocio para él. Isabel después me dijo que le dieron ganas de sacarme una foto desde la autocaravana, porque la imagen era hasta graciosa. Pero la presencia de los policías y el lugar le dieron respeto.


    Cuando me toca el turno me coloco junto a la ventanilla. Lo que veo dentro me produce una agradable sorpresa. Me atiende una mujer –policía o funcionaria de fronteras- de unos 25 años, guapa, amabilísima y que hablaba un perfecto inglés. Si giro la cabeza puede ver a los tres policías masculinos, observando el aleteo de las moscas o realizando prospecciones nasales, que diferencia.
    La chica me pregunta si es la primera vez que vengo a Albania. Ante mi respuesta afirmativa, me pide disculpas porque entonces se va a demorar un poco, ya que tiene que registrarnos a todos, incluida la autocaravana. A ésta última le que puso más interés en todo el papeleo que a nosotros mismos. Luego sospeche que podía ser por cualquier cuestión relacionada con posibles robos o ventas fraudulentas.

    En este intervalo van llegado más vehículos, sus ocupantes se bajan y acabo formando una pequeña cola. Los “atareados” policías masculinos ni se inmutan y por supuesto continúan desparramados sobre sus sillas.

    El albanes que me aconsejó “colarme” en la aduana griega, ha llegado también y me pregunta, dispuesto a ayudarme ,“¿Problem?. Con una sonrisa le digo que todo “OK”.


    IMG_3826.JPGIMG_3822.JPGIMG_3827.JPGIMG_3832.JPGIMG_3830.JPGCuando la chica albanesa empieza con el trámite de los pasaportes, me pide que por lo menos venga la “mother”, ya que me dice, con una sonrisa, que dejarnos pasar sin vernos “no esta bien”. Le hago una seña a Isabel para que se acerque. Como mi mujer habla inglés mucho mejor que yo, se pone a charlar con la joven aduanera albanesa. Al final nos devuelve toda la documentación, deseándonos un buen viaje y que disfrutemos de Albania. No se como esa chica estaba en aquella aduana de segunda categoría, por su preparación, amabilidad y atención, debería ser por lo menos la Directora de Fronteras que pusiera firmes a todos los indolentes como los existentes en aquel lugar.

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    • JAVIER.F
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      • 11 may, 2009
      • 259
      • Pamplona

      #3
      Una vez superada la frontera empezamos a recorrer kilómetros por Albania. La zona por donde transitamos es totalmente rural y atravesamos pequeños pueblos. En todos ellos se observa que el desarrollo ha pasado de largo o todavía no ha llegado. Los medios mecánicos para los trabajos del campo, son escasos o inexistentes. Cuando veo carros tirados por animales circulando por la carretera, regresan a mi mente los recuerdos de Rumania.

      Sin embargo, una cosa que nos sorprende de verdad son los bunkers. Mazacotes de hormigón que aparecen próximos a la carretera o en lugares donde es difícil comprender su utilidad. El régimen comunista que existió en Albania, sembró el país de “defensas” frente a una hipotética invasión exterior. Ahora son un anacrónico recuerdo de aquellos años.

      El Tom-Tom tiene una información limitada de Albania, así que vamos completando el trayecto con el mapa, aunque éste es también un poco básico y algunas carreteras ni aparecen. El problema surge cuando llegamos a un cruce y un cartel indica seguir una estupenda carretera recién asfaltada para ir a Macedonia (o unos caracteres parecidos al nombre de ese país). El Tom-Tom, sobre un fondo absolutamente blanco y sin señalar que allí exista ningún cruce, parece que nos manda por una carreterita estrecha y por supuesto con un asfalto absolutamente degradado (esto mi familia lo califa como un eufemismo para decir que aquello es “un camino de cabras lleno de agujeros”).


      Tres albaneses sentados en la terraza de un decrepito bar nos contemplan, somos la atracción del día. No me queda otra que ir y preguntar. Cuando bajo de la autocaravana, dispuesto a llegar hasta el establecimiento, un coche de policía surge por la carretera y le hago señas. Se detienen a mi lado y dos policías me miran con interés. Pronuncio el nombre de Macedonia, intentando que se parezca al escrito en el cartel de la carretera. Sonrientes me señalan la carretera recién asfaltada. Luego con los dedos –ya que desconocían cualquier otro idioma distinto al suyo, que conste que lo intente hasta en español-, me informan de los kilómetros que faltan hasta la frontera, según ellos unos veinte.


      No me quedo muy convencido, esa distancia no me cuadra, pero seguimos por donde nos han indicado. A los tres kilómetros paró –el tom-tomo lleva un rato diciendo que demos la vuelta, porque según él vamos campo a través-. Examino el mapa y llego a la conclusión de que 1a carretera por donde circulamos puede ir hasta Macedonia, pero no al paso fronterizo que nosotros buscamos sino a otro. Media vuelta.

      Volvemos a pasar por la cantina de carretera y frente a los tres albaneses, que estoy seguro que comentaron “están locos estos españoles”. Sobre todo cuando enfilo el camino donde se mezclan asfalto, tierra y agujeros a partes iguales. Afortunadamente trascurridos un par de kilómetros la calzada mejora, por lo menos los agujeros desaparecen y se puede circular más cómodamente.
      Avanzamos lentamente, ya que las travesías de los pueblos y la carretera ralentizan la conducción y cubrir 20 o 30 kilómetros se hace largo.

      Cerca de la frontera con Macedonia llegamos a un pueblo de cierta entidad, tiene incluso hasta algún semáforo. Por el contrario el trafico tanto de personas –que cruzan la calle por cualquier sitio- y de vehículos –que hacen lo mismo- es denso y caótico. Pero con calma en la conducción y sin maniobras bruscas, se supera sin problemas. Una cosa que he observado en países con este tipo de trafico anárquico, es que nuestro vehículos, a parte de resultar curiosos, ocasionan en algunos conductores –sobre todo de coches- un cierto respeto. Creo es debido al tamaño, una capuchina vista de frente tiene una altura de 3 metros, casi es como la cabina de un trailer. Bueno, esto no deja de ser una teoría, que posiblemente puede ser desmontada y que yo mismo he visto quebrase en algunas ocasiones. Pero en la mayoría de los casos, los conductores de los turismos se han contenido y nos han respetado algo más.


      Finalmente alcanzamos la frontera con Macedonia. Tras superar la aduana albanesa sin problemas, nos situamos ante las cabinas de los macedonios. Justo encima de las mismas se sitúa su llamativa bandera, un sol lanzando rayos en todas las direcciones, sobre un fondo rojo.
      Esta vez hacemos la cola con el resto de los vehículos, pero la lentitud de los trámites hace que la fila avance muy lentamente.

      Cuando finalmente nos llega el turno, sin bajarnos de la autocaravana, presentamos todos los papeles al policía de fronteras. El tipo ya me dio mala espina, tenía un aire de autoridad mal llevada, mezclada con una intransigencia de escuela. De su boca sale una frase tajante “Green card invalid”. Se me ocurre preguntar “Why?”, pero la respuesta no se produce. Sale de la cabina y me ordena apartarme de la fila, a la vez me señala con firmeza donde estacionar la autocaravana. Todo ello en un tono de voz lo suficientemente alto para que le escucharan sus compañeros. Si la situación no fuera tan seria, era para reírse de sus gestos, pero…


      Con los pasaportes, la documentación del coche y la “carta verde” en las manos del eficaz policía, Isabel y yo le seguimos hasta el edificio principal. Allí se aproxima a quién debe ser su superior y le explica nuestra irregularidad. Cuando termina, regresa a su puesto en la cabina. El superior deposita los pasaportes y la documentación del vehículo en una mesa, para centrarse en la “carta verde”. Tras unos instantes se dirige a nosotros en inglés y nos explica lo que pasa.


      Este tema de la “carta verde” es una cuestión que todos deberíamos tratar con nuestras compañías de seguros, si os ocurre lo mismo que os voy a contar. Aquel policía me estaba diciendo lo que yo había pensado cada vez que veía la carta verde.

      Las compañías en cada renovación del seguro remiten la carta verde, que la mayor parte de las veces no difiere de la del año anterior. En ese documento no se señala el periodo que comprende su cobertura, sino que queda condicionada al recibo anual del seguro. En mi carta verde viene impresa una frase sobre el documento, a modo de imitación de un sello estampillado con un tampón, que dice: “No valido sin el recibo bancario”. Además en español, cuando ese documento lo vas a utilizar en cualquier sitio menos en España.

      El problema era esa frase y que “No valido” en español no difiere mucho del inglés. El policía nos decía que le estábamos mostrando un documento que alguien había estampillado como no válido.

      En cierto modo respiré. Unos años atrás en Montenegro nos pasó algo parecido. Aquella vez el país no estaba incluido en mi carta verde, porque ya no formaba parte de Serbia y mi compañía de seguros no había actualizado esa situación. La solución fue pagar 15 Euros y contratar un seguro para un mes.
      Así que en esos momentos, el mal menor sería algo parecido. Pero no nos resignamos y replicamos. Le traducimos la frase entera, sobre todo el tema del “recibo bancario”. Luego le mostramos el documento del banco, menos mal que era el Banco Santander y el policía al parecer lo conocía, ya que asintió con la cabeza. Luego en el mismo recibo le mostramos el nombre de la compañía, Allianz, también conocida y finalmente el periodo de cobertura. El policía, todo hay que decirlo, era una persona educada y bastante comprensible. Pensativo mira todo lo que le hemos dicho, luego nos pide un minuto y se coloca frente al ordenador. Desde donde estamos vemos la pantalla perfectamente y observamos que busca el traductor de Google, a continuación introduce la dichosa frase de la carta verde y la traduce a su idioma. Después de leer la traducción se levanta y nos dice que de acuerdo que no hay problema, podemos entrar en Macedonia.

      IMG_3838.JPGIMG_3839.JPG

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      • JAVIER.F
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        • 11 may, 2009
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        • Pamplona

        #4
        El Lago Ohrid es nuestro primer destino en Macedonia. Este lago es el más grande de los Balcanes, tiene unos 30 Kilómetros de largo y 15 de ancho. Se encuentra a 700 metros de altitud, por lo que las noches son agradables en verano. Le rodean montañas de hasta 2500 metros y tiene –según dicen- 365 iglesias y capillas en sus orillas. Por esta razón también lo llaman el “Jerusalén de los Balcanes”. A esto hay que unir la transparencia de sus aguas y las playas de sus riveras. Aunque también es justo señalar que en algunos sitios, debido sobre todo a la vegetación de sus orillas, esa transparencia no su produce en toda su intensidad. Por estas razones fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.

        Después de conocer estas virtudes, es lógico pensar que la zona es el destino preferido de vacaciones de los macedonios y turistas de algunos países limítrofes. Aunque nunca tuvimos la sensación de muchedumbres visitando los lugares más turísticos del lago. Viajeros “occidentales”, pocos. Coincidimos con un grupo de españoles, que iban en un viaje organizado por una agencia de viajes malagueña muy especial, “Viajes de película”. La agencia, con una clientela fiel a lo largo de los años, les preparaba anualmente viajes a lugares poco frecuentados por el turismo en unos casos y otros más “clásicos”. Ese verano tocaba Macedonia. A pesar de que no pudimos hablar mucho con el responsable de la agencia y que a la vez ejercía de guía, me pareció una persona competente y de trato muy agradable.


        En el lago teníamos pensado instalarnos en un sitio fijo y desde allí realizar las visitas. Las referencias que poseíamos eran de cuatro campings y algún parking o lugar para pernoctar. Un par de campings eran grandes y los otros dos minicampings, estos últimos eran de particulares que habían adecentado una parcela. Los “mini” estaban ambos en la rivera Oeste del lago -muy próximos uno del otro- y los grandes al norte y en la orilla Sur-este, respectivamente.


        Como llegamos desde Albania, los primeros con los que nos toparíamos eran los minicampings. Cuando vimos ambos, nos decidimos por el Sunrise. Estaba en la orilla del lago, con una playa de piedras y un espigón de cemento, hierba en la zona de acampada y un pequeño bar-restaurante. El dueño era agradable y su precio estaba en 10 Euros la noche, electricidad incluida. Por ese precio ni lo pensamos, uno de los parkings que teníamos anotado estaba en los 6 Euros y el resto aunque eran sin coste, tampoco tenían servicios y nuestra idea eran pasarnos cuatro días en el lago. Uno de ellos de medio “tumbing”.


        Sus datos y coordenadas:

        Minicamping:

        1.- Camping Sunrise. Una sola pega en este magnifico lugar, la carretera está pegada al camping y el trafico, aunque no es elevado, existe. Por lo demás un sitio estupendo y barato. N 41º09´37´´ E 20º39´01´´.

        2.- Camping Rino. N 41º9´17´´ E 20º39´4´´


        Los grandes:

        1.- Autocamp AS (junto a Struga, en la orilla Norte). N 41º10´12´´ E 20º42´27´´

        2.- Camping Gradiste (en la carretera de Ohrid al monasterio Sveti Naum, orilla Sur-Este). N 40º59´48´´ E 20º48´1´´

        Parkings:

        1.- Pueblo de Ohrid: Aparcamiento de autobuses (a unos quince minutos andando del centro), sirve para la visita al pueblo de día. También creo que es posible pernoctar. Alrededor de 6-8 Euros (no estaba muy claro el precio para las Autocaravanas). N 41º06´23.32´´ E 20º48´38.18´´

        Junto al parking anterior existe una zona deportiva con polideportivo cubierto, estadio de atletismo con campo de fútbol y unas pistas de tenis. Entre el pabellón y campo de futbol hay un aparcamiento. También junto a las pistas de tenis es posible aparcar más discretamente y desde allí, por un camino de tierra, se llega al parking de autobuses. Nosotros usamos esta zona deportiva un par de días para visitar Ohrid y hacer un poco de deporte. No se cobra el aparcamiento. N 41º06´21.75´´ E 20º48´53.39´´


        2.- Al lado del pueblo de Ohrid, en una playa. Parking de un restaurante. N 41.03521 E 20.80465.

        3.- Parking del Monasterio de Sveti Naum: De día unos 2 Euros. N 40º54´55´´ E 20º44´44´´


        4.-Pueblo de Struga, en la orilla norte del lago: Calle a medio urbanizar (vimos una autocaravana estacionada y pernoctando). N 41º 10´21.80´´ E 20º 39´57.97´´


        También en Struga, aparcamiento en la parte trasera de un hotel medio abandonado. N 41º 10´19.73´´ E 20º 42´20.19´´


        Visitas:

        Monasterio de Stevi Naum: En la orilla sur del lago y pegado a la frontera con Albania. Para llegar hasta él se puede ir por carretera o a través del lago. Un barco sale desde el pueblo de Ohrid y atraca en el mismo monasterio. Esta es una buena opción, siempre y cuando el barco no vaya atestado de gente, como algunos de los que vimos llegar hasta el monasterio. Aunque la alternativa terrestre no es precisamente un recorrido relajante en cuanto a la conducción, tiene a su favor que el paisaje compensa con creces las incomodidades. Son unos 25 kilómetros desde Ohrid pueblo, por una carretera que termina siendo estrecha y que en ningún momento deja de trazar curvas.

        A pesar de las dificultades o incomodidades para llegar hasta el monasterio, merece la pena sin dudarlo. Toda la orilla Este del lago es una zona preciosa, llena de un verdor que termina en el mismo borde del agua. Lo comentamos entre nosotros varias veces. Si ese lago estuviera en cualquier otro país, digamos más rico, seguramente las carreteras estarían impecables, existirían carriles bici o caminos en sus riveras para pasear, los bares y restaurantes con terrazas ofrecerían vistas espectaculares etc.. Sería, sin duda, un destino paradisíaco Por el contrario perdería su aspecto “más natural y salvaje”. Es el eterno dilema, que no siempre es fácil de responder.


        Un poco antes de la entrada al recinto donde su ubica el monasterio, cobran el estacionamiento. Cuando se llena el pequeño aparcamiento que está asfaltado, un extenso terreno de hierba y tierra sirve de segundo parking. Se puede pernoctar allí, porque los cobradores desaparecen a última hora de la tarde.


        El monasterio en sí, se encuentra en un pequeño acantilado sobre el lago Ohrid, pero existe un perímetro que bordea el enclave monástico y que constituye el recinto “turístico”. En cuanto se supera la puerta de piedra de acceso a este recinto, es como pasar de la noche al día. A un lado quedan un par de tiendas y restaurantes desangelados y algo desvencijados, junto con esa falta de limpieza pública del lugar; y al otro lado surgen unos inmaculados jardines, una hilera de cuidadas tiendas de recuerdos, bancos públicos de cara al lago y una magnifica playa. Más adelante se sitúan dos restaurantes con terrazas a la playa y a un río que desagua en el lago. Increíble. Pero esto va a ser una situación que se repetirá en otras ocasiones. A pesar de ello, creo que es una muestra de sus deseos por mejorar, están “poniendo bonito” aquello que consideran necesario para su imagen. Aunque en frente de lo “nuevo y lujoso” se situé un decrepito, ruinoso y sucio lugar. Por algún sitio tienen que empezar y solo han comenzado a dar los primeros pasos.


        Caminamos hacía el monasterio y nos topamos con unos novios. Han llegado en una barquita hasta el embarcadero y van a hacerse unas fotos. La imagen de la novia pasando a tierra desde el bote, sin que el vestido se le enganchara o se fuera al agua, tuvo un buen número de espectadores. En uno de los restaurantes hay unas mesas junto al río llenas de adornos-un poco horteras, todo hay que decirlo- del tipo celebración de boda, por lo que seguramente tendrían previsto comer allí.

        Continuamos hasta las escaleras que llevan al monasterio. Traspasado un portalón tipo castillo, se accede a un patio interior donde su sitúa una pequeña la iglesia. Detrás de ella existe un mirador sobre el lago. Visitamos la iglesia donde está enterrado el santo y observamos los frescos que relatan su vida. Escuchamos las explicaciones en español, ya que allí nos encontramos con el grupo de malagueños y su guía.

        Después, en el mirador sobre el lago, charlamos con ellos. No se quién estaba más sorprendido de ver compatriotas en aquel lugar, si ellos o nosotros, pero cuando conocieron que habíamos llegado hasta allí en autocaravana, les pareció asombroso. Su pregunta fue cuanto tiempo llevamos viajando. Ellos habían volado en avión hasta Sofia y después iban a recorrer Macedonia en autobús. Les dije que cuando te desplazas en avión pierdes la perspectiva de la distancia, piensas que estás al otro lado del mundo y realmente tampoco estás tan lejos. Una situación parecida nos sucedió con un grupo de españoles en Efeso-Turquia, cuando subimos a nuestra autocaravana; y con otro de cruceristas en Kotor-Montenegro, cuando les cedimos el paso para que cruzaran la calle. En ambos casos ver una matricula española, les resultaba sorprendente y hasta inverosímil.


        Pasamos un buen rato contemplando el lago Ohrid desde el mirador del monasterio. Lo recomiendo.


        El tiempo se nos pasa volando y se hacía tarde para comer, habíamos visto los precios de los restaurantes y estaban bastante bien. Así que decidimos probar. Empezamos a comprobar que Macedonia “todavía” es un país barato. El turismo al ser principalmente autóctono, hace que los precios sean acordes a su nivel económico. Dos entrantes para picar entre todos, cuatro segundos, dos cervezas, dos postres y un par de capuchinos, nos salio sobre 25 Euros.

        La tarde la dedicamos a las tiendas de recuerdos. Allí descubrimos unas perlas que sólo existen en el lago Ohrid y que se venden hasta con denominación de origen. ¡Se me olvidaba¡ existe en el monasterio una colonia de pavos reales que deambulan por los jardines. Están bastante acostumbrados a los humanos, pero ninguno desplegó su cola de coloridas plumas.

        Tras la sesión de tiendas pasamos a la playa, donde estuvimos hasta que el sol dejo de calentar. El regreso, a pesar de la carretera, se me hizo hasta agradable. Había sido un día redondo.

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        • jan
          Usuario
          • 13 oct, 2006
          • 2402

          #5
          Hola JAVIER.F bonito relato, me recuerda tanto a Romania , sigo el hilo
          con el tiempo aprendes que disculpar qualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes

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          • JAVIER.F
            Usuario
            • 11 may, 2009
            • 259
            • Pamplona

            #6
            Jan es verdad, Romania también estuvo bien . Siguiendo con el relato...


            Los días que pasamos en el lago Ohrid fueron en cuanto al tiempo meteorológico, inmejorables. Sol y calor soportable durante el día y una temperatura a la noche aceptable. Uno de los días tuvimos una tormenta al final de la tarde, por lo que aún refresco más durante las horas nocturnas.


            En los momentos de reposo en el camping y mientras repasaba el plan del viaje, con mapas, libros, apuntes y algo de internet. Descubrí que existía una ruta más adecuada que la realizada por nosotros, para llegar a Macedonia. Esta era: Desde cualquiera de los puertos italianos de Bari, Ancona ó Trieste y utilizando la compañía de ferries “Adria”, llegar a Durres en Albania. Una vez en tierras albanesas, la distancia hasta los alrededores del lago Ohrid es de unos 180 kilómetros. Si alguien quiere centrarse sobre todo en Macedonia, quizás esta ruta sea más adecuada.


            Continuando con las visitas; desde el puerto del pueblo de Ohrid, zarpan barcos de diferentes tamaños que realizan excursiones por el lago. Incluso hay pequeñas barquitas que se pueden contratar sin compartir pasaje. Las excursiones son variadas. En el mismo puerto y junto al paseo se pueden ver los diferentes barcos y trayectos.


            Un recorrido corto por el lago, pero interesante, es ir desde el mismo puerto hasta la iglesia de San Juan Kaneo. También se puede llegar andando desde Ohrid, pero hacerlo por agua permite observar, desde otra perspectiva, el pueblo y el promontorio donde se localiza dicho templo.

            Creo que la iglesia de San Juan Kaneo es una de las más fotografiadas de Macedonia, aparece en casi todas las guías, mapas de carreteras o folletos turísticos. La verdad es que se encuentra en un lugar excepcional, lo tiene todo, está encima de un pequeño acantilado a la orilla del agua y prácticamente se puede observar desde allí la totalidad del lago. Además la construcción no desentona para nada con el entorno. Su visita es imprescindible.


            La iglesia de San Juan Kaneo es anterior al imperio otomano, se cree que del S. XIII, así que conociendo a los que camparon por aquellos lares desde esa fecha, es una autentica superviviente. El arquitecto, aunque es desconocido, se le nota influenciado por el estilo de las iglesias armenias, sobre todo en su techo. En su interior existen varios frescos, tanto en paredes como en la cúpula. En todos los sitios se la califica como la iglesia más bella de Macedonia, pero insisto a ello también ayuda el entorno.

            Cerca del acantilado donde se levanta la iglesia y al lado del embarcadero donde atracan los barcos que llegan hasta el templo, existe una diminuta playa. Debido a lo reducido del espacio –y a pesar del espigón y el propio embarcadero- no es fácil “poner la toalla”. Un grupo de abigarradas casas pegadas a la ladera y situadas al borde del lago, envuelven las piedras que componen la playa. Los restaurantes y los chiringuitos terminan por darle el toque playero. Si hay suerte o no es “hora punta”, el sitio es muy agradable para darse un baño y tomar algo.

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            • Agusti r 100
              Usuario
              • 12 ene, 2008
              • 3855
              • CAT

              #7
              Muchas gracias por el relato !!! Los Balcanes son una perla llena de contrastes
              Queremos mas

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              • matrix
                Usuario
                • 23 feb, 2007
                • 2153
                • L´HOSPITALET (Barcelona)

                #8
                Que maravilla de relato!! gracias por compartirlo-
                No sufro de locura, la disfruto a cada instante.

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                • JAVIER.F
                  Usuario
                  • 11 may, 2009
                  • 259
                  • Pamplona

                  #9
                  La parte vieja de Ohrid se localiza en la ladera de una colina coronada por un castillo. Toda esta zona se encuentra limpia y cuidada al máximo, estamos hablando de un conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad. Por lo que les interesa mantenerlo en buen estado de conservación. Sin embargo las construcciones modernas adyacentes están más descuidadas. Volvemos a ver enfrentados el día y la noche.

                  La información turística –in situ- sobre los puntos a visitar, se circunscribe a una pequeña caseta al lado del puerto y otra en la avenida de entrada al pueblo. Allí únicamente tienen un pequeño folleto, con un mapa de los puntos más interesantes.


                  Comenzamos la visita tomando la calle donde se encuentran las casas de los comerciantes. Estos buscaban situarse próximos a las lindes del pueblo, para de ese modo facilitar la llegada y la partida de sus mercancías. Los edificios tienen una planta baja de piedra y encima se asientan dos alturas de blancas fachadas con ventanas de madera. Dichas plantas superiores sobresalen formando un alero sobre la inferior. Las calles son estrechas y los tejados de las viviendas en algunos casos casi se tocan. El suelo está pavimentado con losas de piedra y resulta muy agradable pasear por esas callejuelas.


                  Después de recorrer el barrio de los mercaderes, se llega a una plaza donde se ubica la iglesia de Santa Sofia. La construcción de su parte principal data del Siglo XI y se inicia a raíz de la conversión oficial del Imperio Búlgaro al cristianismo. Después llegaron los otomanos y la convirtieron en mezquita, cuando la influencia turca desapareció volvió a su adscripción original. En su interior se han conservado unos frescos de los siglos XI, XII y XII que muestran el esplendor que alcanzó la pintura bizantina.
                  El exterior de la iglesia con sus jardines etc. se encuentra muy cuidado. Junto al templo existen varios restaurantes, en realidad por toda la zona vieja no hay problema para encontrar un lugar donde comer o tomar algo.

                  Desde la plaza se puede iniciar la ascensión hasta el castillo y en el camino detenerse un momento en el antiguo teatro de Ohrid. Su peculiaridad es el origen griego, ya que el resto de los existentes en Macedonia corresponden a la época romana. Como todos los teatros, ya sean griegos o romanos, la acústica es perfecta. Esto es una cosa que siempre me ha sorprendido, ¿como podían conseguir que los sentados en el “gallinero”, escucharan perfectamente a una persona que hablaba sin gritar desde decenas de metros más abajo?


                  Este teatro, primero se utilizó dentro de lo que podía denominarse una programación cultural, pero luego los romanos se pasaron a los “realitys shows” de la época, que les molaba más. Esto es, desde luchas de gladiadores a soltar unas fierecillas para que se entretuvieran con unos señores llamados “cristianos”. En definitiva, sangre a porrillo.


                  Todo esto, parece ser, que disgustaba mucho a los ciudadanos de Ohrid, ya que llegaron a odiar con toda su alma el teatro reconvertido en circo. Cuando el Imperio Romano se fue al garete, los macedonios no se comportaron tipo Atila, no dejando piedra sobre piedra; ni como unos depredadores, llevándose todos los materiales para construir sus casas, muros etc, ¡sino que lo enterraron! Además lo hicieron a conciencia, puesto que no se supo más del teatro hasta el siglo XX, cuando durante los trabajos de construcción de una casa, empezaron a aparecer grandes bloques de piedra y estatuas del dios griego Dionisio –patrón del teatro-. Los operarios de la construcción fueron sustituidos por arqueólogos y poco a poco el milenario monumento griego volvió a ver la luz.


                  En la actualidad el teatro es testigo de todo tipo de espectáculos culturales y por su escenario han pasado desde el ballet del Bolshoi hasta Jose Carreras.

                  Continuando por la cuesta que lleva hasta el castillo, es posible detenerse en la puerta norte de la muralla que protegía Ohrid. Junto a ese acceso existe un aparcamiento que tiene espacio suficiente para ACs. Sus coordenadas son N 41º 06´54.49´´ E 20º 47´41.49´´

                  Poco antes de llegar a la puerta de la fortaleza, un desvío permite llegar hasta el monasterio de San Pantaleón, cuya construcción se atribuye a San Clemente (discípulo de Cirilo y Metodio, los de la escritura cirílica). El santo quiso que el lugar fuera un centro de enseñanza y por ello es considerada la primera universidad eslava. Llego a tener más de cuatro mil estudiantes. San Clemente fue enterrado en una cripta del monasterio.

                  El monasterio cuando los turcos aparecieron por allí sobre el siglo XV, para no faltar a la costumbre, lo convirtieron en mezquita. En la actualidad, junto al templo, se construyen unos edificios que albergaran la futura universidad de Ohrid.

                  Después de la pausa en San Pantaleón, proseguimos el camino. No hace excesivo calor, debido sobretodo a la brisa que sopla, pero el sol tiene fuerza. Las murallas se observan casi al lado y el castillo de Samuel, que así se llama la fortaleza, se alza sobre la colina que domina Ohrid.


                  Durante el primer Imperio Búlgaro en la Edad Media, Samuel de Bulgaria estableció la capital en Ohrid y alzó el actual castillo. Posiblemente lo hiciera sobre una antigua fortificación de la época de Filipo II de Macedonia, del siglo IV antes de Cristo.
                  La fortaleza actual fue restaurada en el año 2003, por lo que está bastante bien conservada, aunque todavía existen algunos trabajos sin concluir. Un paseo por la ronda de sus murallas permite observan la mejor panorámica del pueblo y el lago de Ohrid. Nos pasamos un buen rato en aquel lugar, disfrutando de la brisa y la magnifica vista que desde allí se contempla.

                  Tras el recorrido “cultural” pasamos al “comercial”. En el puerto se iniciaba una calle –a la que habían echado el ojo las partes interesadas- de nombre Boulevard Makedonski y que albergaba una tienda tras otra. El aire de la avenida era más tipo bazar, ayudado por la existencia de algún minarete. Dicen que Oriente y Occidente convergen en Estambul, pero en una pequeña plaza que atravesaba la calle comercial, pude observar una imagen muy significativa. A un lado se alzaba una iglesia ortodoxa y enfrente lo hacía una mezquita. Dos culturas y dos religiones separadas por unos pocos metros. En los Balcanes creo que se produce una mezcla cultural y religiosa como en pocos lugares del mundo.
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                  • JAVIER.F
                    Usuario
                    • 11 may, 2009
                    • 259
                    • Pamplona

                    #10
                    Alguna foto más.
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                    • JAVIER.F
                      Usuario
                      • 11 may, 2009
                      • 259
                      • Pamplona

                      #11
                      Después de unos días en el lago Ohrid, nuestros siguientes destinos en Macedonia se situaban en el norte del país.

                      Tras de un nuevo examen entre días disponibles y lugares interesentes, nos vuelve a surgir el eterno dilema. Ver las cosas con un punto de pausa o a la carrera. Mi idea inicial era conocer la zona del Parque Nacional de Mavrovo y cumplir con el apartado montaña en Macedonia. Eso significaba unos tres días más o menos. También había que tener en cuenta las carreteras, que en apariencia y sobre el mapa no estábamos hablando de “generales”. Así que el tiempo necesario para recorrerlas era una incógnita.

                      Finalmente optamos por dejar para otra ocasión esa zona de montaña.
                      Por si le puede resultar interesante a alguien, a grandes rasgos el recorrido planeado era el siguiente:

                      Desde Struga en el norte del Lago Ohrid, tomar la carretera 418 en dirección a Debar. Desde allí continuar por la 409 en dirección al monasterio de Stevi Joan Bigorski a las puertas del Parque Nacional. El monasterio tenia muy buena pinta, sus coordenadas son N41º 37´12.01” E20º 36´33.50”.

                      En el pueblo de Mavrovo, junto al lago del mismo nombre, y donde se encuentra el Centro de Información del Parque Nacional, tenia anotadas unas coordenadas para posible pernocta; N 41º 39´06.55” E20º 44´08.27”. En ese Centro supongo que tendrían información sobre los senderos y recorridos por la zona. En el pueblo durante el invierno, se puede practicar esquí en la estación más importante de Macedonia. Por lo que posiblemente algunos remontes estarán abiertos en verano para uso turístico.


                      Si se viaja en Julio, en las aldeas de Lazaropole y Galicnik -dentro del mismo Parque Nacional-, se celebran unas bodas tradicionales que atraen a multitud de visitantes.


                      Volviendo al recorrido real, dejamos atrás las aguas del lago y por la carretera que une Ohrid con la capital Skopje, nos encaminaos hacía el norte. Esta vía está sufriendo una importante trasformación, en un futuro será autopista. Pero en aquellos momentos su trazado sufre unas imponentes obras. Los esfuerzos se centran en superar una zona montañosa y enlazar con la parte ya construida de la vía rápida que viene desde Skopje.

                      Después de unos cien kilómetros por una carretera con bonitos paisajes montañosos y muchos agujeritos en el asfalto, llegamos a una llanura cerca de la ciudad de Gostivar. Parece que vamos a decir adiós a las curvas y al firme una y mil veces parcheado. Una autopista nos espera con los brazos abiertos. La realidad fue que las curvas sí que desaparecieron, aunque lo del asfalto…

                      La autopista era barata, pero el tramo hasta Tetovo, la ciudad a la que nos dirigíamos, tenía de vez en cuando unos traicioneros agujeros en el asfalto. Así que resultaba arriesgado circular a velocidad de autopista. En cualquier momento podía aparecer alguna de estas trampas, por lo que meter la rueda a demasiada velocidad en uno de esos baches, era jugarse el neumático.


                      Unos kilómetros antes de Gostivar y de allí en adelante, se encuentra la región donde la minoría albanesa de Macedonia es mayoritaria. Las banderas que ondean en los pueblos que cruzamos son las águilas albanesas y no el sol macedonio. Casi el 30 % de la población total del país es de origen albanés.


                      Llegamos a Tetovo. La autopista pasa junto a la urbe y en unos minutos nos enfrentamos a la típica ciudad con ese pequeño punto caótico en la circulación. Se percibe que la población es mayoritariamente musulmana y de origen albanés. No hemos cruzado ninguna frontera, pero en unos kilómetros el paisaje cultural y religioso ha cambiado por completo.


                      Nuestro principal objetivo en Tetovo, era la denominada Mezquita “Pintada”. También teníamos previsto la visita al “Arabati Baba Tekke”, el último monasterio derviche en funcionamiento del país. Aunque este último no era del todo seguro, dependería del tiempo que empleáramos en la visita a la mezquita y las ganas del grupo.


                      La mezquita “Pintada” tiene unas peculiaridades que la hacen especial y a la vez única, vaya por delante que nos impactó a todos. El nombre de “pintada” le viene … bueno solo hay que verla. Si empezamos a referir sus singularidades hay que empezar por los artesanos que la pintaron. Estos no eran musulmanes, sino cristianos. Artistas que habían trabajado en iglesias y monasterios, por lo que su decoración destila un aire distinto al de cualquier mezquita. El exterior es sorprendente y el interior maravilloso.


                      Otra singularidad es que su construcción no fue financiada por sultanes, pachas etc., sino por dos hermanas y en 1459. Fue lo que hoy llamaríamos una iniciativa privada, que si ya era excepcional en aquella época, más lo era que fueran dos mujeres las se embarcaran en semejante reto. Esto dice mucho de la personalidad que debían tener aquel par de damas, además de dinero por supuesto. En el jardín que rodea el edificio religioso, se levanta un mausoleo donde están enterradas las dos hermanas.


                      Una última curiosidad de la mezquita es que no tiene cúpula externa a la vista, simplemente se aprecia una cubierta de tejas. Sin embargo en el interior si que es posible contemplar una cúpula.


                      Las pinturas de la mezquita no fueron encargadas por las hermanas, sino que posteriormente, en 1833, un rico “empresario” del lugar, financió una profunda reforma con ampliación del edificio incluida. Entre las trasformaciones previstas se encontraba pintar el edificio. Este magnate era un hombre cosmopolita e intento plasmar en la mezquita los estilos de moda en aquellos tiempos en el resto de Europa.


                      La autocaravana circula por las calles de Tetovo, entre coches, furgonetas, motos, bicicletas y algún peatón. Es fantástico, todo se mueve aparentemente sin tener muy en cuenta el código de circulación, pero funciona. Por supuesto llamamos la atención en cada semáforo o cruce donde nos detenemos. Pero siempre los es por mera curiosidad y evidentemente con corrección y amabilidad.


                      El problema que tiene la mezquita, que ya lo conocíamos, es que el aparcamiento es dificultoso y más para una autocaravana. No existe un lugar especifico para poder aparcar -véase parking de pago-. No es una atracción turística, sino un edificio religioso en uso y que como cualquiera de nuestras iglesias se encuentra en una calle. Es un templo más.

                      Las coordenadas que teníamos de la mezquita eran N 42º 00´18.87” E 20º 58´00.69”. Es la calle donde se sitúa, luego es cuestión de buscar un sitio para estacionar.

                      Según nos aproximábamos al “ha llegado a su destino”, voy observando la calle y la posibilidad de aparcar. Los vehículos están desordenadamente colocados paralelos a la “acera” y en algunos casos en doble fila. A lo lejos intuyo la mezquita y milagrosamente descubro un hueco entre dos coches, donde cabe perfectamente la autocaravana. Rápidamente me coloco en posición de “este sitio es mío”. Isabel baja para ayudarme con la maniobra. Inicio la marcha atrás y miro por el retrovisor sus indicaciones. A la vez veo como de un café cercano ha salido toda la clientela -por supuesto masculina- y como algunos viandantes se paran a contemplar el ORNI (Objeto Rodante No Identificado) que acaba de aterrizar. Tampoco le quitan ojo a Isabel, supongo que por la actitud autoritaria a modo de “guardia de la circulación”.


                      Nunca había tenido tanto público en una maniobra de aparcamiento, así que pienso que como la cague me voy a coronar. Muy despacio, y a la primera, coloco la autocaravana junto a la acera. Ha sido un trabajo limpio y no he rozado, ni de lejos, a los otros dos coches. Fuerte suspiro.

                      Una vez con los pies en la acera, o a lo que se le asimila, ya que está bastante perjudicada. Nos encaminamos hacía la mezquita, situada casi enfrente de donde hemos aparcado. Antes descubrimos una panadería y decidimos entrar a comprar algo de pan. Una chica de no más de 18 años y vestida con una especie de chador, que solo dejaba ver su cara enmarcada por la tela del pañuelo, nos atiende con una sonrisa. Pensábamos que tendríamos que recurrir a las clases de mímica para entendernos, pero la chica sabía los números en inglés. Eso unido a alguna palabra que también conocía, nos permitió una mínima comunicación. La chica se la veía encantada de tratar con nosotros. Supongo que luego se pavonearía ante la panda de varones del café.


                      Cruzamos la avenida y observamos de más cerca el edificio “pintado”, es sorprendente. Cuando entramos en el recinto, contemplamos la decoración tan singular de la mezquita. Su fachada parece que ha sido cubierta con el reverso de unos naipes, cuyo colorido destaca por encima de todo. Verde, negro, granate, marrón… dicen que se usaron 30.000 huevos para fijar mejor la pintura a las paredes. La técnica pictórica utilizada en la fachada, buscaba que ésta tuviera la apariencia de estar realizada en mármol.


                      Después de contemplar los exteriores de la mezquita, el mausoleo de las hermanas y los jardines, nos aproximamos a la puerta de acceso al edificio religioso. Varias personas salen del interior, por su aspecto han debido concluir con la oración. Entonces nosotros nos descalzamos, Isabel se pone un pañuelo en la cabeza y entramos. Cuando traspasamos el umbral nos quedamos boquiabiertos. Una única sala rectangular aparece decorada con esmeradas pinturas con motivos florales, fuentes y paisajes. El conjunto es completamente distinto al de la mayoría de las mezquitas.

                      Estamos solos un buen rato disfrutando de esa maravilla. Después salimos al exterior y damos una vuelta por alrededores. Junto a la mezquita, y al otro lado del río –o riachuelo-, se asientan unos Baños turcos. En la actualidad ya no tienen dicho uso y me pareció que se utilizaba como sala de exposiciones.


                      El pequeño paseo nos sirvió para observar nuevamente la existencia de marcados contrastes; belleza deslumbrante junto a descuido y suciedad manifiesta.


                      En el camino de regreso a la autocaravana planteamos la posibilidad de ver el monasterio derviche o continuar a la Garganta del Matka. Después de explicar lo que había en la garganta, el sector joven no tuvo duda. Así que tuvimos que dejar para otra ocasión a los derviches.

                      Las coordenadas del “Arabati Baba Tekke” son: N42º 00´10.02” E20º 57´27.34”
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                      • JAVIER.F
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                        • 11 may, 2009
                        • 259
                        • Pamplona

                        #12
                        Después de la visita a la mezquita y sus alrededores, regresamos al lugar donde habíamos dejado estacionada la autocaravana, para comprobar que la clientela del café-bar continuaba guardando con celo nuestro vehículo. No le quitaban ojo.

                        Abandonamos Tetovo entre el populoso trafico humano y automovilístico y enseguida nos encontramos de nuevo en la autopista. El tramo entre Tetovo y la capital, está en perfectas condiciones. Así que los pocos kilómetros que nos separaban de nuestro siguiente destino, los recorrimos sin casi darnos cuenta. La autocaravana se deslizaba placidamente sobre el liso pavimento y ningún lamento se escuchaba en su interior.


                        Tomamos la salida de la autopista hacía las gargantas del Matka y nada más abandonar la vía rápida, regresamos de golpe al incomparable asfalto macedonio. Al que además se le sumo un trazado de salida y entrada a la autopista, que dudo hubiera pasado un liviano examen de seguridad vial. Quiero pensar que la maquina y el par de camiones estacionados en el lugar, lo eran para iniciar la modificación de esos viales.

                        Junto a esta salida de la autopista y en la carretera hacía la garganta, se encuentra el lago Treska, es un algo artificial, y tiene la única señal en toda Macedonia con el anagrama de una autocaravana. Indica un lugar de estacionamiento y “área” para nuestros vehículos, en realidad es un parking junto al lago. Parece un posible sitio de pernocta, pero no puedo dar muchos detalles, ya que no lo utilizamos. Sus coordenadas son N 41º 59´20.31” E 21º 18´58.81”.

                        Continuando por la carretera y después de atravesar un par de pueblos, nos vamos acercando a la garganta. La zona, por su proximidad a la capital, es un lugar de esparcimiento y excursiones de los macedonios. Por lo que los fines de semana -y más en verano- está hasta la bandera, nosotros lo sospechábamos, pero….

                        Los coches aparcados en el borde la carretera van proliferando cada vez más, aún faltaba un trecho hasta el punto que tenía señalado en el Tom-Tom, pero observando la cantidad de vehículos y gente en general, en cuanto viera un sitio, iba a aparcar en plan “yo lo he visto primero”. El hueco con espacio suficiente para la autocaravana apareció de pronto y después de colapsar la carretera mientras realizaba la maniobra, marcha atrás, aparque sacando parte del voladizo sobre un terraplén. Este lugar tenia las siguientes coordenadas: N 41º 57´39.69” E 21º 17´46.69” y el aparcamiento anotado, que es plenamente válido si no es un día festivo es N 41º 57´32.55” E 21º 17´43.69”


                        Con la autocaravana estupendamente aparcada, sobre todo si la comparábamos con algunos coches estacionados en lugares casi inverosímiles, comenzamos a caminar por la carretera en dirección al inicio de la garganta propiamente dicha. Justo debajo de la presa que retiene las aguas del río, se inicia un sendero que asciende hasta la parte superior del muro. Allí, ya en llano, se alcanza lo que podría denominarse el “centro logístico de la garganta”. En un pequeño remanso entre las aguas del río y las verticales paredes de la garganta, se asienta la iglesia-monasterio de San Andrés, un restaurante con terraza y unos embarcaderos desde los que parten los kayaks y las barcas a motor.

                        La garganta de Matka tiene varias iglesias y monasterios en sus alrededores. Uno bastante impresionante, por su ubicación, es el de San Nicolás. Se encuentra colgado en la ladera situada enfrente del “centro logístico”, al otro lado del río. Tenia la idea de ascenderlo después de darles a mis hijos el capricho de los kayaks, actividad que sustituyó a la visita del monasterio derviche de Tetovo. Para dos adolescentes, la contemplación de los místicos edificios derviches, no tenía ni punto de comparación con dar paladas sobre un trozo de plástico y calarte hasta las trancas.

                        Antes de darle a la actividad deportiva, atravesamos la terraza del restaurante y anduvimos un rato por el sendero que se abre camino en el borde del cañón. La ruta dura unas 4 horas entre ida y vuelta. La primera hora es la más bonita. En la parte final de la garganta se encuentra la cueva Vrelo, para llegar a ella lo mejor es alquilar una barquita a motor y remontar el Matka hasta dicho lugar. Es la excursión que habíamos previsto. Pero mis hijos pensaron que podía hacerse en Kayak, Ja, Ja. La pechada de remar que hay que meterse es considerable, así que lo dicho, para visitar la cueva, barquito a motor.


                        Después de mover las piernas pasamos a mover los brazos, alquilamos dos kayak dobles y nos lanzamos a remontar la garganta del Matka. La verdad es que resulta una excursión muy bonita. En cuanto te adentras en el cañón, y sobre todo en los momentos que no te cruzas con ninguna embarcación, respiras una inmensa tranquilidad. Escuchar el siseo del kayak avanzando sobre el agua y a la vez contemplar las verticales paredes del cañón, compensa con creces el esfuerzo que supone remar y el tener parte de la ropa chirriada.

                        Después de devolver los kayaks, regresamos hacía la autocaravana, teníamos la ropa calada y queríamos ponernos algo seco. Era media tarde y sol ya no calentaba tanto. En la rivera del río y en toda la zona había menos gente, por lo que fue un agradable y reconfortante paseo. Tenía la misma sensación que cuando regresas de una excursión montañera, estás cansado pero te sientes feliz.

                        Un último apunte, el recorrido hasta la iglesia monasterio de San Nicolás es absolutamente recomendable. No pudimos realizarla, pero vi unas fotos del lugar y la ubicación del monasterio se las trae. Aunque la ascensión exige un cierto esfuerzo físico, lo que te encuentras arriba y las panorámicas que desde allí se contemplan del Matka son incomparables. El camino se inicia desde un pequeño puente –únicamente para personas-, situado entre los dos puntos de aparcamiento junto a la carretera que he señalado anteriormente. Se cruza el río por dicho puente y desde la otra orilla se comienza la ascensión hasta la iglesia de San Nicolás.


                        Tras una jornada agotadora, mientras atardecía, abandonamos finalmente la garganta del Matka camino de Skopje, la capital de Macedonia.
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                          • 11 may, 2009
                          • 259
                          • Pamplona

                          #13
                          Alcanzamos los alrededores de Skopje caída la noche. Habíamos barajado diferentes opciones para la pernocta en la capital macedonia. Entre ellos varios parkings o el único camping de la ciudad. Al llegar de noche, la opción de pasar dos o tres días en un aparcamiento se enfría, sobre todo debido a que los precios del país no nos habían parecido desorbitados. Pero por otro lado, no tenía buenas referencias del camping y debido a ello, intentaba buscar otras posibilidades.

                          Los potenciales lugares de pernocta o llegado el caso de aparcamiento diurno eran.

                          1.-Parkings de un Centro Deportivo (con parque acuático incluido) y junto a un Hotel de cierto nivel N 42º 00´35.09” E 21º 24´23.67”

                          2.-Parking de pago junto al Hotel Holiday Inn en pleno centro. N 41º 59´39.81” E 21º 26´16.51”

                          3.-Camping Bellevue (a unos diez kilómetros del centro) N 41º 59´45” E 21º 33´02” y dentro de un hotel de la cadena americana Best Western.



                          Finalmente nos decidimos por el camping, sobre todo para poder descansar a gusto y sacar las sillas después de pasar el día pateando la ciudad. También ayudó en la decisión, pensar que por el supuesto precio barato del camping no merecía la pena liarse la cabeza.

                          El acceso al hotel y al camping es el mismo, así que una vez dentro del recinto divisamos al fondo unas autocaravanas y hacía allí nos dirigimos. Empezamos a sorprendernos cuando no vemos una recepción, ni nada por el estilo. El terreno destinado al camping es colindante con los jardines del hotel. A pesar de que las instalaciones parecen correctas, es un lugar un poco extraño, desangelado, resulta difícil explicar la sensación que nos causó. Preguntamos a un par de holandeses acampados donde había algún responsable del camping y nos indican que tenemos que pasar por la recepción del hotel.


                          Después de estacionar la autocaravana en una de las parcela vacías, nos encaminamos hacia la recepción del hotel. Atravesamos una zona de jardín con estanque, mesas junto al agua y lucecitas en plan romántico. Para gustos están los colores, pero a nosotros el estilo en la decoración de esa zona del hotel nos pareció un poco hortera. Además una vez en el edificio, entras en una construcción sobria y funcional. Lo que demuestra que los “decoradores” de las dos partes del hotel, tenían gustos muy diferentes.


                          Finalmente después de deambular un poco, damos con la recepción. La persona que nos atiende da la sensación que pasa un poco del tema camping. Nos lanza el “pack familiar” y termina con el precio, unos 30 Euros por noche. Abrimos los ojos, hemos realizado el cambio mental a Euros y pensamos que nos hemos equivocado. Le pedimos una calculadora y lo convertimos al céntimo. ¡Ah! nos hemos colado son…. ¡29!


                          Para las instalaciones del camping y los precios del país, aquello era bastante caro. Isabel –todo practica- pregunta por la lavadora. En la publicidad del camping señalaba que existía y por ese precio igual hasta estaba incluida sin coste adicional. Si era así, ya me veía limpiando hasta las cortinillas de la autocaravana. La respuesta que recibimos, si no fuera por que el recepcionista lo dijo absolutamente serio y convencido, lo hubiera tomado como una broma. Textual: “La lavadora se rompió hace 15 días y todavía no hemos podido arreglarla”. Comentario por mi parte –también serio- “No parece que tengáis mucha prisa en arreglarla”.

                          Entonces Isabel, dispuesta a sacar rédito de cualquier cosa, le dice al recepcionista que si uno de los servicios que ofrecen no se puede utilizar, nos deberían rebajar el precio. Al empleado del hotel le da un cortocircuito mental. Tras reponerse, levanta el auricular del teléfono y comenta seguramente con su jefe que tiene delante a un par de “incordios” amargándole la noche. Cuando cuelga, nuestra sorpresa es que el precio ha pasado a ser de 21 Euros.

                          Regresamos a la autocaravana, donde nuestros hijos intentan captar un wifi inexistente. Solo funcionaba junto a la recepción del hotel y era bastante justo. Así que para mitigar su cabreo los mandamos a las duchas del camping. Al poco rato vuelven, una sin duchar y el otro jurando en arameo porque se había tenido que desenjabonar con agua fría. Era otra de las sorpresas del establecimiento, los termos eléctricos del agua caliente funcionaban aleatoriamente, unas veces sí y otras no.

                          Mientras cenamos, se aproxima una persona a nuestra autocaravana. Resulta ser el vecino de una camper y que no nos hemos dado cuenta que tiene matricula española. Él nos ha oído hablar –a mi hijo viniendo de la ducha supongo que también gritar- y se acerca a charlar un rato. Viaja junto a sus dos hijos de unos 10-12 años y su pareja. Habían comprado poco antes del verano el vehículo, por lo que estaba eufórico y dispuesto a recorrer los máximos países posibles. Creo que es como cuando se alquila por primera vez una autocaravana y el mapa de Europa se queda pequeño. Conozco una persona que recorrió más países que días de vacaciones. No era el caso de nuestro vecino, pero se le veía encantado con el viaje y su nuevo vehículo. Intercambiamos información, él había visitado ese día Skopje y se marchaba hacía el sur, a Ohrid. Aunque antes quería “pisar” Kosovo y su capital Pristina –unos 80 kilómetros hacía el norte-, por eso de ser un país no reconocido plenamente como tal. Le deseamos buen viaje y un poco de “keep calm”, los viajes además de disfrutarlos hay que saborearlos lentamente.


                          Cuando terminamos de cenar, todo el mundo está ya durmiendo. Estamos agotados, así que desfilamos hacía la cama a paso ligero. Mañana nos espera Skopje y queremos levantarnos temprano para aprovechar el día. Ya veremos.

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                          • Jopeso
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                            • 3 sep, 2014
                            • 1035
                            • Barcelona

                            #14
                            Muchas gracias por deleitarnos con este fantástico relato seguimos esperando la continuación

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                            • JAVIER.F
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                              • 11 may, 2009
                              • 259
                              • Pamplona

                              #15
                              Originalmente publicado por Jopeso
                              Muchas gracias por deleitarnos con este fantástico relato seguimos esperando la continuación

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                              .
                              Muchas gracias. Lo mas gratificante es saber que disfrutais leyendolo.

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