Confieso que soy un enamorado de Soria, por tanto la imparcialidad de las siguientes notas está seriamente comprometida.
Os voy a sugerir algunas localidades y parajes que son extraordinarios y maravillosos para pasar unos 7 a 10 dias.
Soria es de esas provincias, donde tanto a autoridades como a vecinos, los podemos calificar sin peligro a errar, como no beligerantes con los autocaravanistas, y ello no porque tengan un reconocimiento especial por nuestra forma de viajar, si no porque como castellanos viejos que son, tienen una personalidad recta, seria, sincera y atenta, aquí hay poco sitio para trapacerías y embelecos. Estamos en la provincia con menos habitantes de España, con una densidad semejante a las de las zonas más despobladas de todo el continente europeo (9 hab/km2) y eso forja el carácter.
A la provincia de Soria la podemos atacar por sus cuatros costados, dependiendo de donde se provenga, yo os propondré una ruta que iniciándose por la capital, vaya dando la vuelta en el sentido de las agujas del reloj y finalmente unas localidades que podemos calificar como a trasmano, buscaremos la esencia de la sorianeidad. No obstante como este artículo está dirigido a infatigables viajeros de ojo experto, les será fácil adivinar que no todo lo que viene en estas líneas es todo lo que hay que ver.
Empecemos: Soria capital, ciudad hermosa y poética (en ella pasaron un tiempo tanto Gustavo Adolfo Bécquer, como Antonio Machado y Gerardo Diego), yo recomendaría aparcar la AC, en la zona de la ribera del Duero frente a la Ermita de San Saturio (patrón de Soria) (N 41º 45´18 - W 2º 27´24), desde aquí nos movemos por la ciudad. Soria es aprehensible a pie, por tanto despreocupaos del vehículo por unas horas. Cruzamos la pasarela peatonal que hay sobre el querido Durius flumen, y ya estamos en la Ermita, rocosa, merece la pena la visita por lo curioso y singular, no es que tenga gran valor artístico pero estamos ante uno de los lugares sagrados para los sorianos; en unas praderas cercanas se comulga, por San Juan, con carne de toro (las fiestas de Soria son inenarrables). Luego un agradable paseo aguas arriba y tras pasar por el arco de San Polo, llegamos a un sitio verdaderamente emotivo, las ruinas del claustro románico de San Juan de Duero, menuda visita, ya me contaréis. Seguimos calle arriba y podemos visitar la Concatedral de San Pedro, también con un claustro de impresión. A partir de aquí entramos en un tobogán de sensaciones, hay de todo. La portada de poniente de la iglesia de Santo Domingo, estamos ante la biblia en piedra, simplemente impresionante, y además junto a ella un convento de monjas clarisas (ya sabemos las exquisiteces en dulcería que se gastan estas hermanas, aquí no hay ni trampa ni cartón, solo lo mejor y además santificados). Seguimos callejeando y damos con un precioso jardín botánico (hace unos días un rayo jeringó uno de sus árboles) conocido como la Alameda de Cervantes o la Dehesa. Junto a él está el Museo Numantino, pequeño, acogedor y entrañable, se puede contemplar el original de la fíbula celtibérica que simula a un caballo y que hoy es anagrama de los vehículos a motor sorianos. Aunque ya lo tenemos presente, esta zona nos imbuye del ambiente machadiano que impregna toda la ciudad, es recomendable subir a la Iglesia del Espino dónde está ese olmo viejo, hendido por el rayo y mitad podrido y la tumba de la joven esposa y musa del poeta, Leonor Izquierdo. Callejeando es habitual encontrar en paredes y fachadas algún poema de Machado.
Para alimentar el cuerpo, que no todo va a ser espíritu, la calle el Collado está repleta de bares, restaurantes y tiendas de delicatesen, pero de las de verdad, yo personalmente no dejaría pasar la ocasión para tomarme un vermú en el Bar del Casino La Amistad como referencia en su puerta, y bajo el soportal está una escultura de Gerardo Diego tomándose un cafelito. Para comer se puede tapear por la zona o bien ya darse un capricho en Casa Augusto en plena Plaza Mayor o bien en Casa Garrido en la calle Vicente Tudor, aunque hay otros sitios igualmente recomendables.
Se puede dormir tan plácidamente donde dejamos la AC o bien acercarnos hasta el monte de Valonsadero (a escasos 3 km), donde se celebra la saca de toros en las fiestas de San Juan, una delicia, si dejáis la AC en el segundo aparcamiento, el siguiente al merendero, podréis ver una docena larga de abrigos rupestres con sus pinturas esquemáticas, muy fáciles de localizar por estar enrejadas las piedras y bien señalizadas, aquí hemos dormido sin que nos molestase nadie y teniendo como única compañía un zorrito que buscaba algo de comer.
Segunda etapa: Sur, nos vamos a visitar Almazán, luego Monteagudo de las Vicarias, seguidamente Santa María de Huerta (no dejéis de visitar su espléndido Monasterio cisterciense con su maravillosa escalera por la que se accede al púlpito de lectura en el refectorio), en Santa María de Huerta hay área de Ac,s, o bien y ya para finalizar acercarnos a la sin par Medinaceli (la ciudad segura), no os equivoquéis y os quedéis abajo, hay que subir al cerro, a la ciudad vieja. Cerca del Arco Romano hay una zona muy buena para pernoctar, aquí también podemos repostar más dulces de otro convento de monjas clarisas.
Tercera etapa: Oeste, no podemos perdernos la amurallada Villa de Rello, enriscada, con un rollo muy curioso “El rollo de Rello es de hierro”; luego nos acercaremos a Caltojar, la excelente Iglesia de San Miguel Arcángel nos sorprenderá singularmente por el pingajo de la puerta de acceso, en su interior el pulpito y su escalera de acceso. Muy cerca en dirección a Bordecorex hay una atalaya de las que en esta zona no faltan, y merece la pena echar pie a tierra y subir a contemplar el paisaje (yo dormí junto a ella cuando tenía una vieja Volkswagen LT, ahora no me atrevería a tanto). Cerca de Caltojar está Casillas de Berlanga y en su término la inigualable Ermita de San Baudelio, la capilla Sixtina del románico rural español. Aunque fue expoliada a primeros del siglo XX (hay un libro muy interesante sobre sus pinturas murales, actualmente repartidas por medio mundo), aún queda la impronta, y la estructura del edificio es irrepetible. No se puede perder la visita. Seguido nos acercaremos a Berlanga de Duero, un excelente pueblo, con su Colegiata y el caimán de Fray Tomás, que aquí se le llama Lagarto, tiene además un cuidado castillo y se come muy bien (pero que muy bien), en casa Vallecas, con una carta de vinos excelente a un precio muy comedido. Recomendable 100%. Para dormir, cerca de la Residencia de la 3ª edad, no se está mal, también cerca de la ribera del rio, pero se puede callejear hasta dar con un sitio que más nos agrade. En la provincia de Soria, se puede dormir sin que nadie nos moleste cerca de las áreas recreativas y deportivas, en las explanadas de ermitas e iglesias, en los aparcamientos de las zonas de piscinas y sitios similares.
Cuarta etapa: la iniciamos visitando la fabulosa Fortaleza de Gormaz, de origen califal, con dos buenas puertas de herradura, fue en su día la fortaleza más grande de Europa en su estilo, y bajo la misma se encuentra la iglesia románica de San Miguel de Gormaz, también con restos de pinturas murales. Desde el aparcamiento de la iglesia se divisa el Duero y las tierras labradas que lo circundan, parece que los lindes están trazados con tiralíneas, escuadra y cartabón, algo bello y sereno. De aquí hasta San Esteban de Gormaz, daremos un garbeo por el pueblo y nos encontraremos con las galerías porticadas de la iglesia de San Miguel (la más antigua de Castilla) y, la de Nuestra Señora del Rivero (ojo con v) que sigue el mismo modelo. Ya estamos a un paso de El Burgo de Osma, una gozada de pueblo, hay un excelente parking para pernoctar junto al puente. No podemos perdernos la catedral y el sepulcro policromado de San Pedro de Osma, a caballo entre el románico y el gótico. Todo el pueblo es para pasear, está lleno de tiendas estupendas con productos sorianos de calidad, uno se puede relajar en el Hotel Termal y darse un homenaje comiendo muy bien en el Virrey Palafox. Buen sitio para acabar la jornada.
Quinta Etapa: Norte, tierra de pinares, pasaremos por el Cañón del Rio Lobos, compensa adentrarse y visitar la ermita templaria de San Bartolomé con esa esencia exotérica que gasta, complementada con la cuevona que hay frente a ella. Seguiremos dirección a San Leonardo de Yagüe y en lo alto haremos una parada para contemplar el cañón desde el Mirador de la Galiana, hay una buena zona para aparcar sin problemas. Luego en Regumiel de la Sierra, hay una zona estupenda, sobre todo si van pequeños con nosotros, en el paraje conocido como Comunero de Revenga, hay un centro de interpretación “La Casa de la Madera”, donde por un ascensor panorámico se divisa todo el pinar por encima de sus copas. Buen sitio para pasar la noche. Podemos continuar hasta Duruelo de la Sierra y subir hasta Castroviejo, en el camino rodado que se inicia hacia el nacimiento del Duero. Belleza y singularidad. Yo acabaría el día en Salduero, junto a la cercana Molinos de Duero (menos de 1 km por la orilla de un río Duero recién nacido, con escasas horas de vida, recomendable dar ese paseo), ambas localidades fueron un solo municipio hasta 1772 en el que el barrio molinero se separó de Salduero, tienen hermosos caseríos muy cuidados y eso que las llamas han hecho cisco al pueblo de Salduero en varias ocasiones, la ultima en 1919. Para dormir junto al puente y zona de juegos.
Sexta Etapa: Continuamos viaje por la tierra de Pinares, la siguiente parada es en la cercana Vinuesa (la Visontium romana), conocida como La Corte de los Pinares y con razón, merece la pena pasear su casco y disfrutar de las fachadas de sus palacios y casas solariegas, no dejéis de ver la Casa de los Ramos en la calle Luenga. Después nos acercamos a La Laguna Negra, subir a ese enigmático y fascinante ojo de mar que hay en Soria, al pie de los farallones donde está el nacedero del Duero. Es conocida y bella la leyenda machadiana de Alvargonzalez. Seguimos dirección noreste y podemos parar en Valdeavellano de Tera, aquí hay un buen restaurante “El Mesón de Sime”, donde suele haber buenas carnes a la brasa, (de las pocas cosas que no podemos disfrutar dentro de nuestras AC,s). Para pernoctar, el aparcamiento del acebal de Garagüeta (el mayor de España), subiendo desde Gallinero y así a la amanecida darnos un paseo de aúpa con la compañía incluso de algún corzo de los que tanto abundan por esta zona.
Séptima Etapa: Noreste, las tierras altas de Soria, a los que os gusten las huellas de dinosaurio (icnitas), tenéis que ir a Villar del Rio, además no podéis perderos la torre de San Miguel en Yanguas y el propio pueblo que es precioso, para acercaros posteriormente a San Pedro Manrique, famoso por el paso del fuego la noche de San Juan por los mozos del pueblo, hay un excelente embutido y se puede adquirir uno de los mejores quesos de España, el de Oncala. Por fin podemos bajar hasta Agreda para conocer el pueblo del cardo rojo, aquí hay una reciente área de ac,s, y podéis acercaros hasta la cercana localidad de Vozmediano y conocer así el nacedero del rio Queiles.
Básicamente os he contado las rutas que personalmente haría, ahora os hago una pequeña relación de pueblos y lugares que por estar fuera de estas rutas propuestas tenéis que acudir expresamente, todos ellos son especialmente interesantes.
-Castillejo de Robledo, en la zona de San Esteban de Gormaz, un precioso pueblo entre encinas (curioso eso de robledo). Aquí hay un excelente Restaurante (Venta de Corpes), donde amabilidad y servicio se dan la mano, en Castillejo ver el castillo, bueno castillejo para ser más certeros y la iglesia románica, hay un señor que la enseña con muy buen sentido del humor. Luego podemos dirigirnos en dirección a Langa de Duero, y en un cruce a la Ermita del Monte o de Paúl que de las dos maneras se llama, entre unos espectaculares viñedos, cuidados con mimo, aquí se hace un gran vino (Silentium se llama) llegamos a esta ermita rupestre a la que accedemos por una vereda de gran belleza. En estos parajes se localiza el primer caso documentado de violencia de género, la infligida por los Condes de Carrión a sus esposas, a la sazón hijas del Cid, la conocida Afrenta de Corpes.
-Caracena, también en la zona de influencia de San Esteban de Gormaz, al estar en cuesta lo mejor es dejar la AC en el primer llano y lo recorráis todo andando, es pueblo pequeño si bien además de un Castillo, ya en ruinas (en la actualidad se guardan ovejas) pero con la Torre del Homenaje y algunos paños aún en pie, hay también dos iglesias románicas, la de San Pedro con una galería porticada muy interesante, una antigua cárcel, un hospital de sangre y un puente romano que unía Termancia con Uxama y con Numancia, todo ello en la hoz del río Caracena, es un pueblo que en la actualidad no pasa de 15 habitantes continuos, no obstante hay un bar, Casa Pacheco, donde incluso te pueden dar de comer un cordero de su propio rebaño, y donde una cerveza fría siempre se agradece.
-Termancia, cerca de Montejo de Tiermes, no muy lejos de Caracena. La visita a Termancia merece su tiempo, llevar una linterna es muy importante para entrar en el acueducto, existe una fantástica iglesia románica y además en verano hay visitas guiadas por estudiantes, que siempre son de agradecer. Cerca del centro de interpretación y el museo hay un buen restaurante aunque al lado del río hay unas praderas excelentes para la comida y posterior siesta, viendo volar buitres y alimoches.
-Pedro, en la misma zona, es interesante ver el nacimiento del rio con su mismo nombre y para meter los pies en esa agua fría que nace en la Sierra Pela y que cierra la vista al poniente y no dejar de visitar la ermita hispano-visigoda de la Virgen del Val, una de las más antiguas de España.
-Numancia. En Garray, muy cerca de Soria capital, aunque son escasos los vestigios que quedan, siempre recordaremos la resistencia numantina.
-Calatañazor, entre El Burgo de Osma y Soria, conocido por ser donde al parecer se derrotó al moro Almanzor. Es una villa medieval bastante conservada y muy cerca de allí su sabinar y el ojo de la fuentona de Muriel, un paseo muy recomendable.
-Abejar, no muy lejos tenemos la playa de Soria (Playa Pita), donde se puede practicar algún deporte náutico para los que gustan de la piragua y similares. Hay zona de descanso y un camping por si tenemos que llenar y vaciar depósitos.
Me he dejado así como unos 100 lugares más, pero todo tiene su comienzo y su final.
Estoy seguro que vais a disfrutar en Soria porque como muy bien se dice, ni te lo imaginas.
Miguel Ángel Saldaña Hernández (mash)
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Os voy a sugerir algunas localidades y parajes que son extraordinarios y maravillosos para pasar unos 7 a 10 dias.
Soria es de esas provincias, donde tanto a autoridades como a vecinos, los podemos calificar sin peligro a errar, como no beligerantes con los autocaravanistas, y ello no porque tengan un reconocimiento especial por nuestra forma de viajar, si no porque como castellanos viejos que son, tienen una personalidad recta, seria, sincera y atenta, aquí hay poco sitio para trapacerías y embelecos. Estamos en la provincia con menos habitantes de España, con una densidad semejante a las de las zonas más despobladas de todo el continente europeo (9 hab/km2) y eso forja el carácter.
A la provincia de Soria la podemos atacar por sus cuatros costados, dependiendo de donde se provenga, yo os propondré una ruta que iniciándose por la capital, vaya dando la vuelta en el sentido de las agujas del reloj y finalmente unas localidades que podemos calificar como a trasmano, buscaremos la esencia de la sorianeidad. No obstante como este artículo está dirigido a infatigables viajeros de ojo experto, les será fácil adivinar que no todo lo que viene en estas líneas es todo lo que hay que ver.
Empecemos: Soria capital, ciudad hermosa y poética (en ella pasaron un tiempo tanto Gustavo Adolfo Bécquer, como Antonio Machado y Gerardo Diego), yo recomendaría aparcar la AC, en la zona de la ribera del Duero frente a la Ermita de San Saturio (patrón de Soria) (N 41º 45´18 - W 2º 27´24), desde aquí nos movemos por la ciudad. Soria es aprehensible a pie, por tanto despreocupaos del vehículo por unas horas. Cruzamos la pasarela peatonal que hay sobre el querido Durius flumen, y ya estamos en la Ermita, rocosa, merece la pena la visita por lo curioso y singular, no es que tenga gran valor artístico pero estamos ante uno de los lugares sagrados para los sorianos; en unas praderas cercanas se comulga, por San Juan, con carne de toro (las fiestas de Soria son inenarrables). Luego un agradable paseo aguas arriba y tras pasar por el arco de San Polo, llegamos a un sitio verdaderamente emotivo, las ruinas del claustro románico de San Juan de Duero, menuda visita, ya me contaréis. Seguimos calle arriba y podemos visitar la Concatedral de San Pedro, también con un claustro de impresión. A partir de aquí entramos en un tobogán de sensaciones, hay de todo. La portada de poniente de la iglesia de Santo Domingo, estamos ante la biblia en piedra, simplemente impresionante, y además junto a ella un convento de monjas clarisas (ya sabemos las exquisiteces en dulcería que se gastan estas hermanas, aquí no hay ni trampa ni cartón, solo lo mejor y además santificados). Seguimos callejeando y damos con un precioso jardín botánico (hace unos días un rayo jeringó uno de sus árboles) conocido como la Alameda de Cervantes o la Dehesa. Junto a él está el Museo Numantino, pequeño, acogedor y entrañable, se puede contemplar el original de la fíbula celtibérica que simula a un caballo y que hoy es anagrama de los vehículos a motor sorianos. Aunque ya lo tenemos presente, esta zona nos imbuye del ambiente machadiano que impregna toda la ciudad, es recomendable subir a la Iglesia del Espino dónde está ese olmo viejo, hendido por el rayo y mitad podrido y la tumba de la joven esposa y musa del poeta, Leonor Izquierdo. Callejeando es habitual encontrar en paredes y fachadas algún poema de Machado.
Para alimentar el cuerpo, que no todo va a ser espíritu, la calle el Collado está repleta de bares, restaurantes y tiendas de delicatesen, pero de las de verdad, yo personalmente no dejaría pasar la ocasión para tomarme un vermú en el Bar del Casino La Amistad como referencia en su puerta, y bajo el soportal está una escultura de Gerardo Diego tomándose un cafelito. Para comer se puede tapear por la zona o bien ya darse un capricho en Casa Augusto en plena Plaza Mayor o bien en Casa Garrido en la calle Vicente Tudor, aunque hay otros sitios igualmente recomendables.
Se puede dormir tan plácidamente donde dejamos la AC o bien acercarnos hasta el monte de Valonsadero (a escasos 3 km), donde se celebra la saca de toros en las fiestas de San Juan, una delicia, si dejáis la AC en el segundo aparcamiento, el siguiente al merendero, podréis ver una docena larga de abrigos rupestres con sus pinturas esquemáticas, muy fáciles de localizar por estar enrejadas las piedras y bien señalizadas, aquí hemos dormido sin que nos molestase nadie y teniendo como única compañía un zorrito que buscaba algo de comer.
Segunda etapa: Sur, nos vamos a visitar Almazán, luego Monteagudo de las Vicarias, seguidamente Santa María de Huerta (no dejéis de visitar su espléndido Monasterio cisterciense con su maravillosa escalera por la que se accede al púlpito de lectura en el refectorio), en Santa María de Huerta hay área de Ac,s, o bien y ya para finalizar acercarnos a la sin par Medinaceli (la ciudad segura), no os equivoquéis y os quedéis abajo, hay que subir al cerro, a la ciudad vieja. Cerca del Arco Romano hay una zona muy buena para pernoctar, aquí también podemos repostar más dulces de otro convento de monjas clarisas.
Tercera etapa: Oeste, no podemos perdernos la amurallada Villa de Rello, enriscada, con un rollo muy curioso “El rollo de Rello es de hierro”; luego nos acercaremos a Caltojar, la excelente Iglesia de San Miguel Arcángel nos sorprenderá singularmente por el pingajo de la puerta de acceso, en su interior el pulpito y su escalera de acceso. Muy cerca en dirección a Bordecorex hay una atalaya de las que en esta zona no faltan, y merece la pena echar pie a tierra y subir a contemplar el paisaje (yo dormí junto a ella cuando tenía una vieja Volkswagen LT, ahora no me atrevería a tanto). Cerca de Caltojar está Casillas de Berlanga y en su término la inigualable Ermita de San Baudelio, la capilla Sixtina del románico rural español. Aunque fue expoliada a primeros del siglo XX (hay un libro muy interesante sobre sus pinturas murales, actualmente repartidas por medio mundo), aún queda la impronta, y la estructura del edificio es irrepetible. No se puede perder la visita. Seguido nos acercaremos a Berlanga de Duero, un excelente pueblo, con su Colegiata y el caimán de Fray Tomás, que aquí se le llama Lagarto, tiene además un cuidado castillo y se come muy bien (pero que muy bien), en casa Vallecas, con una carta de vinos excelente a un precio muy comedido. Recomendable 100%. Para dormir, cerca de la Residencia de la 3ª edad, no se está mal, también cerca de la ribera del rio, pero se puede callejear hasta dar con un sitio que más nos agrade. En la provincia de Soria, se puede dormir sin que nadie nos moleste cerca de las áreas recreativas y deportivas, en las explanadas de ermitas e iglesias, en los aparcamientos de las zonas de piscinas y sitios similares.
Cuarta etapa: la iniciamos visitando la fabulosa Fortaleza de Gormaz, de origen califal, con dos buenas puertas de herradura, fue en su día la fortaleza más grande de Europa en su estilo, y bajo la misma se encuentra la iglesia románica de San Miguel de Gormaz, también con restos de pinturas murales. Desde el aparcamiento de la iglesia se divisa el Duero y las tierras labradas que lo circundan, parece que los lindes están trazados con tiralíneas, escuadra y cartabón, algo bello y sereno. De aquí hasta San Esteban de Gormaz, daremos un garbeo por el pueblo y nos encontraremos con las galerías porticadas de la iglesia de San Miguel (la más antigua de Castilla) y, la de Nuestra Señora del Rivero (ojo con v) que sigue el mismo modelo. Ya estamos a un paso de El Burgo de Osma, una gozada de pueblo, hay un excelente parking para pernoctar junto al puente. No podemos perdernos la catedral y el sepulcro policromado de San Pedro de Osma, a caballo entre el románico y el gótico. Todo el pueblo es para pasear, está lleno de tiendas estupendas con productos sorianos de calidad, uno se puede relajar en el Hotel Termal y darse un homenaje comiendo muy bien en el Virrey Palafox. Buen sitio para acabar la jornada.
Quinta Etapa: Norte, tierra de pinares, pasaremos por el Cañón del Rio Lobos, compensa adentrarse y visitar la ermita templaria de San Bartolomé con esa esencia exotérica que gasta, complementada con la cuevona que hay frente a ella. Seguiremos dirección a San Leonardo de Yagüe y en lo alto haremos una parada para contemplar el cañón desde el Mirador de la Galiana, hay una buena zona para aparcar sin problemas. Luego en Regumiel de la Sierra, hay una zona estupenda, sobre todo si van pequeños con nosotros, en el paraje conocido como Comunero de Revenga, hay un centro de interpretación “La Casa de la Madera”, donde por un ascensor panorámico se divisa todo el pinar por encima de sus copas. Buen sitio para pasar la noche. Podemos continuar hasta Duruelo de la Sierra y subir hasta Castroviejo, en el camino rodado que se inicia hacia el nacimiento del Duero. Belleza y singularidad. Yo acabaría el día en Salduero, junto a la cercana Molinos de Duero (menos de 1 km por la orilla de un río Duero recién nacido, con escasas horas de vida, recomendable dar ese paseo), ambas localidades fueron un solo municipio hasta 1772 en el que el barrio molinero se separó de Salduero, tienen hermosos caseríos muy cuidados y eso que las llamas han hecho cisco al pueblo de Salduero en varias ocasiones, la ultima en 1919. Para dormir junto al puente y zona de juegos.
Sexta Etapa: Continuamos viaje por la tierra de Pinares, la siguiente parada es en la cercana Vinuesa (la Visontium romana), conocida como La Corte de los Pinares y con razón, merece la pena pasear su casco y disfrutar de las fachadas de sus palacios y casas solariegas, no dejéis de ver la Casa de los Ramos en la calle Luenga. Después nos acercamos a La Laguna Negra, subir a ese enigmático y fascinante ojo de mar que hay en Soria, al pie de los farallones donde está el nacedero del Duero. Es conocida y bella la leyenda machadiana de Alvargonzalez. Seguimos dirección noreste y podemos parar en Valdeavellano de Tera, aquí hay un buen restaurante “El Mesón de Sime”, donde suele haber buenas carnes a la brasa, (de las pocas cosas que no podemos disfrutar dentro de nuestras AC,s). Para pernoctar, el aparcamiento del acebal de Garagüeta (el mayor de España), subiendo desde Gallinero y así a la amanecida darnos un paseo de aúpa con la compañía incluso de algún corzo de los que tanto abundan por esta zona.
Séptima Etapa: Noreste, las tierras altas de Soria, a los que os gusten las huellas de dinosaurio (icnitas), tenéis que ir a Villar del Rio, además no podéis perderos la torre de San Miguel en Yanguas y el propio pueblo que es precioso, para acercaros posteriormente a San Pedro Manrique, famoso por el paso del fuego la noche de San Juan por los mozos del pueblo, hay un excelente embutido y se puede adquirir uno de los mejores quesos de España, el de Oncala. Por fin podemos bajar hasta Agreda para conocer el pueblo del cardo rojo, aquí hay una reciente área de ac,s, y podéis acercaros hasta la cercana localidad de Vozmediano y conocer así el nacedero del rio Queiles.
Básicamente os he contado las rutas que personalmente haría, ahora os hago una pequeña relación de pueblos y lugares que por estar fuera de estas rutas propuestas tenéis que acudir expresamente, todos ellos son especialmente interesantes.
-Castillejo de Robledo, en la zona de San Esteban de Gormaz, un precioso pueblo entre encinas (curioso eso de robledo). Aquí hay un excelente Restaurante (Venta de Corpes), donde amabilidad y servicio se dan la mano, en Castillejo ver el castillo, bueno castillejo para ser más certeros y la iglesia románica, hay un señor que la enseña con muy buen sentido del humor. Luego podemos dirigirnos en dirección a Langa de Duero, y en un cruce a la Ermita del Monte o de Paúl que de las dos maneras se llama, entre unos espectaculares viñedos, cuidados con mimo, aquí se hace un gran vino (Silentium se llama) llegamos a esta ermita rupestre a la que accedemos por una vereda de gran belleza. En estos parajes se localiza el primer caso documentado de violencia de género, la infligida por los Condes de Carrión a sus esposas, a la sazón hijas del Cid, la conocida Afrenta de Corpes.
-Caracena, también en la zona de influencia de San Esteban de Gormaz, al estar en cuesta lo mejor es dejar la AC en el primer llano y lo recorráis todo andando, es pueblo pequeño si bien además de un Castillo, ya en ruinas (en la actualidad se guardan ovejas) pero con la Torre del Homenaje y algunos paños aún en pie, hay también dos iglesias románicas, la de San Pedro con una galería porticada muy interesante, una antigua cárcel, un hospital de sangre y un puente romano que unía Termancia con Uxama y con Numancia, todo ello en la hoz del río Caracena, es un pueblo que en la actualidad no pasa de 15 habitantes continuos, no obstante hay un bar, Casa Pacheco, donde incluso te pueden dar de comer un cordero de su propio rebaño, y donde una cerveza fría siempre se agradece.
-Termancia, cerca de Montejo de Tiermes, no muy lejos de Caracena. La visita a Termancia merece su tiempo, llevar una linterna es muy importante para entrar en el acueducto, existe una fantástica iglesia románica y además en verano hay visitas guiadas por estudiantes, que siempre son de agradecer. Cerca del centro de interpretación y el museo hay un buen restaurante aunque al lado del río hay unas praderas excelentes para la comida y posterior siesta, viendo volar buitres y alimoches.
-Pedro, en la misma zona, es interesante ver el nacimiento del rio con su mismo nombre y para meter los pies en esa agua fría que nace en la Sierra Pela y que cierra la vista al poniente y no dejar de visitar la ermita hispano-visigoda de la Virgen del Val, una de las más antiguas de España.
-Numancia. En Garray, muy cerca de Soria capital, aunque son escasos los vestigios que quedan, siempre recordaremos la resistencia numantina.
-Calatañazor, entre El Burgo de Osma y Soria, conocido por ser donde al parecer se derrotó al moro Almanzor. Es una villa medieval bastante conservada y muy cerca de allí su sabinar y el ojo de la fuentona de Muriel, un paseo muy recomendable.
-Abejar, no muy lejos tenemos la playa de Soria (Playa Pita), donde se puede practicar algún deporte náutico para los que gustan de la piragua y similares. Hay zona de descanso y un camping por si tenemos que llenar y vaciar depósitos.
Me he dejado así como unos 100 lugares más, pero todo tiene su comienzo y su final.
Estoy seguro que vais a disfrutar en Soria porque como muy bien se dice, ni te lo imaginas.
Miguel Ángel Saldaña Hernández (mash)
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