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Ver la versión completa : Bajo el peso del gran monasterio



ilis
11/03/2011, 12:40
BASTA YA

Aunque la tierra de esta esquina cacereña no es pródiga, unos cuantos pueblos huelen sin complejos a aceite, a miel, a queso con denominación de origen y a vino elaborado a la vieja usanza. Entre ellos sobresale La Puebla de Guadalupe, asomándose entre montes donde verdean los olivos que se estiran hasta rozar el pico Villuercas. Desde esta montaña baja el río Guadalupejo para remojar los ochocientos históricos años de la población.

Con tanta edad, no es extraño que La Puebla se agache suavemente en un dédalo de calles, arcos, plazas y magnos edificios, a los pies del Real Monasterios de Guadalupe. El templo siempre está abierto a los visitantes, ya sean devotos, ávidos de cultura, golosos de la mesa monacal, o de todo un poco.

Al llegar, sorprende el fragor de las campanas y del cobre de los caldereros que martillean junto a la plaza de Santa María, un ágora irregular de soportales encalados, bares para el tapeo y las inevitables tiendas de recuerdos.

Cuando el forastero enfila las escalinatas del monasterio, no sabe lo que se le viene encima. De entrada una ciudadela de torres y campanarios, de naves y pináculos que embrocan encajes góticos y filigranas mudéjares. Después, las puertas labradas en bronce hace más de cinco siglos le dejan paso a la gran basílica. Custodian el altar mayor las estatuas de Enrique IV y María de Aragón, y luego, un vertiginoso suma y sigue de maravillas. Detrás del coro se siente el perfume de azahar que viene del claustro mudéjar. Vienen luego tres museos: el de los bordados, el de los libros miniados y el de pintura y escultura.

Aún se asombrará más el visitante al entrar en la fantástica sacristía, con lienzos de Zurbarán en sus paredes, cinco bóvedas barrocas y la capilla de San Jerónimo, sin olvidar un tímido fanal perteneciente a la galera del almirante Ali Bajá, si hablara, nos diría que, un 7 de octubre de 1571, el turco lo perdió en la batalla de Lepanto. Como colofón, tras pasar por el relicario, se llega al camarín rococó de la Virgen Negra.

La Virgen de Guadalupe es una hermosa imagen románica de sólo 59 centímetros, tallada en madera de cedro y tan oscura como el betún. Un espejo de fe que envió sus destellos hasta América y en el que se han mirado desde reyes hasta personajes como Colón o Cervantes, que le ofreció sus grilletes. Atrás quedan los clérigos que huían de la invasión sarracena y que la ocultaron, los prodigios ocurridos al pastor Gil Cordero en su hallazgo y el rey Alfonso XI, que convirtió el ruinoso eremitorio donde se encontraba la virgen en un gran complejo monástico, cedido a la orden de los jerónimos en 1389. Luego, con la desamortización de Mendizábal, vino la decadencia del templo, hasta que en 1908, Alfonso XIII hizo solemne entrega de él a la orden franciscana.

Pero el encanto del monasterio y La Puebla no termina en sus limites. A pocos kilómetros se hallan el palacio Granja de Mirabel, que sirvió de solaz a los Reyes Católicos, y la ermita del Humilladero, con sus vellos capiteles de ángeles que miran al Real Monasterio.

También podemos optar por continuar la ruta de las Villuercas por Alía, pueblo de artesanos en el que se alza la iglesia mozárabe de Santa Catalina, una de las joyas de la región. De vuelta por Puerto Llano se llega a Cañamero y la garganta de las Ruecas, enorme lienzo usado por las manos anónimas de artistas prehistóricos. Pero el renombre a Cañamero le viene por el vino que producen las cepas marfal, alarije, morisca y verdoya que, plantadas en el siglo XIX, sus caldos hoy se conocen como “vinos de pitarra”, complemento inigualable para los típicos quesos de cabra, las morcillas de berza con sabor a hierbabuena o la cocina conventual, como la sopa de tomate, guisos de cordero o tortilla cartujana, cualquiera de ellos finalizado con el pastel de higos.

De Logrosán, villa desde 1792, según hace constar su rollo de piedra, parte una angosta carretera que lleva a Berzocana para visitar su iglesia de San Juan Bautista, de tres naves, posee un altar de azulejo talaverano, azul y amarillo, y las reliquias de san Fulgencio y santa Florentina, y un sarcófago de alabastro.

Quienes opten por adentrarse en las sierras y gargantas de la comarca, Solana, Navezuelas, Roturas o Cabañas del Castillo son buenos puntos de partida para hacer excursiones. En Cabañas vivió san Pedro de Alcántara, franciscano inspirador de santa Teresa. Cuenta con un mirador excepcional desde donde observar: a un lado, la sierra de Villuercas, al otro, la garganta de santa Lucía, habitad de una interesante flora que incluye los “loros”, reliquias terciarias de lustrosas hojas y frutos aceitunados.

Al otro lado de la sierra, el río Ibor nos introduce en una comarca con su propio temperamento, la de los Ibores. Navalvillar de Ibor y Castañar de Ibor viven encajados en lomas pizarrosas. El río da rienda suelta a su carácter, formando aquí piscinas naturales.

Mesas de Ibor se arracima en una larga calle en cuesta desde la iglesia de San Benito Abad. En las afueras, el río salva tres puentes de paso al embalse de Valdecañas, en un paraje pintado de musgo pulido por la lluvia. Ya en el pantano, la calma atrapa al viajero. Bajo sus aguas duerme la vieja ciudad romana de Augustobriga.

Por la vida, ilis

elhermitaño
12/03/2011, 14:35
Pues el pueblo parece precioso... y ese imponente monasterio te está diciendo "visitáme"...

Me pilla algo lejos, pero si puedo cuando visite Salamanca, seguro que bajo a echarle un buen vistazo.

Gracias por la información, un saludo:icon_adios:.

ilis
14/03/2011, 22:19
Pues el pueblo parece precioso... y ese imponente monasterio te está diciendo "visitáme"...

Me pilla algo lejos, pero si puedo cuando visite Salamanca, seguro que bajo a echarle un buen vistazo.

Gracias por la información, un saludo:icon_adios:.

BASTA YA

ELHERMITAÑOOOO, de gracias nada.....¡¡SON VEINTE DUROS!!

Por la vida, ilis

Naniac
14/03/2011, 22:54
Queda demostrado q somos ciudadanos de esta aldea global. Aquí el catla es más Extremeño q yo. Benvingut a mi tierra!!!!:icon_campeon:

elhermitaño
15/03/2011, 00:20
BASTA YA

ELHERMITAÑOOOO, de gracias nada.....¡¡SON VEINTE DUROS!!

Por la vida, ilis

Ché, los veinte duros ni los olerás, pero si quieres un par de vasos de fresca horchata en verano, eso sí está garantizado...:icon_wink:

Saludos:icon_adios:.

Javier Ecar
15/03/2011, 10:02
YA ESTÁ BIEN

Bonito relato, ilis.

ilis
15/03/2011, 12:10
Queda demostrado q somos ciudadanos de esta aldea global. Aquí el catla es más Extremeño q yo. Benvingut a mi tierra!!!!:icon_campeon:


BASTA YA

NANIAAAAAC, no soc català, soc de la terra "el ronquio" aunque nada tengo que criticar de la tierra en que residimos.

Por la vida, ilis

andromedas55
15/03/2011, 12:45
Soy nacido en Valencia (Sot de Chera),donde vivo, aunque los primeros 5 años los pase en Cañamero, provincia de Caceres y hasta los 8 en Navalvillar de Ibor (Cerca de Guadalupe), de donde tengo gratos recuerdos de mi infancia.
Extremadura,sigue siendo una gran desconocida, por lo que recomiendo que vayan a visitarla. Yo suelo hacerlo un par de veces al año para ver las casas(Aun ocupadas) y su entorno donde viví hace mas de 50 años. Eso si la mejor época es la primavera y el otoño por el calor o frió. Es Extrema.....(y)....dura.