El río Duratón
A pesar de nacer en la madrileña localidad de Somosierra y rendir tributo al Duero en Peñafiel, territorio ya de Valladolid, el río Duratón discurre principalmente por la provincia de Segovia. Como solo disponíamos de un fin de semana nos contentamos con recorrer la parte central del río, la que discurre entre Sepúlveda y Fuentidueña, y hacia allí nos dirigimos.
Salimos de Riaza hacia Sepúlveda el viernes por la tarde, escasos 25 kilómetros para pernoctar en el buen parking (N 41º 17´52 – W 3º 44´50) y que permite el acceso a pie a toda la villa sepulvedana, que es como hay que conocerla.
De antemano debo decir que siento extrema debilidad por esta población, la considero la más bella de toda la provincia de Segovia, compensan las pendientes para conocer la iglesia románica de El Salvador, y subir y bajar es muy recomendable, el callejeo es una magnifica forma de visitarla. No debéis perderos el Museo de los Fueros situado en la Iglesia de los Santos Justo y Pastor ni la Casa del Parque situada en la iglesia de Santiago, además de ir al Santuario de la Virgen de la Peña, patrona de la localidad.
Chatear en los estupendos locales de ocio, adquirir unos bollos preñaos (aquí conocidos como pedruscos) en la panadería Hernanz, o unos “petit suisse” en la pastelería El Castillo en plena Plaza Mayor son actividades que no debemos perder.
Sepúlveda además es inicio y fin de la senda circular entre los dos ríos o el inicio de la más larga del cañón del río Duratón. Igualmente es conocida como la capital del cordero asado, yo creo que con eso está todo dicho.
Nosotros optamos por acercarnos a un paraje que considero de los más bellos de España, venían con nosotros unos amigos que no lo conocían y no dudamos en acercarnos a verlo. Me refiero a la Ermita de San Frutos, a unos 20 km de Sepúlveda, carretera correcta a excepción de los 3 últimos kilómetros que es por una pista forestal amplia pero polvorienta, eso sí, sin ningún peligro para nuestras AC,s. las vistas que se disfrutan son de vértigo y los buitres leonados que unas veces pasan a escasos metros de nuestras cabezas e incluso por debajo de nosotros es simplemente inolvidable. Yo he venido múltiples veces y siempre me quedo sorprendido.
El paseíto de unas 2 horas nos abrió el apetito por lo que nos acercamos a degustar un excelente “bacalao a la carrascaleña” que nos prepara nuestra amiga Pili en el Bar Pablo o los Rubios que de las dos maneras se llama en Carrascal del Rio, os indico que es necesario reservar para que nos lo preparen (921529211), dos buenas fuentes bien regadas con blanco de Rueda, después un buen gin tonic en la terraza ya nos hizo ver el mundo con otro optimismo.
Carrascal del Rio es un buen pueblo para ir con niños, en el mismo centro hay una zona deportiva muy completa y a unos 300 metros junto al rio un área recreativa muy agradable, incluso con fina arena de playa para poder meter los pies, aunque demasiado limoso para nuestro gusto. Nosotros habíamos dejado ahí las AC,s y fue donde dormimos como lirones. Además en esta zona se inicia una ruta hasta el embalse de Burgomillodo junto al rio donde podemos disfrutar de la vegetación de bosque de galería que es muy agradable. También compensa hacerse la senda del cañón de Valdehornos, muy cómoda para ir también con niños, viendo los buitres arriscados en los paredones que la circundan.
Qué pena que los fines de semana duren tan poco, por lo que decidimos despedirnos por ahora, del río Duratón comiendo un lechazo asado (delantero por supuesto) y unas chuletillas en un merendero junto al puente medieval de la localidad de Fuentidueña, una muy interesante Villa, cabeza que fue de la Comunidad de Villa y Tierra del mismo nombre. Abundan los monumentos que merecen una detallada visita. Desde aquí empezaremos la siguiente excursión con intención de recorrer el curso bajo del río Duratón hasta su desembocadura en el Duero.
Cómo disfrutamos y eso que no hicimos más que 150 km.
(Miguel Ángel Saldaña Hernández-mash)
A pesar de nacer en la madrileña localidad de Somosierra y rendir tributo al Duero en Peñafiel, territorio ya de Valladolid, el río Duratón discurre principalmente por la provincia de Segovia. Como solo disponíamos de un fin de semana nos contentamos con recorrer la parte central del río, la que discurre entre Sepúlveda y Fuentidueña, y hacia allí nos dirigimos.
Salimos de Riaza hacia Sepúlveda el viernes por la tarde, escasos 25 kilómetros para pernoctar en el buen parking (N 41º 17´52 – W 3º 44´50) y que permite el acceso a pie a toda la villa sepulvedana, que es como hay que conocerla.
De antemano debo decir que siento extrema debilidad por esta población, la considero la más bella de toda la provincia de Segovia, compensan las pendientes para conocer la iglesia románica de El Salvador, y subir y bajar es muy recomendable, el callejeo es una magnifica forma de visitarla. No debéis perderos el Museo de los Fueros situado en la Iglesia de los Santos Justo y Pastor ni la Casa del Parque situada en la iglesia de Santiago, además de ir al Santuario de la Virgen de la Peña, patrona de la localidad.
Chatear en los estupendos locales de ocio, adquirir unos bollos preñaos (aquí conocidos como pedruscos) en la panadería Hernanz, o unos “petit suisse” en la pastelería El Castillo en plena Plaza Mayor son actividades que no debemos perder.
Sepúlveda además es inicio y fin de la senda circular entre los dos ríos o el inicio de la más larga del cañón del río Duratón. Igualmente es conocida como la capital del cordero asado, yo creo que con eso está todo dicho.
Nosotros optamos por acercarnos a un paraje que considero de los más bellos de España, venían con nosotros unos amigos que no lo conocían y no dudamos en acercarnos a verlo. Me refiero a la Ermita de San Frutos, a unos 20 km de Sepúlveda, carretera correcta a excepción de los 3 últimos kilómetros que es por una pista forestal amplia pero polvorienta, eso sí, sin ningún peligro para nuestras AC,s. las vistas que se disfrutan son de vértigo y los buitres leonados que unas veces pasan a escasos metros de nuestras cabezas e incluso por debajo de nosotros es simplemente inolvidable. Yo he venido múltiples veces y siempre me quedo sorprendido.
El paseíto de unas 2 horas nos abrió el apetito por lo que nos acercamos a degustar un excelente “bacalao a la carrascaleña” que nos prepara nuestra amiga Pili en el Bar Pablo o los Rubios que de las dos maneras se llama en Carrascal del Rio, os indico que es necesario reservar para que nos lo preparen (921529211), dos buenas fuentes bien regadas con blanco de Rueda, después un buen gin tonic en la terraza ya nos hizo ver el mundo con otro optimismo.
Carrascal del Rio es un buen pueblo para ir con niños, en el mismo centro hay una zona deportiva muy completa y a unos 300 metros junto al rio un área recreativa muy agradable, incluso con fina arena de playa para poder meter los pies, aunque demasiado limoso para nuestro gusto. Nosotros habíamos dejado ahí las AC,s y fue donde dormimos como lirones. Además en esta zona se inicia una ruta hasta el embalse de Burgomillodo junto al rio donde podemos disfrutar de la vegetación de bosque de galería que es muy agradable. También compensa hacerse la senda del cañón de Valdehornos, muy cómoda para ir también con niños, viendo los buitres arriscados en los paredones que la circundan.
Qué pena que los fines de semana duren tan poco, por lo que decidimos despedirnos por ahora, del río Duratón comiendo un lechazo asado (delantero por supuesto) y unas chuletillas en un merendero junto al puente medieval de la localidad de Fuentidueña, una muy interesante Villa, cabeza que fue de la Comunidad de Villa y Tierra del mismo nombre. Abundan los monumentos que merecen una detallada visita. Desde aquí empezaremos la siguiente excursión con intención de recorrer el curso bajo del río Duratón hasta su desembocadura en el Duero.
Cómo disfrutamos y eso que no hicimos más que 150 km.
(Miguel Ángel Saldaña Hernández-mash)
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