Hace unos días paramos es ese área y cual fue nuestra sorpresa, cuando hacia las 6 de la tarde, se acercó un señor que nos dijo que era el conserje del pabellón deportivo situado a escasos metros de ella y que nos insistió, muy cordialmente, a que dispusiéramos de todas las instalaciones del local, duchas y retretes, mientras estuviera abierto y que podíamos hacerlo sin ningún tipo de limitaciones ni vergüenza. Igualmente nos comentó que había hablado con la Guardia Civil o con la Policía Local (no lo recuerdo), para rogarles que pasaran por la noche de vez en cuando, puesto que a veces, al parecer, se organizan botellones a deshora.
He de decir que el señor acudió a nosotros voluntariamente, sin que le pidiéramos nada, vamos que ni tan siquiera nos acercamos a la puerta del recinto.
Desde aquí y por si lo lee le mando nuestro agradecimiento y simpatía por su amabilidad, ojalá hubiera más gente como él.
Finalmente quede claro que no lo conocemos de nada y era la primera vez que estábamos en Cariñena.