El viaje trazado en esta ocasión quiere servir para adentrar al visitante en lo más profundo de la Asturias minera. Desde su capital se partirá hacia Aller, deteniéndose en Noreña, Siero, Langreo, Laviana, Mieres, San Martín del Rey Aurelio y Lena.
El Principado de Asturias se exhibe ante el viajero con el esplendor propio de una región orgullosa de su patrimonio y de su historia, y con la hospitalidad de sus habitantes, lo que la convierte en destino ideal para unas vacaciones diferentes. Aquí la diferencia la marcan los parajes naturales de belleza impresionante, la rica y abundante gastronomía, las tradiciones mantenidas vivas y el arte con siglos de antigüedad. En un limitado espacio físico el turista más curioso se encontrará con continuas y gratas sorpresas.
La comunidad está liderada por tres ciudades principales: Oviedo, Gijón y Avilés, por orden de importancia. Más allá de ellas uno se encuentra con pueblos llenos de encanto y rodeados de color verde, un entorno en el que da gusto perderse. La ruta escogida se propone descubrir el interior más frondoso de Asturias. Desde su capital el camino recorrido nosconducirá hasta cerca del límite con la provincia de León, toda una zona tradicionalmente minera.
Noreña, capital de la carne
Tras partir de la ciudad de Oviedo la primera parada se realizará en Noreña, capital del concejo de Siero, al este de la capital y de poco más de cinco kilómetros cuadrados de extensión. Su perfil no está apenas accidentado, ya que sólo cuenta con dos colinas reseñables, la del Ecce Homo y el Rebollín.
Uno de sus mayores atractivos es de tipo etnográfico y tiene lugar en septiembre, cuando se celebra el día del Ecce Homo en honor al Jesús Nazareno. El acto principal es la procesión, en la que participan más de 8.000 personas. Otras fiestas muy populares son las de Picadillo y Sabadiego, dedicada a San Marcos.
El visitante encontrará en Noreña diversos lugares para deleitar su incursión. Entre ellos destaca la iglesia de Santa María, que fue levantada en el siglo XVI sobre una de origen anterior. Como en otras zonas de Asturias, también aquí se pueden visitar diversos yacimientos arqueológicos, como los de La Paseara, que datan del período megalítico. Otra construcción de relevancia es la de la ermita del Ecce Homo, del siglo XVII.
Pero esta localidad también cuenta con edificios civiles estimables, como los del palacio del Rebollín o el de Miraflores, ambos del siglo XVII, o la Torre del Reloj. Además, en pleno centro de su casco urbano se encuentra la estatua realizada por Mariano Benlliure en honor de Pedro Alonso Bobes.
No puede faltar durante esta visita una toma de contacto con la cocina local, caracterizada por la presencia primordial de la carne. Son típicos de aquí los callos, chacines, embutidos y, en especial, el sabadiego.
Los bellos palacios de Siero
El siguiente descanso selleva a cabo muy cerca, en Siero, un concejo un poco más al este que también se distingue por una orografía leve y cuyos límites están marcados por la peña Careses, de 520 metros, el pico de Cima, de 731, y el de los Cuatro Jueces, de 638. Sus fértiles tierras están bañadas hasta por cuatroríos: el Noreña, el Nora, el Seco y el Pinzales.
La capital se denomina Pola de Siero y en ella el viajero topará con importantes edificios, como el palacio del Marqués de Santa Cruz, así como los de Celles, de tipo barroco, Meres o Vigil de Lieres. Pero el más representativo de todos esla iglesia de San Esteban, levantada en el siglo XII y declarada Monumento Histórico-Artístico. Por lo que se refiere a las huellas prehistóricas vale la pena contemplar las del Cantu Negru, Picu Castiellu o Monte Muries.
La cita más concurrida del año es la del martes de Pascua, la llamadaFiesta de los Huevos Pintos, reconocida como de Interés Turístico Nacional. Durante la misma se venden huevos pintados a mano con dibujos relacionados con la región. Otro festejo con larga tradición es el de Los Comadres, el jueves antes del Carnaval, de carácter culinario.
Langreo, emblema minero
A estas alturas se reemprende el camino hasta llegar a Langreo, una localidad situada en pleno centro de Asturias, dentro de la comarca del Valle del Nalón, río que caracteriza todo su paisaje a pesar de que otros seis también recorren su territorio. Aunque tiene un relieve muy suave, dentro de su demarcación se encuentra el Picu de San Justo, de 1.011 metros de altitud.
Los puntos de más interés para el visitante son las construcciones de tipo señorial que hablan del pasado noble de Langreo. Entre ellas están el palacio de los marqueses de Camposagrado, levantado entre los siglos XVII y XVIII, o la casona de los Dorado Buelga. Tampoco hay que olvidar la torre de Quintana ni el santuario de la Virgen del Carbayo, patrona del concejo.
Durante décadas su población se ha volcado en la labor de la minería, aunque ha ido desapareciendo paulatinamente. Este pasadose mantiene vivo en el pozo de María Luisa, uno de esos lugares emblemáticos del pasado industrial asturiano.
Éste es también un buen momento para que el viajero saboree la gastronomía de la región, probando los quesos tradicionales, como el ‘pitu’, la fabada, el pote de berzas o el de nabos. Entre sus postres sobresalen el arroz con leche y las ‘casadielles’.
Laviana y el descenso del Nalón
La siguiente población que se visitará será Laviana, o Pola de Laviana. Se trata de un municipio regado por las aguas del río Nalón y con dos tipos de paisajes, el llano del área fluvial y el más montañoso, con alturas importantes como las del Picu A Forcá, de 1.438 metros, o el Peñamea, de 1.560. Aquí, como a lo largo de toda la ruta, el visitante puede darse el gustazo de una buena excursión por algunos de los parajes de su entorno.
Su patrimonio artístico cuenta con obras muy destacables, como la iglesia parroquial de Santa María o la capilla de Nuestra Señora de Otero. Otras edificaciones que no hay que dejar de contemplar son las del santuario del Obeyallo, la iglesia de San Nicolás o la de San Martín, así como las casas señoriales de los Valdés y Menéndez.
Un evento que vale la pena vivir es el Descenso del Nalón, el 15 de agosto, una fiesta de carácter folclórico en la que tiene protagonismo la cocina típica asturiana. Las recetas más propias aquí son el ‘cabritu con patatines’, las perdices rellenas, la sopa de churruscoso los concejales (bacalao troceado y rebozado).
La cuenca minera de Mieres
El recorrido se detiene ahora en Mieres del Camino, localidad situada en el centro mismo de la cuenca minera de Asturias, donde durante décadas se ha extraído carbón de manera intensiva. Esta industria ha ido menguando hasta limitarse al sector siderúrgico y metalúrgico. El reciente pasado no ha quedado en absoluto olvidado y se puede comprobar en instalaciones como los lavaderos del Batán o el valle de Turón.
La superficie de esta población está atravesada por las aguas del río Caudal principalmente, pero también por el Aller, Turón, San Juan, Rioza y Nalón. Como lugares más destacados de cara a la práctica del senderismo hay que apuntar el monte Polio, de 1.045 metros de altitud, y el de Tresconceyos, de 1.098.
Un paseo por sus construcciones con mayor valor histórico debe detenerse en el palacio de los Bernardo Miranda, del siglo XVI, y el de Cachero Miranda, del XVIII. También son estimables la casona de Viade, ejemplo de arquitectura rural; la de Valletu; y entre las de tipo religioso están la iglesia de Santa María Magdalena y la de Santa Eulalia.
San Martín del Rey Aurelio, entre picos y valles
La próxima pausa se realizará en San Martín del Rey Aurelio, un pequeño concejo en lo más profundo de Asturias que se caracteriza por tener un perfil muy accidentado. El río Nalón también pasa por él y su territorio se enmarca entre los límites del vallede Langreo. Las alturas más importantes de su entorno son las de Tresconceyos, de 1.098 metros, y Tretu, de 1.028. Introducirse en estos lugares es descubrir el carácter único de esta región, verde y frondosa, con tierras fértiles y bosques misteriosos.
Un recorrido por sus calles tiene algunas paradas obligatorias, como la casona de los Fernández de Miranda, del siglo XVII, o la de los Argüelles. Un punto esencial también es la iglesia románica de San Martín de Tours, una de las más apreciadas de la zona. Tampoco hay que olvidar el castillo de la Cabezada y el museo de la Minería y de la Industria, que da cuenta de la historia del pueblo.
En esta población, que debe su nombre a un santo francés y al rey asturiano, el viajero disfrutará de las fiestas gastronómicas más apetitosas del interior del principado. Algunas de las citas destacadas son la de los Pimientos Rellenos, del 5 al 8 de diciembre, las Cebollas Rellenas y el Festival de los Nabos, en noviembre, todas ellas ocasiones perfectas para conocer los productos naturales de los campos de San Martín.
Lena, joyas románicas y bellos paisajes
El trayecto continúa hasta llegar a Pola de Lena, unalocalidad limítrofe con la provincia de León que está ubicada entre tres valles, los de los ríos Huerna, Payarés y Lena. Se trata de un espacio natural incomparable, con espesos bosques de hayas, castaños y acebos, como los del Mofusu, el Blime o Valgrande. El concejo también cuenta con montañas espectaculares, como las de Peña Ubiña, de 2.417 metros de altitud y reconocida como Paisaje Protegido, las del Ceyón, de 2.035, y la Boya, de 1.731.
Pero los encantos de Lena no se quedan ahí porque su patrimonio histórico es también muy rico, con la mención especial de la iglesia prerrománica de Santa Cristina de Lena, construida en el siglo IX y restaurada en el XIX. Se trata de uno de los emblemas de la región y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Monumento Nacional.
Otros lugares que hay que señalar en este municipio de paso del Camino de Santiago son el santuario de Santa María de la Asunción de Bendueños, la iglesia parroquial de San Martín o el puente romano de Campomanes. Asimismo cuenta con diversas muestras de arquitectura señorial, como el palacio de los Revillagigedo, los Bernardo de Quirós y el de los Mendoza.
Una cita muy interesante es la Feria del Cordero, a principios de julio, en la que se hace una romería campestre y un concurso de asado de corderos. Está distinguida como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Si el visitante quiere llevarse un objeto típico que pruebe con los cestos, las ropas de linoo las ‘madreñas’, zuecos propios de Asturias, todos ellos elaborados artesanalmente.
Aller, monumento natural cerca de León
Con la llegada a Aller el viaje toca a su fin. Es otra localidad en el límite con León que se caracteriza por su territorio montañoso, con alturas que fácilmentesuperan los 2.000 metros. Es el caso del Picu de l’Esturbín, de 2.159 metros, el de Torres, de 2.104, o el de Noales, de 2.077. Todo este espacio está regado por las aguas del río Aller, que nutre y modifica su perfil con valles y barrancos como Las Foces del Pino, Monumento Natural.
El viajero que llegue aquí encontrará edificios estimables, como la iglesia románica de Santibáñez de la Fuente, levantada entre los siglos XIII y XIV, la de San Juan el Real, del XIII al XVI, y la de San Vicente, del XII, que ofrece una gran vista desde lo alto. En el pasado este concejo tenía un castillo-fortaleza medieval del que sólo queda la torre de Soto.
Una buena conclusión a la visita se puede dar ante alguno de los platos tradicionales de Aller. En esta zona la mesa está protagonizada por la carne de caza, los pescados de río, los embutidos y los picadillos. Como postre prevalecen ‘les casadielles’ y el panchón.
Con esta última incursión en Aller la ruta desde Oviedo finaliza. A lo largo de todo el trayecto el visitante ha descubierto mucho de lo que la región tiene para ofrecer, desde su rica gastronomía y sus fiestas populares hasta el abundante patrimonio románico, pasando por las huellas de la minería que se exhiben con orgullo. Y todo ello en un marco natural de paisajes impresionantes.
Fotografias
MIERES -OV-. Colegio Aniceto Sela
SAN MARTIN DEL REY AURELIO. Museo de la Mineria
LAVIANA. Torre de El Condado
NOREÑA. Palacio de Miraflores exterior y detalles
LANGREO. Nuestra Sra.del Carbayo exterior de la iglesia
LENA. Santa Cristina exterior y detalles
SIERO. Iglesia de San Román vista exterior general
OVIEDO. Ayuntamiento vista exterior de su fachada
ALLER. Torre de Soto vista de la Torre y su entorno
Fuente: Hispavista
El Principado de Asturias se exhibe ante el viajero con el esplendor propio de una región orgullosa de su patrimonio y de su historia, y con la hospitalidad de sus habitantes, lo que la convierte en destino ideal para unas vacaciones diferentes. Aquí la diferencia la marcan los parajes naturales de belleza impresionante, la rica y abundante gastronomía, las tradiciones mantenidas vivas y el arte con siglos de antigüedad. En un limitado espacio físico el turista más curioso se encontrará con continuas y gratas sorpresas.
La comunidad está liderada por tres ciudades principales: Oviedo, Gijón y Avilés, por orden de importancia. Más allá de ellas uno se encuentra con pueblos llenos de encanto y rodeados de color verde, un entorno en el que da gusto perderse. La ruta escogida se propone descubrir el interior más frondoso de Asturias. Desde su capital el camino recorrido nosconducirá hasta cerca del límite con la provincia de León, toda una zona tradicionalmente minera.
Noreña, capital de la carne
Tras partir de la ciudad de Oviedo la primera parada se realizará en Noreña, capital del concejo de Siero, al este de la capital y de poco más de cinco kilómetros cuadrados de extensión. Su perfil no está apenas accidentado, ya que sólo cuenta con dos colinas reseñables, la del Ecce Homo y el Rebollín.
Uno de sus mayores atractivos es de tipo etnográfico y tiene lugar en septiembre, cuando se celebra el día del Ecce Homo en honor al Jesús Nazareno. El acto principal es la procesión, en la que participan más de 8.000 personas. Otras fiestas muy populares son las de Picadillo y Sabadiego, dedicada a San Marcos.
El visitante encontrará en Noreña diversos lugares para deleitar su incursión. Entre ellos destaca la iglesia de Santa María, que fue levantada en el siglo XVI sobre una de origen anterior. Como en otras zonas de Asturias, también aquí se pueden visitar diversos yacimientos arqueológicos, como los de La Paseara, que datan del período megalítico. Otra construcción de relevancia es la de la ermita del Ecce Homo, del siglo XVII.
Pero esta localidad también cuenta con edificios civiles estimables, como los del palacio del Rebollín o el de Miraflores, ambos del siglo XVII, o la Torre del Reloj. Además, en pleno centro de su casco urbano se encuentra la estatua realizada por Mariano Benlliure en honor de Pedro Alonso Bobes.
No puede faltar durante esta visita una toma de contacto con la cocina local, caracterizada por la presencia primordial de la carne. Son típicos de aquí los callos, chacines, embutidos y, en especial, el sabadiego.
Los bellos palacios de Siero
El siguiente descanso selleva a cabo muy cerca, en Siero, un concejo un poco más al este que también se distingue por una orografía leve y cuyos límites están marcados por la peña Careses, de 520 metros, el pico de Cima, de 731, y el de los Cuatro Jueces, de 638. Sus fértiles tierras están bañadas hasta por cuatroríos: el Noreña, el Nora, el Seco y el Pinzales.
La capital se denomina Pola de Siero y en ella el viajero topará con importantes edificios, como el palacio del Marqués de Santa Cruz, así como los de Celles, de tipo barroco, Meres o Vigil de Lieres. Pero el más representativo de todos esla iglesia de San Esteban, levantada en el siglo XII y declarada Monumento Histórico-Artístico. Por lo que se refiere a las huellas prehistóricas vale la pena contemplar las del Cantu Negru, Picu Castiellu o Monte Muries.
La cita más concurrida del año es la del martes de Pascua, la llamadaFiesta de los Huevos Pintos, reconocida como de Interés Turístico Nacional. Durante la misma se venden huevos pintados a mano con dibujos relacionados con la región. Otro festejo con larga tradición es el de Los Comadres, el jueves antes del Carnaval, de carácter culinario.
Langreo, emblema minero
A estas alturas se reemprende el camino hasta llegar a Langreo, una localidad situada en pleno centro de Asturias, dentro de la comarca del Valle del Nalón, río que caracteriza todo su paisaje a pesar de que otros seis también recorren su territorio. Aunque tiene un relieve muy suave, dentro de su demarcación se encuentra el Picu de San Justo, de 1.011 metros de altitud.
Los puntos de más interés para el visitante son las construcciones de tipo señorial que hablan del pasado noble de Langreo. Entre ellas están el palacio de los marqueses de Camposagrado, levantado entre los siglos XVII y XVIII, o la casona de los Dorado Buelga. Tampoco hay que olvidar la torre de Quintana ni el santuario de la Virgen del Carbayo, patrona del concejo.
Durante décadas su población se ha volcado en la labor de la minería, aunque ha ido desapareciendo paulatinamente. Este pasadose mantiene vivo en el pozo de María Luisa, uno de esos lugares emblemáticos del pasado industrial asturiano.
Éste es también un buen momento para que el viajero saboree la gastronomía de la región, probando los quesos tradicionales, como el ‘pitu’, la fabada, el pote de berzas o el de nabos. Entre sus postres sobresalen el arroz con leche y las ‘casadielles’.
Laviana y el descenso del Nalón
La siguiente población que se visitará será Laviana, o Pola de Laviana. Se trata de un municipio regado por las aguas del río Nalón y con dos tipos de paisajes, el llano del área fluvial y el más montañoso, con alturas importantes como las del Picu A Forcá, de 1.438 metros, o el Peñamea, de 1.560. Aquí, como a lo largo de toda la ruta, el visitante puede darse el gustazo de una buena excursión por algunos de los parajes de su entorno.
Su patrimonio artístico cuenta con obras muy destacables, como la iglesia parroquial de Santa María o la capilla de Nuestra Señora de Otero. Otras edificaciones que no hay que dejar de contemplar son las del santuario del Obeyallo, la iglesia de San Nicolás o la de San Martín, así como las casas señoriales de los Valdés y Menéndez.
Un evento que vale la pena vivir es el Descenso del Nalón, el 15 de agosto, una fiesta de carácter folclórico en la que tiene protagonismo la cocina típica asturiana. Las recetas más propias aquí son el ‘cabritu con patatines’, las perdices rellenas, la sopa de churruscoso los concejales (bacalao troceado y rebozado).
La cuenca minera de Mieres
El recorrido se detiene ahora en Mieres del Camino, localidad situada en el centro mismo de la cuenca minera de Asturias, donde durante décadas se ha extraído carbón de manera intensiva. Esta industria ha ido menguando hasta limitarse al sector siderúrgico y metalúrgico. El reciente pasado no ha quedado en absoluto olvidado y se puede comprobar en instalaciones como los lavaderos del Batán o el valle de Turón.
La superficie de esta población está atravesada por las aguas del río Caudal principalmente, pero también por el Aller, Turón, San Juan, Rioza y Nalón. Como lugares más destacados de cara a la práctica del senderismo hay que apuntar el monte Polio, de 1.045 metros de altitud, y el de Tresconceyos, de 1.098.
Un paseo por sus construcciones con mayor valor histórico debe detenerse en el palacio de los Bernardo Miranda, del siglo XVI, y el de Cachero Miranda, del XVIII. También son estimables la casona de Viade, ejemplo de arquitectura rural; la de Valletu; y entre las de tipo religioso están la iglesia de Santa María Magdalena y la de Santa Eulalia.
San Martín del Rey Aurelio, entre picos y valles
La próxima pausa se realizará en San Martín del Rey Aurelio, un pequeño concejo en lo más profundo de Asturias que se caracteriza por tener un perfil muy accidentado. El río Nalón también pasa por él y su territorio se enmarca entre los límites del vallede Langreo. Las alturas más importantes de su entorno son las de Tresconceyos, de 1.098 metros, y Tretu, de 1.028. Introducirse en estos lugares es descubrir el carácter único de esta región, verde y frondosa, con tierras fértiles y bosques misteriosos.
Un recorrido por sus calles tiene algunas paradas obligatorias, como la casona de los Fernández de Miranda, del siglo XVII, o la de los Argüelles. Un punto esencial también es la iglesia románica de San Martín de Tours, una de las más apreciadas de la zona. Tampoco hay que olvidar el castillo de la Cabezada y el museo de la Minería y de la Industria, que da cuenta de la historia del pueblo.
En esta población, que debe su nombre a un santo francés y al rey asturiano, el viajero disfrutará de las fiestas gastronómicas más apetitosas del interior del principado. Algunas de las citas destacadas son la de los Pimientos Rellenos, del 5 al 8 de diciembre, las Cebollas Rellenas y el Festival de los Nabos, en noviembre, todas ellas ocasiones perfectas para conocer los productos naturales de los campos de San Martín.
Lena, joyas románicas y bellos paisajes
El trayecto continúa hasta llegar a Pola de Lena, unalocalidad limítrofe con la provincia de León que está ubicada entre tres valles, los de los ríos Huerna, Payarés y Lena. Se trata de un espacio natural incomparable, con espesos bosques de hayas, castaños y acebos, como los del Mofusu, el Blime o Valgrande. El concejo también cuenta con montañas espectaculares, como las de Peña Ubiña, de 2.417 metros de altitud y reconocida como Paisaje Protegido, las del Ceyón, de 2.035, y la Boya, de 1.731.
Pero los encantos de Lena no se quedan ahí porque su patrimonio histórico es también muy rico, con la mención especial de la iglesia prerrománica de Santa Cristina de Lena, construida en el siglo IX y restaurada en el XIX. Se trata de uno de los emblemas de la región y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Monumento Nacional.
Otros lugares que hay que señalar en este municipio de paso del Camino de Santiago son el santuario de Santa María de la Asunción de Bendueños, la iglesia parroquial de San Martín o el puente romano de Campomanes. Asimismo cuenta con diversas muestras de arquitectura señorial, como el palacio de los Revillagigedo, los Bernardo de Quirós y el de los Mendoza.
Una cita muy interesante es la Feria del Cordero, a principios de julio, en la que se hace una romería campestre y un concurso de asado de corderos. Está distinguida como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Si el visitante quiere llevarse un objeto típico que pruebe con los cestos, las ropas de linoo las ‘madreñas’, zuecos propios de Asturias, todos ellos elaborados artesanalmente.
Aller, monumento natural cerca de León
Con la llegada a Aller el viaje toca a su fin. Es otra localidad en el límite con León que se caracteriza por su territorio montañoso, con alturas que fácilmentesuperan los 2.000 metros. Es el caso del Picu de l’Esturbín, de 2.159 metros, el de Torres, de 2.104, o el de Noales, de 2.077. Todo este espacio está regado por las aguas del río Aller, que nutre y modifica su perfil con valles y barrancos como Las Foces del Pino, Monumento Natural.
El viajero que llegue aquí encontrará edificios estimables, como la iglesia románica de Santibáñez de la Fuente, levantada entre los siglos XIII y XIV, la de San Juan el Real, del XIII al XVI, y la de San Vicente, del XII, que ofrece una gran vista desde lo alto. En el pasado este concejo tenía un castillo-fortaleza medieval del que sólo queda la torre de Soto.
Una buena conclusión a la visita se puede dar ante alguno de los platos tradicionales de Aller. En esta zona la mesa está protagonizada por la carne de caza, los pescados de río, los embutidos y los picadillos. Como postre prevalecen ‘les casadielles’ y el panchón.
Con esta última incursión en Aller la ruta desde Oviedo finaliza. A lo largo de todo el trayecto el visitante ha descubierto mucho de lo que la región tiene para ofrecer, desde su rica gastronomía y sus fiestas populares hasta el abundante patrimonio románico, pasando por las huellas de la minería que se exhiben con orgullo. Y todo ello en un marco natural de paisajes impresionantes.
Fotografias
MIERES -OV-. Colegio Aniceto SelaSAN MARTIN DEL REY AURELIO. Museo de la MineriaLAVIANA. Torre de El CondadoNOREÑA. Palacio de Miraflores exterior y detallesLANGREO. Nuestra Sra.del Carbayo exterior de la iglesiaLENA. Santa Cristina exterior y detallesSIERO. Iglesia de San Román vista exterior generalOVIEDO. Ayuntamiento vista exterior de su fachadaALLER. Torre de Soto vista de la Torre y su entornoFuente: Hispavista
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