Creo que fue Camilo José Cela el que recomendaba leer los libros “pelándolos como un plátano”, según él un libro había que leerlo empezando por el capitulo uno, “pelándolo” de prólogos, sinopsis, críticas y demás comentarios ajenos a lo que es la obra en si.
Bien, ese quizá fue mi error al preparar nuestro viaje a Marruecos, leí tantos foros, tantos comentarios y escuché tantas historias que llevaba una idea preconcebida totalmente errónea. Y es cierto: cada uno cuenta la feria como le fue en ella.
La primera en la frente: había leído y escuchado tanto sobre la extrema y absoluta seguridad en Marruecos, que me descuidé y la primera noche en suelo marroquí nos asaltaron. Además usaron un “modus operandi” bastante sofisticado, con un cuchillo o similar cortaron el perfil de goma del parabrisas, para luego acuñar el mismo y despegarlo de su apoyo, metiendo la mano por el hueco pillaron lo que pudieron, hasta que mi costilla despertó y al correr la cortina se espantaron, pero eso no fue lo peor, al separar el parabrisas rajó hacia todas partes y encima quedó suelto, de forma que se nos caía y tuve que atarlo con una cuerda de retrovisor a retrovisor, y así hicimos tres mil km. (Confiamos en ti, Zalba Caldú) Y con nosotros durmiendo dentro!
Otro comentario leído varias veces es sobre los perros, alguien comentaba que los consideran “animales impuros” y no les gustan su presencia. Mi pastor alemán de cincuenta kg. fue el rey del mambo. Causó admiración, entusiasmo, respeto, sorpresa, miedo ... nos pedían permiso para tocarlo, para acariciarlo, para tomarle fotos, nos preguntaban el nombre, los niños se arremolinaban para verlo ... tuvo mas éxito que mi hija de 15 años en bikini. Incluso en Larache un paisano trajo a su hembra, pastora alemana en celo y nos pidió permiso para que nuestro perro, Max, la montara. Aquí si que hicimos el peor de los ridículos cuando Max se negó a ello a pesar de los encantos de “Shakira”, aunque lo disculpamos por aquello del calor ...
Antes de la salida, unos amigos nos indicaron que no nos perdiéramos el camping “mas bonito” de Marruecos, el Miramonte de Tánger. Diosmio!!!, la cosa mas sucia, guarra, destartalada y cochina que he visto ... como sería el peor?
En cambio en ningún foro había leído la existencia de los aparcamientos de Mohammed V, lugares donde aparcar la AC, con jardines, agua corriente, duchas con agua caliente, vigilado por la policía día y noche, restaurante económico, bar con terracita, servicio de taxis ... ¡y además gratis!
Y que contar de las jaimas, donde, según algunos conocidos, puedes comer, cenar e incluso dormir a bajos precios ... ni una vimos!
En lo que si acertaron todos los comentaristas fue en el calor, en la costa bastante bien, pero en Marrakech estuvimos a 50 grados, por lo que vivimos la plaza Jema El Fna de día y de noche (cambia totalmente) y salimos disparados para Casablanca, dejando Fez y Meknes para otra ocasión menos calurosa.
En cuestión de comida muy bien, entre los Marjane y tiendas en general te apañas perfectamente.
Otro detalle que nadie me contó, y lo apunto por si me lee alguien que vaya a ir, fue el siguiente: En Larache, pero bien puede ser en cualquier otro lugar, aparcamos en una placita para dormir, a la mañana siguiente nos despertó olor a humo, al salir vimos que delante de cada bar estaban prendiendo brasas, pronto nos llegó el olor a sardinas asadas, así que nos aprestamos a desayunar tan delicioso condumio. Para ello nos sentamos a una mesa y esperamos que nos atendieran, tal y como haríamos en España ... afortunadamente un marroquí que hablaba español nos indicó muy amablemente que debíamos ir primero al mercado, elegir el pescado y traerlo para que nos lo asaran. Así lo hicimos y por el equivalente de dos euros escasos desayunamos una docena de sardinas, pan y abundante té. Esa fue una constante, se come muy barato y bien, aunque tienen la costumbre de asar en exceso la carne, imagino que para evitar contagios, viendo como la conservan. El pescado exquisito.
Las compras son muy cansadas por el regateo, hay que regatear siempre, continuamente, llega a cansar que para comprar un recuerdito mas, haya que estar media hora de tira y afloja. Y al final siempre tienes la sensación de que lo hubieras podido sacar mas barato.
Me habían hablado pestes de las carreteras, francamente he pasado por España por carreteras mucho peores y en cambio las autopistas marroquíes son bastante dignas, aparte de algún susto sin consecuencias como encontrarte una manada de vacas en el arcén, (pero muy bien sabían ellas que no podían entrar a la calzada.) por lo demás sin problemas. Nos sorprendía mucho ver al borde de las carreteras y autopistas a gente parada como si estuvieran esperando algo, pero además muy alejados de cualquier zona urbana. También pasamos por muchas obras de ampliación y adecentamiento de carreteras, dentro de dos o tres años será una delicia.
Mis conclusiones: “Pelar el plátano”, recabar información turística oficial, pero no fiarse demasiado de las experiencias de los demás, rara vez coinciden con las propias. Llevar toda la información turística, allá no saben ni lo que es una Oficina de Turismo.
Creo que me he pasado de longitud, y aún así queda tanto en el tintero ...
En fin, animo a todos los indecisos a cruzar el estrecho, vale la pena. Lo seguro es que nosotros volveremos, algún día.
Saludos a todos los foreros y en especial a los que hayan llegado al final de la perorata!!!
Bien, ese quizá fue mi error al preparar nuestro viaje a Marruecos, leí tantos foros, tantos comentarios y escuché tantas historias que llevaba una idea preconcebida totalmente errónea. Y es cierto: cada uno cuenta la feria como le fue en ella.
La primera en la frente: había leído y escuchado tanto sobre la extrema y absoluta seguridad en Marruecos, que me descuidé y la primera noche en suelo marroquí nos asaltaron. Además usaron un “modus operandi” bastante sofisticado, con un cuchillo o similar cortaron el perfil de goma del parabrisas, para luego acuñar el mismo y despegarlo de su apoyo, metiendo la mano por el hueco pillaron lo que pudieron, hasta que mi costilla despertó y al correr la cortina se espantaron, pero eso no fue lo peor, al separar el parabrisas rajó hacia todas partes y encima quedó suelto, de forma que se nos caía y tuve que atarlo con una cuerda de retrovisor a retrovisor, y así hicimos tres mil km. (Confiamos en ti, Zalba Caldú) Y con nosotros durmiendo dentro!
Otro comentario leído varias veces es sobre los perros, alguien comentaba que los consideran “animales impuros” y no les gustan su presencia. Mi pastor alemán de cincuenta kg. fue el rey del mambo. Causó admiración, entusiasmo, respeto, sorpresa, miedo ... nos pedían permiso para tocarlo, para acariciarlo, para tomarle fotos, nos preguntaban el nombre, los niños se arremolinaban para verlo ... tuvo mas éxito que mi hija de 15 años en bikini. Incluso en Larache un paisano trajo a su hembra, pastora alemana en celo y nos pidió permiso para que nuestro perro, Max, la montara. Aquí si que hicimos el peor de los ridículos cuando Max se negó a ello a pesar de los encantos de “Shakira”, aunque lo disculpamos por aquello del calor ...
Antes de la salida, unos amigos nos indicaron que no nos perdiéramos el camping “mas bonito” de Marruecos, el Miramonte de Tánger. Diosmio!!!, la cosa mas sucia, guarra, destartalada y cochina que he visto ... como sería el peor?
En cambio en ningún foro había leído la existencia de los aparcamientos de Mohammed V, lugares donde aparcar la AC, con jardines, agua corriente, duchas con agua caliente, vigilado por la policía día y noche, restaurante económico, bar con terracita, servicio de taxis ... ¡y además gratis!
Y que contar de las jaimas, donde, según algunos conocidos, puedes comer, cenar e incluso dormir a bajos precios ... ni una vimos!
En lo que si acertaron todos los comentaristas fue en el calor, en la costa bastante bien, pero en Marrakech estuvimos a 50 grados, por lo que vivimos la plaza Jema El Fna de día y de noche (cambia totalmente) y salimos disparados para Casablanca, dejando Fez y Meknes para otra ocasión menos calurosa.
En cuestión de comida muy bien, entre los Marjane y tiendas en general te apañas perfectamente.
Otro detalle que nadie me contó, y lo apunto por si me lee alguien que vaya a ir, fue el siguiente: En Larache, pero bien puede ser en cualquier otro lugar, aparcamos en una placita para dormir, a la mañana siguiente nos despertó olor a humo, al salir vimos que delante de cada bar estaban prendiendo brasas, pronto nos llegó el olor a sardinas asadas, así que nos aprestamos a desayunar tan delicioso condumio. Para ello nos sentamos a una mesa y esperamos que nos atendieran, tal y como haríamos en España ... afortunadamente un marroquí que hablaba español nos indicó muy amablemente que debíamos ir primero al mercado, elegir el pescado y traerlo para que nos lo asaran. Así lo hicimos y por el equivalente de dos euros escasos desayunamos una docena de sardinas, pan y abundante té. Esa fue una constante, se come muy barato y bien, aunque tienen la costumbre de asar en exceso la carne, imagino que para evitar contagios, viendo como la conservan. El pescado exquisito.
Las compras son muy cansadas por el regateo, hay que regatear siempre, continuamente, llega a cansar que para comprar un recuerdito mas, haya que estar media hora de tira y afloja. Y al final siempre tienes la sensación de que lo hubieras podido sacar mas barato.
Me habían hablado pestes de las carreteras, francamente he pasado por España por carreteras mucho peores y en cambio las autopistas marroquíes son bastante dignas, aparte de algún susto sin consecuencias como encontrarte una manada de vacas en el arcén, (pero muy bien sabían ellas que no podían entrar a la calzada.) por lo demás sin problemas. Nos sorprendía mucho ver al borde de las carreteras y autopistas a gente parada como si estuvieran esperando algo, pero además muy alejados de cualquier zona urbana. También pasamos por muchas obras de ampliación y adecentamiento de carreteras, dentro de dos o tres años será una delicia.
Mis conclusiones: “Pelar el plátano”, recabar información turística oficial, pero no fiarse demasiado de las experiencias de los demás, rara vez coinciden con las propias. Llevar toda la información turística, allá no saben ni lo que es una Oficina de Turismo.
Creo que me he pasado de longitud, y aún así queda tanto en el tintero ...
En fin, animo a todos los indecisos a cruzar el estrecho, vale la pena. Lo seguro es que nosotros volveremos, algún día.
Saludos a todos los foreros y en especial a los que hayan llegado al final de la perorata!!!
Comentario