Hola amigos caravanistas!
Este viaje está resultando increíble. Si tuviera que definirlo con una sola palabra, tal vez esta sería “mágico”. Hace 5 dias que estamos en Londres, ya estuvimos en Legoland y recorrimos Barcelona, Carcasonne, Rocamadour, los castillos de Chenonceau, Villandry y Chambord, Eurodisney, Versailles y Paris.
Dentro de un mes aproximadamente, cuando termine nuestro viaje, subiré el relato y fotos. Mientras tanto, les paso algunas impresiones generales:
Europa es absolutamente fascinante (esto ya lo saben todos), con su enorme bagaje histórico y cultural, y para nosotros es toda una experiencia recorrer parte de sus maravillas. Allá en Argentina estamos a años luz de ustedes en infinidad de temas: orden, limpieza, desarrollo, políticas públicas, educación vial… el Estado aquí funciona de verdad, y allí, en casa, no. Creo que deberán pasar varias generaciones de un aprendizaje continuo y sostenido para que podamos desarrollarnos como ustedes.
De todas formas, la crisis de Europa de los últimos años se nota, especialmente en los detalles. Me encontré, 16 años después de la última vez que estuve aquí, con un ambiente un poco mas pesimista, con la gente un poco mas nerviosa y en ocasiones poco amable, y con detalles mínimos (por ejemplo, el pasto largo a los costados de algunas rutas y autopistas) que me lo hacen ver.
Cuando cruzamos a Londres justo nos tocó el tema de las huelgas en Calais y el bloqueo en el puerto, en simultáneo con el cierre del eurotunel por los inmigrantes. Esa noche la pasé sin dormir y terminamos cruzando por Dunkerke, luego de pasar por un susto porque los manifestantes nos tiraron, en plena autopista a las 4 de la mañana, un conito de esos que se usan en las rutas y que pude esquivar antes de llegar a Calais. Esa “odisea” ya la contaré con detalles en el relato del viaje mas adelante, pero en un momento me sentí inseguro y hasta pensé que estaba en Argentina hace unos años, cuando este tipo de situaciones eran muy comunes. Otra cosa que me sorprendió fue la cantidad de preguntas y cosas que me pidieron los ingleses para permitirme cruzar la frontera. Vuelo de regreso, contrato de alquiler de la autocaravana, dirección en Londres… yo venía pensando que al ser parte de la comunidad no había fronteras… pero en el caso de Inglaterra sí que las hay, incluso para los propios comunitarios.
Es notable la diferencia en los caracteres de franceses e ingleses. Cada uno, a su manera, guarda un “orgullo nacional” muy particular que se demuestra de diferentes formas. Son países que han sido imperios y que ya no lo son, pero que tal vez añoran en el fondo algo de ese poder perdido. Francia con su orgullo “científico y cultural”, con su notable izquierda y partido laboral, e Inglaterra con su orgullo bélico, su puntualidad, orden y teórica “perfección inimitable”, siempre yendo un poco a contramano de todo y de todos, tal vez intentando mostrar algo de superioridad e identidad dentro de la globalización que nos abarca a todos.
Otra cosa que noté de los ingleses: seguramente por la guerra de Malvinas, o por el gol de Maradona, o vaya a saber uno por qué, hay algo que no les gusta de los argentinos en general. Síntoma de esto: en el Madame Toussaud, en Londres, cuando vine en el ’99 estaba entre sus figuras de cera Pelé, y no Maradona. Y estaban por supuesto, el Papa de aquel entonces (Juan Pablo II). Ahora, que volví a ir, no está Messi (el mejor del mundo, indiscutidamente) y sí está Cristiano Ronaldo. Y no está el Papa Francisco (argentino), y sí el anterior (Benedicto XVI, que pasó sin pena ni gloria...).
Algunas otras impresiones: hay pocos niños en Europa, y pasan pocas horas al día con sus padres. Las autopistas en Francia son carísimas pero espectaculares, y en Inglaterra son gratis y mucho peores, con apenas espacios para parar si es que los hay. En España solo usé la que va de Barcelona a Francia, y fue muy buena también. No es para nada difícil acostumbrarse a manejar en Inglaterra por la izquierda, pero son bastante complicados con los carriles, especialmente antes de una rotonda. Si vas por la izquierda… es probable que en algunos casos no puedas entrar a la rotonda y termines girando a la izquierda “obligado” por no haber cambiado antes de carril.
GPS: el Garmin es notablemente superior y mejor al Tom Tom, sin dudas.
La gente es correcta y amable, pero bastante parca y seria. En Barcelona me llamó mucho la atención lo mal que te atienden el algunos lugares. Por momentos pareciera que están un poco hartos del turismo. Charlamos con mucha gente: ingleses, franceses, portugueses, italianos y amigos argentinos que viven aquí (en Barcelona, Paris y afueras de Londres, ya hablaré de cada uno de ellos y de sus experiencias en el relato del viaje). La riqueza de todo lo que uno escucha, dialoga y comparte es enorme. Hace 17 días que salimos de Argentina y parece que hiciera un año.
Mis hijos están viviendo un viaje soñado y que les está haciendo descubrir muchísimas cosas. Lenguas, costumbres, lugares, magia… todos los días aprenden infinidad de cosas de la vida, del ser humano y de nuestro mundo que poco a poco los van formando y enseñándoles a crecer. Cada uno a su manera, desde su edad, pero los cuatro están viviendo un crecimiento acelerado en su manera de ver la vida y compartir su niñez.
En fin, pequeñas impresiones personales que (ciertas o equivocadas) me va dejando este viaje… mas adelante les seguiré contando.
Saludos a todos!
Rodrigo.
Este viaje está resultando increíble. Si tuviera que definirlo con una sola palabra, tal vez esta sería “mágico”. Hace 5 dias que estamos en Londres, ya estuvimos en Legoland y recorrimos Barcelona, Carcasonne, Rocamadour, los castillos de Chenonceau, Villandry y Chambord, Eurodisney, Versailles y Paris.
Dentro de un mes aproximadamente, cuando termine nuestro viaje, subiré el relato y fotos. Mientras tanto, les paso algunas impresiones generales:
Europa es absolutamente fascinante (esto ya lo saben todos), con su enorme bagaje histórico y cultural, y para nosotros es toda una experiencia recorrer parte de sus maravillas. Allá en Argentina estamos a años luz de ustedes en infinidad de temas: orden, limpieza, desarrollo, políticas públicas, educación vial… el Estado aquí funciona de verdad, y allí, en casa, no. Creo que deberán pasar varias generaciones de un aprendizaje continuo y sostenido para que podamos desarrollarnos como ustedes.
De todas formas, la crisis de Europa de los últimos años se nota, especialmente en los detalles. Me encontré, 16 años después de la última vez que estuve aquí, con un ambiente un poco mas pesimista, con la gente un poco mas nerviosa y en ocasiones poco amable, y con detalles mínimos (por ejemplo, el pasto largo a los costados de algunas rutas y autopistas) que me lo hacen ver.
Cuando cruzamos a Londres justo nos tocó el tema de las huelgas en Calais y el bloqueo en el puerto, en simultáneo con el cierre del eurotunel por los inmigrantes. Esa noche la pasé sin dormir y terminamos cruzando por Dunkerke, luego de pasar por un susto porque los manifestantes nos tiraron, en plena autopista a las 4 de la mañana, un conito de esos que se usan en las rutas y que pude esquivar antes de llegar a Calais. Esa “odisea” ya la contaré con detalles en el relato del viaje mas adelante, pero en un momento me sentí inseguro y hasta pensé que estaba en Argentina hace unos años, cuando este tipo de situaciones eran muy comunes. Otra cosa que me sorprendió fue la cantidad de preguntas y cosas que me pidieron los ingleses para permitirme cruzar la frontera. Vuelo de regreso, contrato de alquiler de la autocaravana, dirección en Londres… yo venía pensando que al ser parte de la comunidad no había fronteras… pero en el caso de Inglaterra sí que las hay, incluso para los propios comunitarios.
Es notable la diferencia en los caracteres de franceses e ingleses. Cada uno, a su manera, guarda un “orgullo nacional” muy particular que se demuestra de diferentes formas. Son países que han sido imperios y que ya no lo son, pero que tal vez añoran en el fondo algo de ese poder perdido. Francia con su orgullo “científico y cultural”, con su notable izquierda y partido laboral, e Inglaterra con su orgullo bélico, su puntualidad, orden y teórica “perfección inimitable”, siempre yendo un poco a contramano de todo y de todos, tal vez intentando mostrar algo de superioridad e identidad dentro de la globalización que nos abarca a todos.
Otra cosa que noté de los ingleses: seguramente por la guerra de Malvinas, o por el gol de Maradona, o vaya a saber uno por qué, hay algo que no les gusta de los argentinos en general. Síntoma de esto: en el Madame Toussaud, en Londres, cuando vine en el ’99 estaba entre sus figuras de cera Pelé, y no Maradona. Y estaban por supuesto, el Papa de aquel entonces (Juan Pablo II). Ahora, que volví a ir, no está Messi (el mejor del mundo, indiscutidamente) y sí está Cristiano Ronaldo. Y no está el Papa Francisco (argentino), y sí el anterior (Benedicto XVI, que pasó sin pena ni gloria...).
Algunas otras impresiones: hay pocos niños en Europa, y pasan pocas horas al día con sus padres. Las autopistas en Francia son carísimas pero espectaculares, y en Inglaterra son gratis y mucho peores, con apenas espacios para parar si es que los hay. En España solo usé la que va de Barcelona a Francia, y fue muy buena también. No es para nada difícil acostumbrarse a manejar en Inglaterra por la izquierda, pero son bastante complicados con los carriles, especialmente antes de una rotonda. Si vas por la izquierda… es probable que en algunos casos no puedas entrar a la rotonda y termines girando a la izquierda “obligado” por no haber cambiado antes de carril.
GPS: el Garmin es notablemente superior y mejor al Tom Tom, sin dudas.
La gente es correcta y amable, pero bastante parca y seria. En Barcelona me llamó mucho la atención lo mal que te atienden el algunos lugares. Por momentos pareciera que están un poco hartos del turismo. Charlamos con mucha gente: ingleses, franceses, portugueses, italianos y amigos argentinos que viven aquí (en Barcelona, Paris y afueras de Londres, ya hablaré de cada uno de ellos y de sus experiencias en el relato del viaje). La riqueza de todo lo que uno escucha, dialoga y comparte es enorme. Hace 17 días que salimos de Argentina y parece que hiciera un año.
Mis hijos están viviendo un viaje soñado y que les está haciendo descubrir muchísimas cosas. Lenguas, costumbres, lugares, magia… todos los días aprenden infinidad de cosas de la vida, del ser humano y de nuestro mundo que poco a poco los van formando y enseñándoles a crecer. Cada uno a su manera, desde su edad, pero los cuatro están viviendo un crecimiento acelerado en su manera de ver la vida y compartir su niñez.
En fin, pequeñas impresiones personales que (ciertas o equivocadas) me va dejando este viaje… mas adelante les seguiré contando.
Saludos a todos!
Rodrigo.
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