APUNTES DE UNA ESCAPADA DE TRES DIAS POR
LA SIERRA DE LA DEMANDA (22 a 24 de junio de 2013)
El inicio del verano nos sugirió una pequeña escapada aprovechando que el lunes 24 de junio era festivo en Segovia. Así pues a las 9 del sábado 22, ya teníamos todo preparado para comenzar el disfrute, como casi siempre que salimos dirección norte lo hacemos pasando, y parando, en El Burgo de Osma (Soria), hay un espacioso aparcamiento donde se ven compañeros de afición. Me gusta comprar productos sorianos que tienen una elevada calidad y un precio razonable, además los sábados junto al parking se instala el mercado semanal donde se puede comprar también una muy buena fruta, qué ricas unas cerezas en esta época.
Ya almorzados, los castellanos viejos somos más de almuerzo que de desayuno, agarramos dirección San Leonardo, pasando por Ucero y parando en el mirador de La Galiana. Como obligado mirador está en alto y la verdad que con lo fácil que tiene el aparcar, es un delito no parar a echar unas vistas. Nosotros tuvimos la suerte de contemplar un alimoche (un primo pequeño del buitre leonado, estos sí abundan, llama la atención lo amarillo de su cara debido principalmente a la alimentación) yendo hacia el nido aunque no le vimos posarse en las rocas.
La siguiente parada fue en Salas de los Infantes, visitamos el museo de los dinosaurios, que tiene una zona dedicada a la etnografía que a nosotros nos gusta mucho, además nos entregaron gratuitamente un catálogo turístico de la Sierra de la Demanda en la provincia de Burgos por el que habría pagado sin mayor problema unos euros. Me parece una estupenda idea hacer estos catálogos de calidad que siempre vas a conservar como si de un libro se tratase, y no de esos folletos al uso que se tiran antes de abandonar la ciudad visitada. Aunque en esta ocasión no paramos si compensa visitar las cuevas naturales de Peña Rota en el mismo pueblo.
Nos dirigimos a comer a Pineda de la Sierra, un pueblo que pasé de largo en la vuelta de otra excursión y me conjuré en volver a visitar. Llegamos a la hora de la comida y la verdad es que comimos bien en el Restaurante Casa de la Villa, luego el café en una terraza en la plazoleta del pueblo, que es precioso. A la tarde una vuelta por el mismo, visita a su iglesia románica y a la ermita. A los que les guste el cicloturismo, decirles que hay una vía verde de un extinto ferrocarril minero que hace las delicias de los aficionados, además que es sencillo por lo tumbado del trayecto (en otro caso la maquina no hubiera podido con los vagones)
Como en junio las tardes son inacabables, me propuse llegar a Pradoluengo, la verdad es que en mi opinión tiene un nombre más bonito que lo que es el pueblo, por tanto seguimos carretera y bordeamos la Sierra de la Demanda para acercarnos a la localidad de Ezcaray, ya en La Rioja. Un par de kilómetros antes de llegar divisamos una ermita, la de Santa Bárbara, y nos decidimos a subir a ver qué tal estaba el sitio para la pernocta. Realmente el sitio está muy bien, pero nos pareció algo abandonada la zona recreativa, hierbas altas, muchas bostas de ganado vacuno, en fin, cenamos en la AC y luego salimos a disfrutar tanto del ocaso del sol (estamos en los días más largos del año) y, además se daba la circunstancia que la Luna llena estaba en una especie de superluna al encontrarse más cerca de La Tierra de lo habitual, lo cierto es que llenaba de luz todas las montañas, aquí no hay nada de contaminación lumínica. Dormimos como críos y por la mañana, una niebla que no se veía ni a 30 metros. Cosas de la montaña.
Domingo 23 de junio, como conocemos de otras veces Ezcaray y Santo Domingo de la Calzada, lugares dicho sea de paso muy recomendables, nos acercamos a conocer la localidad de Anguiano, famoso por la bajada de unos danzantes por una empinada calle de guijarros. Desde Santo Domingo de la Calzada hasta Anguiano pasamos por unos esplendidos parajes de viñedos, cuidados, trabajados, desyerbados (así es como se hace el buen vino), incluso en algunas cabeceras de cepas había unos rosales florecidos que sirven como testigo anticipado de plagas que puedan afectar a la vid. Ya en Anguiano nos pegamos un almuerzo de un excepcional, y repito excepcional, queso de cabra (3 puentes de Anguiano se llama), y luego nos vimos uno de los puentes de la localidad, muy interesante. Anguiano está muy bien.
Ahora, para locura, el viaje desde Anguiano hasta el Monasterio de la Virgen de Valvanera, la patrona de La Rioja y también de Cameros. La flora que se disfruta es de tal calidad y variedad que hay que andar con cuidado para no perder de vista la carretera y tener un disgusto. Los ojos se van solitos.
De aquí ya planeamos dar la vuelta y regresar a la Demanda burgalesa, por lo que por una carretera sinuosa y pedregosa, llegamos ya entrada la hora de la comida a la localidad de Huerta de Abajo, donde en el restaurante la Ferrería, además de atendernos con esmero nos dieron de comer de maravilla (patatas con níscalos y mano de cerdo guisada, excelentes ambos platos, y ojo a 12 euros por nuca, con vino, pan, postre, café y chupito, y eso que era domingo), solo te puedes ir que agradecido de sitios así. Este pueblo tiene estupendos lugares para pernoctar, aunque nosotros seguimos un poco más la ruta y nos acercamos a conocer Tolbaños de Abajo que tiene una iglesia románica muy interesante y además muy bien cuidado el entorno, igualmente disponen de una zona recreativa con unos robles pero que muy centenarios, lástima que una cadena impidiera el paso de la AC, porque ya tenía plan para esa noche. Por tanto echamos un vistazo a la zona y nos decidimos pernoctar junto al ábside de la fabulosa iglesia románica de Jaramillo de la Fuente (ya estuvimos hace unos años y son recuerdos que perduran), lástima que el pueblo esta medio deshabitado y que además ese tarde hacia un frío de los que los de Burgos llaman fresco. Medio ver la puesta de sol y a nuestra casa a cenar. Y dormir, estupendamente.
El lunes se levantó con sol, con buen sol, y ya apesadumbrados del final del fin de semana alargado, iniciamos el regreso hacia casa. Lo bueno de junio es que los días no se acaban, por tanto nos acercamos a ver los pies del monte donde se emplaza el castillo donde nació Fernán González, Conde de Castilla y embrión de lo que luego sería el reino castellano, una nueva visita exterior a la iglesia visigótica de Quintanilla de las Viñas (es curioso esto de nuestra querida patria, los lunes todo cerrado) y visitando unas huellas de dinosaurios (icnitas como técnicamente se llaman), pude refrescar en un agradable regato los pies como al parecer hacían también estos lagartos prehistóricos. Para compensar la tristeza que nos abrumaba decidimos acercarnos a Covarrubias y comernos una olla podrida de esas que deslumbran. La compra obligada de las judías de Ibeas de Juarros y unos caramelos que nos recuerdan nuestra infancia (anís) o nos sumergen en nuevas sensaciones (romero o malvavisco).
Ya de tarde, en casa. Estuvo esplendido.
(Miguel Ángel Saldaña Hernández-mash)
LA SIERRA DE LA DEMANDA (22 a 24 de junio de 2013)
El inicio del verano nos sugirió una pequeña escapada aprovechando que el lunes 24 de junio era festivo en Segovia. Así pues a las 9 del sábado 22, ya teníamos todo preparado para comenzar el disfrute, como casi siempre que salimos dirección norte lo hacemos pasando, y parando, en El Burgo de Osma (Soria), hay un espacioso aparcamiento donde se ven compañeros de afición. Me gusta comprar productos sorianos que tienen una elevada calidad y un precio razonable, además los sábados junto al parking se instala el mercado semanal donde se puede comprar también una muy buena fruta, qué ricas unas cerezas en esta época.
Ya almorzados, los castellanos viejos somos más de almuerzo que de desayuno, agarramos dirección San Leonardo, pasando por Ucero y parando en el mirador de La Galiana. Como obligado mirador está en alto y la verdad que con lo fácil que tiene el aparcar, es un delito no parar a echar unas vistas. Nosotros tuvimos la suerte de contemplar un alimoche (un primo pequeño del buitre leonado, estos sí abundan, llama la atención lo amarillo de su cara debido principalmente a la alimentación) yendo hacia el nido aunque no le vimos posarse en las rocas.
La siguiente parada fue en Salas de los Infantes, visitamos el museo de los dinosaurios, que tiene una zona dedicada a la etnografía que a nosotros nos gusta mucho, además nos entregaron gratuitamente un catálogo turístico de la Sierra de la Demanda en la provincia de Burgos por el que habría pagado sin mayor problema unos euros. Me parece una estupenda idea hacer estos catálogos de calidad que siempre vas a conservar como si de un libro se tratase, y no de esos folletos al uso que se tiran antes de abandonar la ciudad visitada. Aunque en esta ocasión no paramos si compensa visitar las cuevas naturales de Peña Rota en el mismo pueblo.
Nos dirigimos a comer a Pineda de la Sierra, un pueblo que pasé de largo en la vuelta de otra excursión y me conjuré en volver a visitar. Llegamos a la hora de la comida y la verdad es que comimos bien en el Restaurante Casa de la Villa, luego el café en una terraza en la plazoleta del pueblo, que es precioso. A la tarde una vuelta por el mismo, visita a su iglesia románica y a la ermita. A los que les guste el cicloturismo, decirles que hay una vía verde de un extinto ferrocarril minero que hace las delicias de los aficionados, además que es sencillo por lo tumbado del trayecto (en otro caso la maquina no hubiera podido con los vagones)
Como en junio las tardes son inacabables, me propuse llegar a Pradoluengo, la verdad es que en mi opinión tiene un nombre más bonito que lo que es el pueblo, por tanto seguimos carretera y bordeamos la Sierra de la Demanda para acercarnos a la localidad de Ezcaray, ya en La Rioja. Un par de kilómetros antes de llegar divisamos una ermita, la de Santa Bárbara, y nos decidimos a subir a ver qué tal estaba el sitio para la pernocta. Realmente el sitio está muy bien, pero nos pareció algo abandonada la zona recreativa, hierbas altas, muchas bostas de ganado vacuno, en fin, cenamos en la AC y luego salimos a disfrutar tanto del ocaso del sol (estamos en los días más largos del año) y, además se daba la circunstancia que la Luna llena estaba en una especie de superluna al encontrarse más cerca de La Tierra de lo habitual, lo cierto es que llenaba de luz todas las montañas, aquí no hay nada de contaminación lumínica. Dormimos como críos y por la mañana, una niebla que no se veía ni a 30 metros. Cosas de la montaña.
Domingo 23 de junio, como conocemos de otras veces Ezcaray y Santo Domingo de la Calzada, lugares dicho sea de paso muy recomendables, nos acercamos a conocer la localidad de Anguiano, famoso por la bajada de unos danzantes por una empinada calle de guijarros. Desde Santo Domingo de la Calzada hasta Anguiano pasamos por unos esplendidos parajes de viñedos, cuidados, trabajados, desyerbados (así es como se hace el buen vino), incluso en algunas cabeceras de cepas había unos rosales florecidos que sirven como testigo anticipado de plagas que puedan afectar a la vid. Ya en Anguiano nos pegamos un almuerzo de un excepcional, y repito excepcional, queso de cabra (3 puentes de Anguiano se llama), y luego nos vimos uno de los puentes de la localidad, muy interesante. Anguiano está muy bien.
Ahora, para locura, el viaje desde Anguiano hasta el Monasterio de la Virgen de Valvanera, la patrona de La Rioja y también de Cameros. La flora que se disfruta es de tal calidad y variedad que hay que andar con cuidado para no perder de vista la carretera y tener un disgusto. Los ojos se van solitos.
De aquí ya planeamos dar la vuelta y regresar a la Demanda burgalesa, por lo que por una carretera sinuosa y pedregosa, llegamos ya entrada la hora de la comida a la localidad de Huerta de Abajo, donde en el restaurante la Ferrería, además de atendernos con esmero nos dieron de comer de maravilla (patatas con níscalos y mano de cerdo guisada, excelentes ambos platos, y ojo a 12 euros por nuca, con vino, pan, postre, café y chupito, y eso que era domingo), solo te puedes ir que agradecido de sitios así. Este pueblo tiene estupendos lugares para pernoctar, aunque nosotros seguimos un poco más la ruta y nos acercamos a conocer Tolbaños de Abajo que tiene una iglesia románica muy interesante y además muy bien cuidado el entorno, igualmente disponen de una zona recreativa con unos robles pero que muy centenarios, lástima que una cadena impidiera el paso de la AC, porque ya tenía plan para esa noche. Por tanto echamos un vistazo a la zona y nos decidimos pernoctar junto al ábside de la fabulosa iglesia románica de Jaramillo de la Fuente (ya estuvimos hace unos años y son recuerdos que perduran), lástima que el pueblo esta medio deshabitado y que además ese tarde hacia un frío de los que los de Burgos llaman fresco. Medio ver la puesta de sol y a nuestra casa a cenar. Y dormir, estupendamente.
El lunes se levantó con sol, con buen sol, y ya apesadumbrados del final del fin de semana alargado, iniciamos el regreso hacia casa. Lo bueno de junio es que los días no se acaban, por tanto nos acercamos a ver los pies del monte donde se emplaza el castillo donde nació Fernán González, Conde de Castilla y embrión de lo que luego sería el reino castellano, una nueva visita exterior a la iglesia visigótica de Quintanilla de las Viñas (es curioso esto de nuestra querida patria, los lunes todo cerrado) y visitando unas huellas de dinosaurios (icnitas como técnicamente se llaman), pude refrescar en un agradable regato los pies como al parecer hacían también estos lagartos prehistóricos. Para compensar la tristeza que nos abrumaba decidimos acercarnos a Covarrubias y comernos una olla podrida de esas que deslumbran. La compra obligada de las judías de Ibeas de Juarros y unos caramelos que nos recuerdan nuestra infancia (anís) o nos sumergen en nuevas sensaciones (romero o malvavisco).
Ya de tarde, en casa. Estuvo esplendido.
(Miguel Ángel Saldaña Hernández-mash)
, así que......no lo dejes 
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; el del Algarve y los de la Rioja ya los había visto, estuvimos en Mayo unos días por la Rioja y en la búsqueda los había visto, sin embargo el de Teruel no...........graciaaaaassss.
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