Página 3 de 25 PrimeroPrimero 1234513 ... ÚltimoÚltimo
Resultados 21 al 30 de 250

Tema: Haere Mai. Un viaje a Nueva Zelanda

  1. #21
    Usuario Avatar de Cargoleta
    Fecha de ingreso
    18 sep, 08
    Ubicación
    Figueres
    Mensajes
    901

    Predeterminado

    Ufff, vaya viaje!!
    Y que envidia mas sana

    Seguiré atentamente el relato!

    Saludos

  2. #22
    Usuario Avatar de Jose Luis Tenerife
    Fecha de ingreso
    12 dic, 06
    Ubicación
    La Caleta de Adeje. Isla de Tenerife.
    Mensajes
    2,163

    Predeterminado

    Cita Iniciado por jota Ver mensaje
    Ya sabes que los niños en casa ajena se crían muy rápido

    .......

    Feliz viaje.
    Nunca había oído esa frase. En casa ajena. Es una realidad.

    Gracias por los deseos, pero falta algo mas de un mes.
    Estoy en la fase:" ... durante los días anteriores todo se me vuelve un poco irreal, y al mismo tiempo experimento una resistencia a salir de lo cotidiano, ..." .
    !
    Y con unos nervios.! ...

  3. #23
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Xavier i Silvia Ver mensaje
    Desde que he vuelto de vacaciones que estoy pendiente del Facebook para seguir tu maravillosos relato. Veo que también lo publicas en AcPasion. Lo seguiré por aquí ya que me es mucho más fácil.
    Bienhallado

  4. #24
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    Cita Iniciado por CAPITAN TAN Ver mensaje
    Hombre Juanma !!! que placer volver a leerte, mayor placer sería reencontrarnos algún día, pero todo se andará
    Hola, Capi. Me alegro mucho de leerte. ¿Dónde has ido este verano?

    Un abrazo.

  5. #25
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Cargoleta Ver mensaje
    Ufff, vaya viaje!!
    Y que envidia mas sana

    Seguiré atentamente el relato!

    Saludos
    Aquí estaremos para lo que queráis preguntar.

    Un saludo.

  6. #26
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Jose Luis Tenerife Ver mensaje
    Nunca había oído esa frase. En casa ajena. Es una realidad.

    Gracias por los deseos, pero falta algo mas de un mes.
    Estoy en la fase:" ... durante los días anteriores todo se me vuelve un poco irreal, y al mismo tiempo experimento una resistencia a salir de lo cotidiano, ..." .
    !
    Y con unos nervios.! ...
    Cuando te des cuenta el Día D habrá llegado.

    Esa frase que citas la usamos mucho en Extremadura.

    Sigue preparando, aunque nunca estarás preparado del todo para lo impreparable (la cita es mía)

  7. #27
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    25 de julio
    Temperatura al amanecer: 2 ºC
    Menos mal que anoche pusimos la calefacción, porque se ve escarcha en la hierba: es la constatación de que, aunque al otro lado del globo se estén torrando, aquí es invierno.

    Chamberlains Ford
    Después de desayunar salgo a dar un paseo con Inari. Hace sol. El área es mucho más grande de lo que parecía anoche, y al fondo se ven vehículos grandes, tipo autobús, con pinta de llevar aquí muchos días. A la vuelta nos encontramos con un joven que me saluda amigablemente: es quien me abordó anoche en el súper. Cuenta que él y su pareja son de Singapur, y que van a estar por aquí un mes con la autocaravana. Se le ve un poco verde en todo lo relativo al tema, porque pregunta muchas cosas acerca del vehículo. Cuando nos marchamos se despiden los dos muy amigablemente.

    Cuando te mueves en viaje organizado conoces exactamente cuál es el guión, pero si lo haces por libre surge inevitablemente la Segunda Pregunta Trascendental: ¿Dónde vamos hoy? Esta cuestión sería para nosotros casi irrelevante de no ser por el factor tiempo: son más los sitios que ver que tiempo disponible. Nueva Zelanda Viajes nos proporcionó una sugerencia de itinerario que en la práctica supone ir de un sitio para otro con la lengua fuera. Además, tenemos dos condicionantes (aparte del regreso, claro): un crucero por el Milford Sound el 1 de agosto y el ferry a la Isla Norte el día 9. Naturalmente, esto nos afecta y mucho a la hora de planificar.

    Pero eso nos cae ahora muy lejos. El dilema inmediato hoy es: ¿Monte Cook o Akaroa? Yo había pensado dejar este último sitio de lado, pero la Península de Banks, con forma de rueda dentada, nos atrae como un imán. Iremos pues a Akaroa, y mañana a Monte Cook.

    Nos aproximamos a nuestro destino a través de carreteras locales, las cuales se hallan en muy buen estado. Circulamos entre fincas, muchas de ellas habitadas, que se dedican a la cría de caballos (resulta divertido ver a estos con abrigo). Sorprenden los setos que flanquean la carretera: no están constituidos por arbustos, sin por árboles hechos y derechos podados de tal manera que alcanzar un grosor de hasta tres metros y una altura de por lo menos diez; parece un trabajo de jardinería realizado por gigantes. Más adelante veremos este mismo tipo de poda en hileras de árboles en mitad del campo, y entendemos que su función es la de cortavientos. Ahora bien, para realizar esta tarea deben de utilizar una sierra telescópica enorme.

    Curiosa plantación de árboles. A la derecha, seto descomunal

    Bahía de Akaroa
    Desde nuestro lugar de pernocta hasta Akaroa hay 80 kilómetros, aunque en el mapa no lo parezca. Pero es que la carretera primero da vueltas y revueltas, y después bordea el interior de un inmenso cráter transformado ahora en bahía. La Penísula de Banks se originó hace ocho millones de años, y tuvo su origen en dos gigantescas erupciones volcánicas, de ahí su forma tan característica. La zona fue originalmente poblada por colonos franceses, y los habitantes actuales deben de tenerlo a gala, a juzgar por la cantidad de carteles que se ven en esta lengua, de modo que aquí conviven, en estrecha mescolanza, los nombres ingleses, franceses y maoríes.

    Área de Akaroa
    El pueblo se ve muy tranquilo, como corresponde a la temporada baja. Por lo visto, en verano se ve invadido por innumerables turistas que descienden de los grandes cruceros que fondean aquí desde que el terremoto de 2011 destruyó el puerto de Lyttelton. Paramos en una de las ocho plazas gratis que hay aquí para pernoctar, justo enfrente de un camping (igualito que en España) a tomarnos un té. A continuación buscamos el muelle, y lo encontramos con el tiempo justo para apuntarnos a un safari de delfines con Akaroa Dolphins. Se trata de una empresa familiar: la hija cobra los tickets, el papá dirige el catamarán, y la mamá se ocupa de los pasajeros y les ofrece bebida y pastas caseras. Todos muy agradables, con una vocación de servicio que abruma. También tienen un perro que escruta atentamente el horizonte y olfatea los delfines. Lleva puesto un salvavidas, porque en ocasiones se emociona tanto que hay que rescatarlo del agua con un gancho.

    Antiguo muelle

    Puerto de Akaroa
    De safari acuático con el perro delfinero

    El barco zarpa aunque somos pocos a bordo. Conocemos a una pareja muy maja de madrileños que están de luna de miel.
    Nos movemos por el interior de la bahía realizando breves paradas. Divisamos algunos leones marinos y una pareja de pingüinos azules, pero a los delfines no se los ve por ninguna parte. Antes de subir nos advirtieron de que había mala mar (otra vez), de modo que me pertreché de Biodramina. Hice bien, porque el capi nos asomó a mar abierto, donde la olas eran aterradoras: la proa del catamarán se alzaba hacia el cielo y a continuación caía en un profundo valle de color esmeralda. La sensación era de montaña rusa total. Yo me había sentado en la proa, y fue divertido hasta que las salpicaduras se tornaron brutales remojones. Hice cuanto pude por arrastrarme a un lugar más protegido, y justo en ese momento el timonel debió de pensar que ya habíamos tenido bastante, porque cambió el rumbo.

    -Te veíamos ahí fuera y parecías el capitán del barco -me dice el madrileño.
    -Es que con el oleaje no podía moverme del sitio.

    Agradezco la broma, pero lo cierto es que estoy empapado de pies a cabeza. Lo peor es la cámara: pese a que he procurado protegerla está chorreando, y lo peor es que se trata de agua salada. La seco como puedo, pero no estoy seguro de que no me vaya a dar un disgusto nada más empezar el viaje.

    La Roca Elefante
    Bahía de Akaroa

    Ya pensábamos que volvíamos de vacío a puerto cuando los encontramos: son delfines de Héctor, de los que solo quedan unos cuantos miles. Entre nosotros, yo creo que el capitán sabía perfectamente dónde encontrarlos, y lo ha dejado hasta el final para que así sea todo más emocionante. Los delfines de Héctor son también los más pequeños; juguetean delante del barco y se meten entre las quillas para competir con él (nadan sorprendentemente rápido). Al final nos vamos todos con muy buen sabor de boca.

    Delfines de Héctor
    Delfín de Héctor
    Regreso al puerto
    Fire & Ice

    Camino de la auto nos encontramos conFire & Ice, una joyería especializada en piedras. Se halla ubicada en una casita de dos plantas, pintada de amarillo y con la puerta en la esquina. Una plaquita indica que estamos ante un historic building (en Nueva Zelanda, a todo lo que pasa de un siglo de antigüedad se le atribuye el epíteto de historic) aunque, la verdad sea dicha, este edificio, construido en madera, recuerda a los del Lejano Oeste. Cada cual se compra algo; yo elijo unaBlue Goldstone; me seduce esta piedra, porque cuando la giras bajo la luz brilla y fosforece como el cielo estrellado.

    Tras un breve almuerzo emprendemos el regreso, pero ahora lo hacemos por la Summit Road,una carretera escénica que crestea por las sierras de la península. Como está atardeciendo, las vistas son muy chulas. Pero la velocidad media es de 25 kilómetros/hora, de manera que cuando queremos salir a campo abierto ya es noche cerrada. Había pensado ir haciendo camino hacia Monte Cook antes de dormir, pero entre el sueño cambiado y las dos Biodraminas llevo una caraja de espanto. Por ello decidimos quedarnos en el Waihora Park Domain. Se trata de un enorme terreno privado que cuesta diez dólares por vehículo y donde no ves a nadie: el check-in te lo haces tú y depositas un sobre con la ficha y el dinero en una especie de hucha de seguridad. A la vuelta descubro un grifo que nos vendrá bien para repostar mañana.

    Vistas desde The Summit Road
    Vistas desde The Summit Road

    The Summit Road

    Sol poniente desde The Summit Road
    Tenemos el cassette de las negras hasta arriba, así que lo vacío en un water del bloque de servicios. De regreso a la auto me deslumbran las luces de un vehículo. Algunos letreros escritos a mano me han hecho barruntar que la dueña es un poco maniática en lo que respecta al tema de los residuos, de modo que temo que sea ella y venga a echarnos la bronca. Pero a la segunda vuelta el coche se detiene y apaga las luces. Son excursionistas, como nosotros.




    Kilómetros etapa: 147.

    Kilómetros viaje: 609.
    Última edición por jota; 02/09/2016 a las 23:13

  8. #28
    Usuario Avatar de zosso5
    Fecha de ingreso
    28 mar, 15
    Ubicación
    --
    Mensajes
    567

    Predeterminado

    Gracias por compartir vuestras experiencias en semejante viaje , muy bien relatado u muy interesante ,ya estoy deseando leer la siguiente entrega ,saludos

  9. #29
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    Cita Iniciado por zosso5 Ver mensaje
    Gracias por compartir vuestras experiencias en semejante viaje , muy bien relatado u muy interesante ,ya estoy deseando leer la siguiente entrega ,saludos
    Mañana me pongo

    Un saludo.

  10. #30
    Usuario Avatar de jota
    Fecha de ingreso
    02 abr, 05
    Ubicación
    Wid Wild West
    Mensajes
    9,247

    Predeterminado

    26 de julio
    Temperatura al amanecer: -2 ºC

    ¡Dos grados bajo cero! Es lo que marca ahora el termómetro de la auto, pero a saber cuánto ha hecho esta noche, porque vemos el suelo helado de la fuerte pelona. Tanto es así que cuando me acerco al grifo que encontré ayer descubro... que está congelado, lo mismo que la manguera. Nuestro gozo en un pozo: puede tardar horas en volver a salir agua, así que habrá que agenciársela en otro sitio.

    ¿Leche o suavizante?
    Amanece, que no es poco
    Alpaca
    Arrancamos cuando empieza a salir el sol. Impresionan los alrededores de la carretera, tan blancos. Vamos con cuidado por miedo al hielo, especialmente al -muy temido por aquí- black ice.Serpenteando por secundarias, tras 16 kilómetros llegamos a Coes Ford un área que, como la de anteanoche, también está a orillas del río Waikirikiri. Aquí existe un bloque de servicios, y está permitida la acampada a vehículos no self-contained. A juzgar por la cantidad de gente joven, la afición al camping-car en este país es enorme, sobre todo si tenemos en cuenta la época que es y el frío que hace. Pero seguimos sin agua, porque los grifos aquí también están congelados, y de todos modos nos daría igual porque no hay ninguno con rosca al que podamos acoplar nuestro adaptador.

    Carreteras heladas
    Atravesamos el río y seguimos por una larga y recta carretera, al fondo de la cual se ve ya la cordillera con nieve, nuestro destino de hoy. 18 kilómetros más adelante llegamos a la SH 1, mucho más ancha y de mejor factura que al Norte de Christchurch. También con más tráfico. Aquí ya no hay hielo, y consigo poner el vehículo a la horrísona velocidad de 100 kilómetros/hora. Cruzamos el río Rakaia, cuyo cauce es un inmenso pedregal de más de un kilómetro de ancho por donde el agua serpentea en meandros.

    Rakaia River
    Al llegar a Ashburton Inari dice sentirse mal, de modo que paramos un rato. Aprovecho para buscar en Campermate, y así descubro que hay un camping a dos kilómetros escasos. Aunque más que un camping parece un parque, pues tiene muchísimo espacio, árboles centenarios y un estanque enorme con patos. Bego va a recepción a ver si nos dan agua. Vuelve diciendo que el dueño no está, y que hay al cargo una señora que no entiende muy bien del asunto, pero que dice que si la encontramos que la cojamos. Damos con la estación de descarga, donde hay un grifo en el que pone claramente agua no potable. Claro, aquí es donde la gente enjuaga los cassettes, pero esto se soluciona quitando la manguera y el adaptador originales y poniendo los nuestros. Por supuesto, nosotros no bebemos nunca jamás el agua del depósito, ni tampoco la usamos para cocinar, sino que la compramos en el súper. Aquí en Nueva Zelanda la marca agraciada es Pure Dew Water Ultra Distilled, que viene en unas garrafas cuadradas de diez litros las cuales se acoplan perfectamente al escalón de la puerta corredera. Son tan sólidas que con la primera de ellas fabricamos el cubo para las bolsas de la basura (la auto trae uno, pero atornillado en el interior de los arcones; es un sitio tan inaccesible que me pregunto si alguien lo habrá utilizado alguna vez).




    Nos separamos de la costa. Pasamos cerca de Geraldine y cruzamos Fairlie. Aquí enseguida se nota que en cuanto te alejas de la costa empieza a escasear la población: la primera de las dos localidades cuenta con 2.200 habitantes, la segunda con algo más de setecientos. Y Tekapo, hacia donde nos dirigimos, no llega a los cuatrocientos. A medida que nos internamos en el territorio, las cumbres nevadas que cierran el horizonte empiezan a tomar relevancia. Lo que sorprende es que, pese a hallarnos a solo a unos 700 metros sobre el nivel del mar, la nieve cubre toda la ladera. Desde donde estamos ahora tampoco se ve el arranque de las montañas.



    Alpes neozelandeses


    Hacia lo salvaje

    Tras pasar la diminuta población de Kimbell, la carretera rodea el Monte Dobson. Lo despoblado y salvaje del terreno, las interminables extensiones boscosas y los ríos recuerdan mucho a la imagen que tengo de Canadá. Yendo por aquí te sientes un poco pionero. Más adelante el paisaje se vuelve gradualmente desolado. Pese a hacer sol, llama la atención que la temperatura exterior no sobrepase los tres o cuatro grados centígrados.

    Lago Tekapo
    Lago Tekapo
    Monte Cook
    Lago Tekapo
    Lago Tekapo
    A eso de las doce llegamos a Tekapo. Pese a su amenazador nombre, resulta un sitio precioso. Paramos en un aparcamiento-mirador con unas vistas impresionantes del lago. Comemos unos sándwichs y después salimos a dar un paseo. Descubro que aquí está expresamente prohibido quedarse a dormir y, sin embargo, tienen una dump station. Ahora que ya no la necesitamos.

    Inari se lo pasa bomba rompiendo el hielo de los charcos. Luego inspecciona el cadáver de un conejo semi-momificado (debe de haber muchos por aquí, el suelo está lleno de excrementos). Por último, nos acercamos a la orilla del lago, cuya zona menos profunda tiene la superficie congelada. Pasamos el rato arrojándole piedras y viendo cómo se deslizan los patos al aterrizar, como si fuesen hidroaviones.


    Zona congelada del lago
    Patos patinadores
    Aire bajo el hielo
    Tirando piedras (pinchar con en el ratón)



    El sol empieza a declinar y aún nos quedan 50 kilómetros hasta nuestro destino, que es el Lago Pukaki. Antes de marcharnos paro a repostar gasoil. Como dentro de la auto aún hace calorcito, me he quedado en manga corta y así bajo, pese a los tres grados que hay fuera. Creo que incluso la chica de la gasolinera me mira con cara rara.

    Camino de Pukaki
    Desde Tekapo a Pukaki no se cruza ni un solo lugar habitado. Si antes parecía que nos hallábamos en Canadá, ahora el paisaje recuerda unas veces a la meseta de Anatolia y otras al altiplano de Perú. Como un huracán, nos adelanta un trailer doble y un rato después le vuelvo a alcanzar, el conductor parece haberse dormido hablando por el móvil. Le adelanto con muchísimo reparo y diez minutos después lo tengo otra vez encima. Cuando me aparto en el aparcamiento de la presa suspiro de alivio al poder quitarme de encima a semejante energúmeno.

    Analizamos ahora las posibilidades de pernocta. La más interesante es la Lake Pukaki Reserve,una pequeña península que hemos dejado a poco más de un kilómetro, al otro lado de la presa. Los comentarios de anteriores usuarios dicen que hay bastante barro, pero aun así probamos. Accedemos por un camino de tierra y con muchos baches, todos llenos de agua congelada, hasta que hallamos un claro entre dos bosquetes. No hay nadie. ¿Será seguro dormir aquí solos, entre tanta wilderness? Aparcamos y nos vamos a ver atardecer a la orilla del lago. La puesta de sol tras la cadena de montañas nevadas es inenarrable.

    Atardecer en el lago Pukaki
    Atardecer en el lago Pukaki
    Orilla del lago. Puede apreciarse el color turquesa de sus aguas
    Pukaki es más grande que Tekapo: mide 31 kilómetros de largo por 5,5 de ancho, y tiene una superficie de 179 kilómetros cuadrados. Originalmente era menos profundo, pero al construir la presa su nivel subió 46 metros. La mitad de la producción hidroeléctrica de Nueva Zelanda es generada por las centrales de estos dos lagos.

    Cuando volvemos a la auto descubrimos que ha llegado otra como la nuestra, además de tres furgonetas. El encanto de la soledad se ha roto, pero me siento afortunado de dormir en un sitio tan maravilloso, tachonado de estrellas.


    Kilómetros etapa: 272.
    Kilómetros viaje: 881.
    Última edición por jota; 03/09/2016 a las 19:11

Página 3 de 25 PrimeroPrimero 1234513 ... ÚltimoÚltimo

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes publicar respuestas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •