Haere Mai. Un viaje a Nueva Zelanda

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  • Elimaco
    Usuario
    • 13 nov, 2011
    • 3061
    • Salou

    Hola, Jota. Estoy siguiendo con mucho interés tu relato de Nueva Zelanda, que es magnífico, pero más me ha gustado esta última colección de fotos del sur de la Patagonia, con el inmenso glaciar Perito Moreno. Este es un viaje que tenemos en mente mi mujer y yo desde hace mucho tiempo, y que ahora esperamos llevarlo a cabo a no mucho tardar. Las fotos son espectaculares.
    Te mando un privado. Saludos

    Comentario

    • jota
      Usuario
      • 2 abr, 2005
      • 9247
      • Wid Wild West

      Originalmente publicado por elimaco
      Hola, Jota. Estoy siguiendo con mucho interés tu relato de Nueva Zelanda, que es magnífico, pero más me ha gustado esta última colección de fotos del sur de la Patagonia, con el inmenso glaciar Perito Moreno. Este es un viaje que tenemos en mente mi mujer y yo desde hace mucho tiempo, y que ahora esperamos llevarlo a cabo a no mucho tardar. Las fotos son espectaculares.
      Te mando un privado. Saludos
      Privado respondido

      Comentario

      • jota
        Usuario
        • 2 abr, 2005
        • 9247
        • Wid Wild West

        12 de agosto

        Temperatura al amanecer: 7º C

        La previsión del tiempo da lluvia para mañana y un empeoramiento a partir de hoy. Sin embargo, cuando nos levantamos no hay ni una sola nube en el cielo. Vamos hacia la zona de los volcanes, ojalá aguante así el resto del día.

        Desayunamos y regresamos hasta el centro deportivo donde pensábamos dormir. Motivo: cambio de aguas. Ni rastro de los centenares de coches que abarrotaban ayer el aparcamiento. Sí, vemos, en cambio, numerosos escolares se dirigiéndose a clase. Hemos coincidido con ellos en bastantes ocasiones a las tres y media o a las cuatro, que es cuando regresan a casa, pero nunca los habíamos visto a la hora de entrar. Van todos de uniforme, y de ello podría deducirse que estudian en un colegio privado -o concertado, como los llaman ahora en España-, pero no: en Nueva Zelanda el 97 por ciento de la enseñanza es pública, laica y gratuita. Una delicia.

        A continuación buscamos el Countdown (atinar a la primera, sin tener que andar preguntando, es lo más estupendo de las nuevas tecnologías). En realidad no necesitamos comida, pero sí bebida: regresa Bego con una botella de vino y doce latas de cerveza y me cuenta que la cajera la miraba con aire reprobatorio. Por lo visto aquí también tienen sus pequeñas hipocresías, y lo esperable era que se dirigiera a una tienda de Spirits en lugar de al súper.
        Cruzamos por enésima vez, y esperamos que sea la última, por el Dublin Street Bridge y enfilamos la SH 4, que sigue los meandros del Mangawhero River por un terreno abrupto y desolado. Recorremos 90 kilómetros hasta el primer lugar habitado, Raetihi, 1.100 almas. Y luego viene Horopito, que tampoco es que sea para echar las campanas al vuelo.

        Ruapehu en la distancia
        Las nubes cubren el Ngauruhoe
        A partir de aquí entramos en el Tongariro National Park, con sus tres grandes volcanes: el Ruapehu (2.797 m.), que es el más activo; el Ngauruhoe (2.287 m.) y el Tongariro (1.967 m.). De los tres, el único de cono volcánico tal y como nos lo solemos representar es el Ngauruhoe. Sin embargo, el Parque Nacional lleva el nombre del más bajito. Imagino que será por comodidad de dicción, a ver quién es el guapo que pronuncia el nombre del segundo sin despeinarse.

        Tongariro tiene una historia curiosa. En 1887 Horonuku, el jefe maorí local, viendo el previsible destino que les aguardaba a sus tierras en manos los blancos (venta, fraccionamiento en manos privadas y subsiguiente conversión en pastizales) decidió anticiparse a la jugada y entregarlas a la Corona, convirtiéndolo así en el primer parque nacional de Nueva Zelanda y cuarto del mundo. Hoy recibe un millón de visitantes al año, por suerte no en invierno.

        A medida que nos acercamos hemos ido atisbado las tres grandes moles entre las montañas. Tenemos esperanzas de poder ver el Ngauruhoe en todo su esplendor pero, cuando apenas nos faltan unos 30 kilómetros para destino, entran en acción unas pérfidas nubes que llegan por el Oeste y cubren la cima por completo. Rayos y truenos; los dioses maoríes, que impidieron la parcelación, tampoco quieren que disfrutemos de su más preciado tesoro.

        Trasera de un camión de la basura
        Señalización de la ruta
        Un poco mohínos, torcemos a la derecha en un pueblo llamado National Park y luego nuevamente a la derecha, hasta llegar a Whakapapa. La carretera asciende durante 7 kilómetrosmás por la falda del Ruapehu, pero nosotros aparcamos aquí; una breve refeiçao y emprendemos a pie el camino de las Taranaki Falls, 2 horas ida y vuelta.

        Camino de las Taranaki
        Hielo en el arroyo
        Jugando en el Wairere Stream
        Habíamos escogido esta ruta porque ofrecía unas inigualables vistas del Ngauruhoe, pero eso tendrá que ser otro día. El recorrido comienza cruzando una planicie insípida; sin embargo, cuando llegamos al Wairere Stream y lo remontamos a través del bosque nos alegra sobremanera el haber venido: el torrente está semicongelado, y en las piedras y las orillas el hielo forma caprichosas figuras. Es divertido y a la vez embelesante. El camino sin embargo se las trae, ya que, aunque está muy bien preparado -pasarelas, barandillas, escaleras- hay zonas donde el hielo se acumula y, como nos ocurrió en el Monte Cook, resulta difícil pasar sin resbalarse.

        Wairere Stream
        Wairere Stream
        Encontramos a dos mujeres que bajan y que, casi sin saludar, empiezan a hablarnos. No les entendemos todo lo que dicen, pero sí nos queda claro que el terreno más adelante no es apropiado para niños pequeños ya que ellas han tenido que bajar, literalmente, con el culo. Pese a las inquietantes noticias, decidimos proseguir. Llegamos a una pequeña cascada


        sobre la que cruza un puente. Otros 500 metros por terreno despejado y por fin estamos en Taranaki Falls.

        Consiste en una caída de agua de unos 20 metros de altura originada por una falla volcánica. Lo chulo es que toda la base de la cascada, salvo la poza donde cae el agua, se halla cubierta de nieve. Realmente esta excursión es uno de los hitos del viaje. No solo por la belleza del sitio, que también sino por el estado de espíritu, tan placentero, y por la sorpresa de lo inesperado.

        Nos acercamos inocentemente hasta que nos damos cuenta de que estamos caminando por encima del torrente, y que la nieve no solo tapa las piedras y las rocas, sino también la corriente de agua. No creo que sea muy profunda, la verdad, pero no apetece nada volver con un tobillo torcido o con los pies congelados.

        Taranaki Falls
        Taranaki Falls
        Hasta aquí llegamos
        Vemos que varias personas continúan camino y las seguimos. Entonces es cuando comprendemos lo que nuestra interlocutora nos dijo: para llegar a lo alto de la cascada es menester subir por una escalera y unas rampas de hielo que nos parecen bastante peligrosas. Desistimos de la ruta circular y volvemos por donde vinimos.

        Tras disfrutar otra vez del embrujo helado del torrente, volvemos a la auto. La luz está declinando, y es hora de contestar la quinta pregunta, dónde vamos a dormir hoy. Elegimos Tokaanu, una pequeña localidad junto al Lago Taupo. Nos alejamos de nuestro volcán favorito conscientes de que, aunque lo veamos despejado, ya será de lejos. Hasta nuestro destino hay 47 kilómetros, la carretera es buena y el tráfico un tanto impaciente. Por el camino nos empieza a llover, la primera agua en nueve días.

        Encontramos el aparcamiento junto al muelle con facilidad. Aquí al lado están las Tokaanu Thermal Pools y habíamos pensado en darnos un bañito (cierran a las nueve). Pero estamos tan bien colocados que no nos apetece que nos quiten el sitio. Cena y a dormir.


        Kilómetros etapa: 187
        Kilómetros viaje: 4.133
        Editado por última vez por jota; 23/10/2016, 11:46:00.

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        • Xavier i Silvia
          Usuario
          • 21 mar, 2006
          • 604
          • BARCELONA (Barcelona)

          No vayas a pensar que soy "millonetis", pero viviendo en Barcelona, que es una ciudad muy cara, no me parecen unos precios desorbitados.

          Comentario

          • Xavier i Silvia
            Usuario
            • 21 mar, 2006
            • 604
            • BARCELONA (Barcelona)

            Taranaki Falls: se respira paz. Viajar en "su invierno" seguro que tiene inconvenientes (frio, horas de luz, ....) pero una gozada disfrutar del poco turismo y sobretodo del silencio que me imagino que hay.

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            • jota
              Usuario
              • 2 abr, 2005
              • 9247
              • Wid Wild West

              Originalmente publicado por Xavier i Silvia
              No vayas a pensar que soy "millonetis", pero viviendo en Barcelona, que es una ciudad muy cara, no me parecen unos precios desorbitados.

              En cualquier caso, más baratos que los de Noruega

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              • Jose Luis Tenerife
                Usuario
                • 12 dic, 2006
                • 2163
                • La Caleta de Adeje. Isla de Tenerife.

                Originalmente publicado por Carhec
                Buen viaje Jose Luis, ya veréis que no os defraudará.

                Saludos
                Originalmente publicado por EvaV
                Buen viaje, José Luis !!!
                Originalmente publicado por mitxuni
                Que os vaya todo muy bien Jose Luis.


                Enviado desde mi IRON mediante Tapatalk
                Gracias por los deseos...

                Comentario

                • Jose Luis Tenerife
                  Usuario
                  • 12 dic, 2006
                  • 2163
                  • La Caleta de Adeje. Isla de Tenerife.

                  Hace tiempo que no entro por aquí, pero ya me puse casi al día...
                  Juanma, tú relato para arriba y nosotros hacia abajo. Nos hemos cruzado en el camino y ni siquiera un saludo... Si alguna vez nos encontramos, no sabes la alegría que me dará conocerte en persona.
                  Todo nuestro viaje perfectamente, con sus cosas no programadas, que son las mejores.
                  Estamos en Wellington esperando a mañana navegar a la isla sur.
                  El tiempo, magnifico, solo hoy ha llovido. Poca cosa para lo esperado. Algo frío por la noche. Entre 20º y 10º.
                  Creo que estuviste en otro país que nosotros. Esto es verde, verde, pero verdeverde. Algo de nieve en la cima del Tongariro. Y de momento sol.

                  No hago fotos. No tengo cámara... Solo las cosas curiosas, las de "obligación para un recuerdo" y con un móvil.

                  De cualquier forma siempre disfruto con los relatos de los maestros. Continúa maestro X 2.

                  Comentario

                  • jota
                    Usuario
                    • 2 abr, 2005
                    • 9247
                    • Wid Wild West

                    Originalmente publicado por Jose Luis Tenerife
                    Hace tiempo que no entro por aquí, pero ya me puse casi al día...
                    Juanma, tú relato para arriba y nosotros hacia abajo. Nos hemos cruzado en el camino y ni siquiera un saludo... Si alguna vez nos encontramos, no sabes la alegría que me dará conocerte en persona.
                    Todo nuestro viaje perfectamente, con sus cosas no programadas, que son las mejores.
                    Estamos en Wellington esperando a mañana navegar a la isla sur.
                    El tiempo, magnifico, solo hoy ha llovido. Poca cosa para lo esperado. Algo frío por la noche. Entre 20º y 10º.
                    Creo que estuviste en otro país que nosotros. Esto es verde, verde, pero verdeverde. Algo de nieve en la cima del Tongariro. Y de momento sol.

                    No hago fotos. No tengo cámara... Solo las cosas curiosas, las de "obligación para un recuerdo" y con un móvil.

                    De cualquier forma siempre disfruto con los relatos de los maestros. Continúa maestro X 2.
                    Sí, ya imagino que con la primavera cambiará el paisaje. He visto por el satélite unos árboles de un verde gusanito que nosotros conocimos sin hojas.

                    Ya sabes que no hay dos viajes iguales. Lástima que no saques fotos.

                    (Entre nosotros, cada vez que oigo lo de maestro me acuerdo de los toros)

                    Have a nice trip

                    Comentario

                    • jota
                      Usuario
                      • 2 abr, 2005
                      • 9247
                      • Wid Wild West

                      13 de agosto

                      Temperatura al amanecer: 7º C

                      Han caído chuzos de punta toda la noche, y la previsión es que siga así hasta mediodía. ¿Qué hacemos?

                      El plan para hoy era recorrer la orilla de Lago Taupo siguiendo las paredes del antiguo volcán, pero con este tiempo no vamos a ver nada. Por otro lado, tenemos pendiente la visita a las cuevas de Waitomo. Como ya dije, nos caen un poco a trasmano, así que lo mismo nos da ir desde aquí que desde Taupo o incluso desde Rotorua. Por tanto, decidido, hoy tocan luciérnagas. Por si acaso, llamamos por teléfono antes para cerciorarnos de que se encuentran abiertas.

                      Antes de salir nos sucede el segundo percance autocaravanil: estoy enfrascado en vaciar y repostar y abro la puerta corredera. Como hay algo de inclinación y pesa bastante, se desliza hasta el final de los rieles, solapándose con la la portezuela que protege la entrada de las limpias. He dejado las llaves del vehículo en la cerradura de esta, y cuando quiero darme cuenta la pequeña llave está doblada y partida. Vaya por Dios, disgusto similar al del tapón de las grises. Además, la puertecita de marras ya no encaja de ninguna de las maneras. La aseguro con un trozo de plástico, esperando que aguante.

                      Caminito de Waitomo
                      Asumido el disgusto, nos ponemos en marcha para recorrer los 160 kilómetros que nos separan de Waitomo, primero hacia el Oeste y luego hacia el Norte. El paisaje es montañoso, de colinas deforestadas. Al llegar a la SH 4 el tráfico aumenta en intensidad y en la correspondiente proporción de gilip*llas al volante. Un todo terreno circula como alma que lleva el diablo nos adelanta en un tramo de curvas. Kilómetros más adelante lo vemos orillado en el arcén; mientras el hombre continúa al volante, impertérrito, una mujer asiste a la niña de unos diez años, que vomita afuera como una descosida. Poco después nos vuelven a adelantar y otra vez, como era previsible, asistimos a la escena repetida de la parada y los vómitos. Desde luego, con padres así para qué quiere uno enemigos.

                      Hace un rato que ha dejado de llover, y para cuando llegamos a Waitomo parece que quiere salir el sol. Hay bastantes vehículos en el aparcamiento, me pregunto cómo será esto en temporada alta.

                      Cruzamos la carretera y llegamos al centro de recepción, un edificio de cristal y madera que conjuga la vanguardia con ancestrales tótems. Nos dirigimos a la primera de las taquillas y le preguntamos a la chica, no muy convencidos, que si es cierto que los conductores de Maui no pagan. Resulta ser verdad, menos mal que me he subido el voucher que lo demuestra. Es posible acumular dicho descuento al de los combos, así que compramos entrada para las cuevas de Glowworm y Ruakuri. Nuestra taquillera tiene un rostro a la vez exótico e indefiniblemente familiar. Cuando ve mi pasaporte nos explica que su madre es maorí, y su padre español. De hecho, esto último lo dice en nuestro idioma, más o menos mispronounced. Justo a tiempo, porque he estado a punto de hacer un comentario no muy adecuado en voz alta, como ocurre muchas veces cuando uno está en sitios donde sabe que no le van a entender.

                      Tótem maorí
                      Totem maorí
                      Tótem maorí
                      Tótem maorí
                      Tótem maorí
                      La entrada al primer recorrido está aquí al lado, así que nos ponemos a la cola en espera de que llegue el guía. Este resulta ser un maorí ya entradito en años, calvo por la coronilla y con largas y abundantes melenas canas en el resto: parece un viejo rockero. Luego es muy campechano y agradable y trasluce, como hemos visto en muchos maoríes, un permanente aire de chanza que recuerda al humor andaluz. Parece que de buenas a primeras va a interrumpir la explicación para decir: "Conosen ustede aquer que dise..." Bromas aparte, imagino lo mal que lo tuvieron que pasar los maoríes cuando la invasión británica, pero si comparamos su situación hoy (inserción social, reconocimiento de su cultura) con la de otras minorías, como los indios norteamericanos o los aborígenes de Australia, hay que reconocer que están muy bien.

                      En el grupo hay varias familias chinas. Intento mantenerme alejado de ellas, pero resulta imposible: los niños corretean de aquí para allá y arrempujan sin ningún miramiento; los padres desdeñan las explicaciones de nuestro buen guía y hablan a gritos en mandarín. Por suerte, en el embarcadero logramos zafarnos metiéndonos en un bote donde solo van occidentales. El más pedorro de los niños intenta también subir, pero como su familia no cabe lo echan fuera.

                      El recorrido en barca es breve pero intenso, en absoluto silencio y oscuridad. Una chica de la organización dirige la barca con una pértiga, pero es tan sigilosa que parece que esta se moviera sola por una suerte de Laguna Estigia. Sobrecoge el techo de tan iluminado: son miles y miles las luciérnagas que viven aquí, aunque más parece que estemos asistiendo a la contemplación del cielo estrellado y la conciencia de nuestra propia insignificancia.

                      Me pregunto qué comen todos estos gusanos de luz en lo más profundo de una cueva. La respuesta la tengo cuando llegamos al desembarcadero: un río entra por aquí. En él viven millones de larvas de mosquito. Cuando una de ellas tiene la desafortunada idea de nacer dentro de la cueva, se ve irremisiblemente atraída por las luces del techo tal vez creyendo, como yo, que son astros siderales. Que donde uno cree que hay galaxias simplemente te esperen bocas hambrientas parece un final de lo más cutre.

                      Salida de la Cueva de las Luciérnagas
                      El río que entra en la cueva
                      Salimos de la cueva y miramos el reloj. Faltan cuarenta y cinco minutos para que nos recoja la shuttle que nos lleve a la cueva de Ruakuri. Como ya es mediodía, nos acercamos a la auto y nos preparamos unos bocatas de emergencia. Luego volvemos a la zona de las taquillas. Aquí hay dos bancos, situados perpendicularmente uno respecto al otro pero bastante separados. Llegan los cinco miembros de una familia china. Los niños se sientan ocupan libre y las dos mujeres, ni cortas ni perezosas, se sientan en el nuestro. El hombre, por su parte, permanece de pie, frente a mí, observándome sin ningún pudor. Tal como estoy sentado, sus partes innobles penden a un metro escaso de mi cara. Intento alejarme de tan perturbadora visión, pero no sé donde mirar porque si levanto la vista hacia arriba y me encuentro con su jeto aumentará la furia que estoy sintiendo a cuenta de su grosero proceder. En este instante me asalta una revelación acongojante: jamás visitaré la Gran Muralla. Me vienen a la memoria las palabras de Javier Reverte en su último libro referentes a los chinos: no es que sean maleducados, es que no tienen ninguna educación, que es distinto. Cuenta que por eso no se asombraban de que él también se abriera paso a codazos cuando se saltaban la cola, sino que se cabreara mientras lo hacía. Tiemblo cuando pienso en el día en que el turismo de esta nacionalidad se generalice y haya que aguantarlos, con sus desaires y sus genitales, por todos los rincones del planeta.

                      Llega por fin el microbús y subimos a él, chinos incluidos. Yo esperaba conductor, pero es conductora y además jovencísima. Ni ella ni la guía tienen más de veinticinco años, y charlan entre sí con la animación de la juventud. La segunda tiene un defecto en una de sus manos, pero no consigo saber cuál es porque se las arregla para mantenerla siempre oculta. También con nosotros se muestra muy alegre y expansiva, y se dirige a nosotros llamándonos continuamente guys. A mí esta manera informal de tratarnos, bastante usual por estos lares, me descoloca un poco. Que ya tenemos una edad; y que acabamos de conocernos, oiga.

                      Entrada a Ruakuri
                      Ruakuri Cave
                      Ruakuri Cave
                      De camino a nuestra cueva paramos en la de Aranui, donde suben dos hombres y una mujer. De ella no retengo rasgos destacables; el que parece su marido, en cambio, luce pelo a lo Jackie Chan, y el que parece su amigo recuerda mucho por los rasgos ascéticos a David Carradine. Antes de meternos bajo tierra, nuestra guía nos da algunos consejos y pregunta por nuestro país de origen. Cuando llega al Pequeño Saltamontes este responde: "China", y pone una cara que yo interpreto como "¿Es que no se nota?" La verdad es que tanto él como la pareja amiga me caen bien, se muestran muy discretos y hacen gala de un comportamiento bastante menos arrabalero que sus paisanos aquí presentes.

                      La entrada a Ruakuri se efectúa por una rampa en forma de caracol que desciende quince metros. Nuestra guía abre una enorme puerta cerrada con código y a continuación nos adentramos en un laberinto imposible de túneles, pasarelas, cascadas subterráneas y luciérnagas. Allí donde las estructuras de caliza están muy próximas, un sensor de proximidad avisa para que no andes toqueteando lo que no debes.

                      Gusanos de luz
                      Gusanos de luz
                      Gusanos de luz
                      El recorrido es bastante más largo que el de la primera cueva, y sería fácil perderse de no ir acompañado. Nuestra guía ejerce un control discreto sobre el grupo, procurando que nadie se quede retrasado, pero sin agobiar. Es tan comunicativa que hasta yo me atrevo a hacerle alguna pregunta, a la que responde de corrido como si yo manejase la lengua de Shakespeare desde mi tierna infancia. Pero no me importa, porque ya me tiene ganado. En el grupo hay una pareja de norteamericanos algo mayores que nosotros. Les oigo hablar con la guía acerca de Trump. Si entender gran cosa, resulta evidente que entre los tres le están poniendo a caldo.

                      Ruakuri
                      Fósil de concha en Ruakuri
                      Ruakuri
                      Hora y media después finalizamos el recorrido. Hay quien dice que la cueva está hechizada. No sé si llega a tanto, pero es cierto que sales de aquí con una sensación particular. Justo donde empieza la rampa en forma de hélice, en el centro, hay una gran piedra sobre la que se desploma desde las alturas un chorro de agua. Por lo visto, es costumbre lavarse las manos al salir para limpiarse del tapu. Además de las manos, yo me mojo la cara, las orejas, la nuca. Percibo miradas de censura pero me da igual, soy feliz con estas pequeñas libertades.

                      Volvemos a la superficie. Cuando subimos al autobús, la familia china ya ha ocupado nuestros asientos. Paramos de nuevo en Aranui para que bajen Jackie Chan, su amigo y su mujer, deben de tener por ahí el coche. Al salir se despiden educadamente y a mí me da pena de que se vayan, pues me hacen concebir esperanzas respecto a su nación, y también recordar que gente de toda laya la hay en todos sitios.

                      Ya en el centro de recepción, Inari y yo hacemos una excursión a la tienda de recuerdos. Es bastante cara, pero un día es un día: compro una guía de localizaciones del rodaje de El Señor de los Anillos, un libro infantil y un CD de música maorí titulado HAERE MAI, con el que estrenamos el equipo de música de la auto. En las canciones contrastan las angelicales voces de aire hawaiano del St Joseph´s Maori Girls´College con las atronadoramente guerreras, más propias de la haka, de los mozos del Te Aute College. La primera, He Puru Taitama, parece la versión original de una canción popularizada por nuestros lares por un grupo musical infantil.

                      Camino del mirador
                      Haere mai es cuando llegas, y Haere ra cuando te marchas
                      Nos marchamos, no sin antes subir hasta un mirador desde el que se contemplan el pueblo y las colinas circundantes.
                      Volvemos por el mismo camino de la venida hasta Te Kuiti, y aquí nos desviamos hacia la orilla Norte del lago. Hace rato que se ha hecho de noche, y los 150 kilómetros sin pueblos y sin apenas tráfico se hacen interminables. De vez en cuando, en las colinas, vemos fantasmales luces. Proceden de las ventanas de las granjas que, como no tienen postigos ni persianas, se divisan a kilómetros.

                      Finalmente llegamos a Taupo. Cruzamos la ciudad y damos enseguida con el aparcamiento, junto al puerto deportivo, que se halla abarrotado de furgonetas y vehículos variados. Teóricamente es un parking para self-contained, pero parece que hacen la vista gorda, al menos en temporada baja.

                      Noche estrellada, silenciosa. Con luciérnagas.



                      Kilómetros etapa: 314
                      Kilómetros viaje: 4.447
                      Editado por última vez por jota; 06/11/2016, 10:23:23.

                      Comentario

                      • EvaV
                        Usuario
                        • 25 ene, 2005
                        • 6960
                        • Osona (Barcelona)

                        Luciérnagas en la noche silenciosa y estrellas con la boca abierta esperando a las larvas de mosquito, la bella metáfora !

                        No queda políticamente correcto, pero encontronazos de este estilo con turistas chinos también los hemos tenido con los perros, se hacen fotos con ellos y les tocan como si fuera incluido en el precio de su viaje... Ya me supongo que no serán todos, pero qué contraste con sus vecinos japoneses, todo educación y respeto en grado sumo !

                        Bella visita la de hoy, nosotros sólo vimos la cueva de Waitomo, el tiempo no dio para más.

                        A la espera de otra etapa !!
                        http://www.evav.es/ 2005 Noruega, 2006 Finlandia, 2007 Islandia, 2008 y 2012 Suiza, 2009 Irlanda, 2010 Canadá, 2011 Escocia, 2013 Holanda, 2014 Aguas croatas, 2015 Gales, 2016 Austria, 2017 Lofoten

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                        • jota
                          Usuario
                          • 2 abr, 2005
                          • 9247
                          • Wid Wild West

                          Sé que políticamente mis comentarios no quedan correctos, pero es que son la pura verdad.

                          Dice mi admirado Javier Reverte (no confundir con Pérez-Reverte) que los chinos han tomado lo peor del comunismo y del capitalismo. El maoísmo les despojó de la historia y supongo que demonizó, como usos "burgueses", la educación y las buenas maneras.

                          Es una sociedad donde importa lo colectivo, y al individuo que le den.

                          No los critico por su nacionalidad, sino como personas que han estado expuestas a los influjos sociales que describo más arriba. Si nosotros fuéramos chinos, nos comportaríamos igual


                          Originalmente publicado por EvaV
                          Luciérnagas en la noche silenciosa y estrellas con la boca abierta esperando a las larvas de mosquito, la bella metáfora !

                          No queda políticamente correcto, pero encontronazos de este estilo con turistas chinos también los hemos tenido con los perros, se hacen fotos con ellos y les tocan como si fuera incluido en el precio de su viaje... Ya me supongo que no serán todos, pero qué contraste con sus vecinos japoneses, todo educación y respeto en grado sumo !

                          Bella visita la de hoy, nosotros sólo vimos la cueva de Waitomo, el tiempo no dio para más.

                          A la espera de otra etapa !!

                          Comentario

                          • Xavier i Silvia
                            Usuario
                            • 21 mar, 2006
                            • 604
                            • BARCELONA (Barcelona)

                            Estoy "boquiabierta", alucino con las luciérnagas! Bueno lo diré de otra manera ....... alucino con cada capitulo de este relato. Creo que ya lo he dicho en otras ocasiones: tengo ganas de Nueva Zelanda!

                            Comentario

                            • jota
                              Usuario
                              • 2 abr, 2005
                              • 9247
                              • Wid Wild West

                              Originalmente publicado por Xavier i Silvia
                              Estoy "boquiabierta", alucino con las luciérnagas! Bueno lo diré de otra manera ....... alucino con cada capitulo de este relato. Creo que ya lo he dicho en otras ocasiones: tengo ganas de Nueva Zelanda!
                              Se agradece el cumplido

                              Comentario

                              • Africardo
                                Usuario
                                • 27 dic, 2015
                                • 1754
                                • Donde se puede

                                Parafraseando la última foto:

                                THANKS FOR TELLING

                                Qué hay al otro lado del camino? Más camino por recorrer. Pues sigamos haciendo caminos!

                                Comentario

                                Trabajando...