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Tema: Viaje a Canadá, USA, México

  1. #191
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    Hola José Luis y Pryku: agradecido de que en algún momento los detalles puedan ser útiles. Los detalles de las coordenadas de las pernoctas, las conservo todas y no las publico porque su lectura sería una pesadez. Cuando acabe el viaje, las pondré todas en un Excel y las pasaré a quien las pueda usar.
    Supongo, que en el caso de José Luis, en unas semanas ya estarás retomando lo que aplazaste. A Pryku no le conozco personalemnte pero le deseo igualmente lo mejor en sus salidas.
    Abrazotes

  2. #192
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    Aún conté con un poco de tiempo extra en Arequipa y lo aproveché para visitar la Casa Museo del Nobel Vargas Llosa. Interesante visita muy bien explicada por medios audiovisuales durante casi una hora y media.
    Cuando me disponía a comenzar la nueva etapa, se encendió la luz de las pastillas de frenos. Con unas llamadas de teléfono comprobé que no había forma de encontrar las originales, pero localicé un taller, de los que aquí llaman “pastilleros”, que se comprometía a cortar asbesto con la forma de la pastilla y remacharlo con el hierro de la mordaza.
    Como no tenía otra opción útil, me decidí a probarlo y…resultó. He hecho, los siguientes 300 km recorridos, con mucha precaución, no he notado nada raro y aunque es posible que se gasten antes, también espero que no haya problemas hasta que llegue a Argentina donde al parecer sí que abundan los motores Ducato y espero que usen el mismo tipo de pastillas delanteras. De hecho, posteriormente he sabido que en Colombia es muy normal recurrir a esta estratagema solo para evitar hacer gasto.
    Salida al día siguiente con ruta hacia el enorme lago Titicaca, que en lengua Aymará significa, pumas grises y nada que ver con lo que bromeábamos de chiquillos.
    Me quedé a dormir a 8 km de una ciudad, tirando a horrible como es Juliaca y, si el peruano es claramente el hispano que más le gusta tocar el claxon, lo de esta ciudad y también lo de Lima, es tirando a demencial. Por todas partes y sin razón aparente sonidos mil. En Juliaca, concretamente, desde las bocinas normales hasta las potentísimas neumáticas, pasando por silbidos, sirenas, cornetas… Verdaderamente algo con poder suficiente para sacarte de quicio.
    Al día siguiente ya estaba en Puno, justo a la orilla del lago, pero como había leído que no es una ciudad tranquila, continué la carretera va bordeando esa enorme masa de agua, mayor que las provincias de Madrid o Barcelona.
    Recorrido muy bonito teniendo a la izquierda de la carretera el inmenso lago azul que más bien parece un mar y así hasta llegar a Yunguyo, frontera con Bolivia por la parte peruana y después de pasar unos sencillos trámites, hasta la oficina de Kasani, en la migración boliviana.
    Las formalidades son los habituales, sin ninguna sorpresa. Como esta frontera no es la más concurrida para pasar de Perú a Bolivia, no había ni una sola persona que estuviera pasando con dirección a Bolivia. Quizás por ser ya viernes y ser sobre las 17:00. La frontera se cierra a las 18:00 y hay que tener en cuenta que en Bolivia van una hora por delante de Perú y no hay horario de invierno/verano. En media hora todo solucionado incluyendo la importación temporal del vehículo. Todo es gratis
    El permiso para el vehículo me lo han dado por 90 días, aunque a pesar de eso, el permiso de Migración es por solo 30 días, prorrogables en cualquier oficina de una ciudad importante. Parece un contrasentido, pero así es. El seguro, no es obligatorio siempre de no estar más de 30 días en el país y como ese es justo el plazo que me he puesto para llegar a San Pedro de Atacama, Chile, me ha cuadrado perfectamente.
    La moneda de Bolivia, es el boliviano. Se cambia a 6.90 por un dólar, a 7.50 por un euro y a 2 Bs por un sol.
    A unos 15 km pasados la frontera, se encuentra la pequeña ciudad turística de Copacabana. Es un lugar ideal para hacer excursiones por el Lago Titicaca. Las más conocidas son la visita a la isla del Sol y a la isla de la Luna, a una hora de navegación con lanchas cubiertas y protegidas del sol, que aunque haga fresco, quema. Más cerca aún, las islas flotantes.
    Desde aquí también hay tours para ir con guía a las ruinas preincaicas de Tiahuanaco o Tiwanaku. De haber entrado al país por Desaguadero, quedan al paso y de hacerlo por Copacabana, hay que dar un buen rodeo. Cuestión de tiempo libre y ganas. Yo he preferido no ir a Tiwanaku porque estaba un poco saturado de ruinas. Desde México hasta aquí, han sido muchísimas.
    En la playa de Copacabana hay sitio para dormir justo en el paseo de la Costanera. Hay jaurías de perros intentando establecer su supremacía a base da ladridos, o sea que no fue muy tranquila la segunda de las noches; la primera sí lo fue.
    Nos reunimos 5 coches: 1 alemán, 2 argentinos, 1 ecuatoriano y el que subscribe.
    La ruta desde Copacabana camino de La Paz es simplemente maravillosa
    Hay que cruzar el lago Titicaca en una barcaza en Tiquina Se tarda 30 minutos y cuesta 80 bolivianos. Una vez cruzado este estrecho de tan solo unos 300 metros, el lago se deja a la derecha
    Es una experiencia un poco diferente porque la barcaza no es nada comparable a lo visto, por ejemplo, en la Austral de Chile. Son muy viejas y las maderas dejan bastante que desear. Va una sola persona en la barcaza que hace de cobrador, piloto y marinero y además es el barquero. En la barcaza, sólo cabían mi AC y una pequeña Nissan, aunque hay alguna un poco mayor.
    Al emprender el viaje, se sigue disfrutando de un extraordinario paisaje sobre el lago y reconozco que tuve dudas en algún momento de haber tomado ese camino por no repetir algo ya visitado hace años, pero ha sido un completo acierto.
    Cuando nos acercamos a La Paz, aún a 30 km la carretera ya deja ver muchos suburbios y bastante tráfico, aunque no he notado el atosigamiento acústico de Perú.
    Como sea que, en más de una ocasión, pude observar cosas extrañas en el comportamiento de la AC y habiendo ya cambiado filtros y sin hacer más de 3.000 km, empecé a sospechar que algo tenía que ver la altura en ese comportamiento. Efectivamente es así y yo lamento la tardanza en verlo tan claro.
    De la misma forma que a los humanos a partir de los 3.000 metros nos puede afectar el mal de altura, igual les pasa a los motores. Debido a una baja importante de la presión del oxígeno, eso hace que el rendimiento del motor disminuya por la mala combustión. A medida que sube la altura, la presión baja más y más y la quema del carburante no se hace con normalidad.
    Incluso alguna vez, al arrancar en frio se ha parado y hay que intentarlo dos o tres veces. Si hay que arrancar en una subida, puede pasar hasta que el motor se quede clavado y sin fuerza alguna. Esas consecuencias, estando a 5.000 metros de altura se repiten con cierta frecuencia. Como la altura no hay quien la elimine, excepto viajando por la costa, lo más sensato es no parar, ni en pendientes ni en arcenes sin asfaltar o donde haya piedras que dificulten la adherencia.
    Al parecer los motores modernos, por medio de sensores y todo el sistema de computación que incorporan, ayudan mucho a que la cosa no sea tan grave, pero como usuario, en alturas importantes, yo si que he encontrado dificultades.
    Desde las cordilleras colombianas, donde fuera de la costa, es más bien un tobogán de alturas variables, en todo Ecuador, Perú y Bolivia se vive continuamente en una altura muy considerable, aparte de que se disfruten de unos días en la costa. Hay días completos que se está entre 3.500 y 5.000 metros. Ya hemos comentado que es algo que hay que tener muy en cuenta, tanto para la AC como para el soroche, la salud y para el frío. Esta tendencia va a ser la habitual en zonas de Chile y Argentina.
    Había planeado desplazarme por la ciudad de La Paz, en coche o en funicular por lo que me decidí a buscar aparcamiento en el vecino El Alto. Ha salido muy bien porque el elegido, está a menos de 200 metros de una estación de funicular.
    Desde 2014, funciona el teleférico por cable, que une diversos puntos de las ciudades de La Paz y El Alto y curiosamente tienen dos récords a nivel mundial, uno para cada una.
    En primer lugar, la ciudad de El Alto es la ciudad, considerando solo las mayores de 30.000 habitantes, más alta del mundo, con 4.150 metros de altura. También, ese funicular con sede social radicada en La Paz, es con mucho, el transporte urbano de ese tipo más extenso en el mundo. Por 3 bolivianos, te puedes pasear en las cunitas por las alturas, durante tres km y muchas veces, solo en la cabina.
    Hay muchas líneas, diferenciados por colores, donde se pueden hacer transbordos y la más impactante, sobre todo desde el punto de vista turístico, es la roja, porque es la que ofrece de golpe la vista de la capital procedente de El Alto. Imponente vista destacando, en su conjunto, todos los techos rojos de la capital.
    Estaciones limpias, taquillas ordenadas, indicaciones precisas y mucho personal de servicio caso de necesitar ayuda. Excelente.
    Aproveché ya que estaba en mi ruta, que donde se juntan la línea roja y la azul, es la entrada principal a un extensísimo mercado, llamado la Feria 16 de Julio, en El Alto. Este mercado se extiende por muchas calles y avenidas adjuntas a esas paradas de funicular.
    Se vende de todo, tipo mercadillo ibérico, pero con una desorbitada extensión. Son miles de puestos de comida, artesanías, ropa, calzado, piezas de coches, neumáticos, eléctrico, computación, libros, muebles, pinturas, cerámicas, automóviles de segunda mano que, aunque están prohibidos, se transan. Se negocia con absolutamente de todo.
    Como hay una tremenda competencia, parten de precios sensatos, aunque siempre se puede regatear un poquito. La Feria está abierta los jueves y domingos.
    Hoy ha sido un día intenso con visita al típico Mercado de la Brujas lleno de todo tipo de amuletos entre los que sin duda destacan los fetos de llama, de muy variados tamaños que se entierran debajo de la tierra en muchas situaciones, pero todas para contentar a la Madre Tierra o Pachamama. Los sapos secos son otros de los animales disecados favoritos.
    Suena muy extraño en esta época, pero no hay que olvidar que Bolivia es el país con mayor población indígena de toda Sudamérica y su nombre oficial es el de Estado Plurinacional de Bolivia y debido a su tremenda variedad étnica y social hay que aceptar las creencias de todos para poder dar cabida a todos.
    Continué por la Plaza Murillo donde se halla el Palacio Quemado o Palacio de Gobierno, que es desde donde se ejerce el poder Político ya que el Judicial permaneció en Sucre.
    Muy cerca del centro comercial y financiero de la ciudad, la calle Jaén, una estrecha calle, llena de leyendas y misterios. Hoy, hay buenas casas residenciales, negocios de numismática y antigüedades y más recientemente, pubs y pequeños restaurantes.
    Una última visita al mirador de Killi Killi y obtener vistas del centro de la ciudad y también del barrio Sopocachi. De todas formas, como la vista que hay desde El Alto a La Paz en la línea roja, no hay ninguna igual
    Un aviso: en Bolivia se están haciendo esfuerzos por poner al día todos los billetes en circulación, tanto nacionales como extranjeros y los Bancos de la avenida Girón se encargan de cambiarlos por nuevos o seminuevos, si no están rotos y solo manchados o pintados. Es un buen momento para cambiar aquellos USD que tengan alguna tara. Los Euros, no suelen presentarlas porque las cosas, en ese apartado, se hacen bien por allí.
    Otro dato útil para las tarjetas SIM: desde México he venido usando Claro porque es la de mayor cobertura. Este hábito se rompió al llegar a Ecuador, porque no había forma de introducir el número de mi pasaporte y la encargada, consintió en prestar su número de identidad para que lo usara yo. Las Farmacias son unos de los establecimientos delegados de la comercialización de esas tarjetas en ese país. El otro país ha sido Bolivia. Aquí no existe Claro y, también el empleado de la distribuidora, me prestó su titularidad.
    Mañana me propongo salir ya para Oruro y posteriormente hacia Cochabamba.
    Saludos
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    Última edición por Diego Bali; 28/11/2018 a las 04:32 Razón: Inclusión de fotos

  3. #193
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    Un pelín enrevesada la salida de El Alto, pero nada de especial complicación. Autovía excelente con 3 o 4 peajes hasta Oruro, pero de solo 10/12 Bs cada uno. Esta es una ciudad minera, con extracción de estaño principalmente y también plomo y plata. La plata está casi agotada, aunque hubo un tiempo que estuvo entre las primeras del mundo aunque por lo que más destaca Oruro, y por lo que es muy conocida, es por el carnaval que se celebra en febrero de cada año.
    La ciudad es pequeña y plana, con muchísima población indígena, las estadísticas hablan del 90 % considerando indígenas y mestizos. El resto para blancos y criollos. Es ya una constante el que, donde quiera que haya una aglomeración de gente, pueblo o ciudad, para vender su producción, la gente se agolpe en medio de la calle con pequeños puestos y a veces, solo con dos canastos.
    Bolivia tiene, con mucho, el PIB más bajo de toda Sudamérica, pero yo tengo la impresión de que no es, ni mucho menos, el país más desordenado y caótico. Debe de ser por la propia idiosincrasia del local, por su ausencia de prisas y, en lo referente a la conducción, para mí un regalo el que casi no se oiga el claxon. Por supuesto, alguno sí que se oye, pero lejos de la fanfarria colombiana y peruana. Debido al bajo PIB, la densidad de los automóviles es escasa. Los autos privados escasean y todo el mundo viaja en colectivos y minibuses. Un colectivo cuesta 1,5 Bs, es decir menos de 20 céntimos de euro el viaje.
    En Oruro, interesante para ver, hay dos plazas casi consecutivas una detrás de la otra, la Iglesia y el museo del Socavón y justo desde ahí, la salida en el funicular al cerro de la Virgen. En una mañana, comenzando temprano, alcanza para ver lo más sobresaliente.
    La pernocta fue en el aparcamiento del aeropuerto. Genial porque casi no hay aviones, quizás haya uno, máximo dos salidas al día. Cuidadísimos y múltiples aseos, wifi muy rápido y de ser necesario, hasta médico gratis. En un panel, hay un gran mapa del departamento de Oruro.
    Los escasos aviones, van a Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más populosa del país, en un vuelo de solo 45 minutos.
    La carretera desde Oruro a Cochabamba transcurre toda por alta montaña. Desafortunadamente están desdoblando la calzada y tocó mucha obra. Cuando la autovía esté lista va a ser una gozada porque llega hasta los 4.500 metros de altura y las montañas de tonos rojizos, son espectaculares y rondando los seis mil metros. De hecho, toda la carretera oscila entre los 4,000 y 4.500 metros, hasta acercarse a Cochabamba, donde baja de golpe hasta los 2.500. Estos tremendos desniveles, son una constante en los países andinos.
    Debido a esta altura media, la temperatura aquí es primaveral. Es una ciudad más grande de lo imaginado ya que el área metropolitana supera ampliamente el millón de habitantes.
    Visité en los dos días en que estuve, la Catedral, los tres mercados del centro, que están a pocos metros uno del otro y los tres con mucha actividad, la plaza del 4 de Septiembre que en este caso es la principal y que para variar no se llama Plaza de Armas, el monumento a las Heroínas de la Coronilla, donde por dos veces me advirtieron de que gastase muchísimo cuidado y efectivamente, esa era la impresión que el sitio desprendía.
    Me quedé a dormir en un lugar llamado Las Lilas que no es muy recomendable, excepto que la idea sea quedarse a descansar unos días, porque está lejos de todo y para encontrarlo, el GPS no lo localiza bien y fue un mareo el encontrar la puerta de entrada que además, estaba sin rótulo alguno. No es caro porque cobran 40 Bs, tiene césped bastante bien cuidado, tiene piscina y además te dan el desayuno, pero, aun así, no lo vi muy conveniente. Hay un minibús destartalado pero muy barato que lleva hasta el centro en 20/30 minutos que se pasan rápidos porque el colorido y la música salsera a todo volumen te alegran el día. De querer optar por parar y pasar unos días tranquilos, sí que es muy buen lugar.
    En líneas generales, no vi a Cochabamba como un sitio para quedarse más de un día, o quizás, máximo dos.
    A partir de aquí, la ruta está muy poco transitada cuando se toma la dirección a Sucre.
    Debo decir que en Bolivia, también los camioneros usan el intermitente izquierdo para facilitarte el adelantamiento y aunque te imaginas cuál es su intención, no te decides a pasarlos hasta no tener visibilidad suficiente. Yo siempre tengo la impresión de estar haciendo algo prohibido.
    Otro dato importante es el precio del combustible. El diésel está muy subvencionado para los locales, hasta el punto de que el litro cuesta 3,72 Bs mientras que, para las matrículas extranjeras, de hecho casi inexistentes, cobran 8,82 Bs. Esta importante diferencia hace que aparezca la picaresca, tanto por parte de los que atienden las estaciones servicios, como por parte de los usuarios. A veces, te lo suministran regateando el precio, por ejemplo 6 Bs, aunque también pagué 5 Bs y en otras ocasiones, te sugieren que te apartes del surtidor y con cubos y un embudo van poniendo el carburante. En este último caso, a mí me cobraron el precio boliviano, lo cual es un importante incentivo porque al cambio equivale a 0.45 €. El apartarse del surtidor es para que no te capten las cámaras de video porque los pocos extranjeros que circulan deben pagar el precio estipulado para ellos.
    En otro orden de cosas, advertir que sacar dinero de los cajeros automáticos, si no es con Visa, es un problema. Para aminorar ese impacto, hay muchos lugares donde sí se cambian los dólares. El cambio de euros es menos habitual.
    Tenía pensado haber llegado hasta Santa Cruz de la Sierra y posteriormente a las Misiones bolivianas, las últimas ya cercanas a Paraguay, pero finalmente desistí porque las temperaturas eran muy altas y también, porque en la ida y vuelta, se iban a los 3.000 km.
    Una vez simplificada la decisión por el hecho de no ir tan al este, la carretera desde Cochabamba hasta Sucre, en sus 330 km, solo pasa por una pequeña población digna de mención y que está a mitad del camino, de nombre Aiquile y donde me quedé a dormir. Como tenían abierto el mercado hasta muy tarde, hice unas compras para salir pronto al otro día. Aquí, como en tantísimos otros lugares, pude constatar la listeza y reflejos de la gente que vende en los mercados, donde quiera que en el mundo se encuentren.
    Ciertamente, ese mercado fue un oasis en el largo camino.
    La noche, al ser sábado, no fue muy tranquila porque me quedé a dormir en la Plaza de Armas donde había un concurso local de futbolín, que duró hasta bien entrada la noche. La disposición de los jugadores en el tablero de juego, era como en el fútbol antiguo, 2 defensas y 5 delanteros, o sea que había goles en abundancia y por tanto, gritos a todo volumen y además, continuamente.
    Hasta Sucre, lluvia y llegada un tanto decepcionante por la mediocridad en la construcción y en su estado de conservación.
    Camino del centro, aquella primera impresión, comenzó a diluirse y una vez localizado el sitio donde iba a pernoctar, me dirigí a pie al centro y, vaya si cambió la cosa. ¡Qué magnífica sorpresa!
    Esta impresión fue a mejor a medida que me acercaba a la plaza central. Todo el centro de la ciudad está perfectamente encalado, muy limpias todas sus calles y numerosas construcciones de mucho valor. Muy buena estructura colonial. Por no extenderme, porque hay que ver Sucre, destacaría la Plaza 25 de mayo, el museo Casa de la Libertad, la universidad de San Francisco Xavier, la Catedral, la basílica de San Francisco, el mercado Central, el parque Bolívar, el mirador de la Recoleta, Santa Clara, el cementerio Público y a unos 6 km de Sucre, en la ruta hacia Cochabamba, el parque Cretácico en el farallón de Cal Orck’o con la visita a las huellas de los dinosaurios. Se puede tomar un bus turístico y también se puede llegar con minibuses locales, muchísimos más baratos y que están marcados con el número 3 o la letra H. Bien documentado y con varias salas con proyecciones audiovisuales.
    En conjunto, toda la ciudad merece la visita y aunque sabía que sigue siendo la capital constitucional del país y que lógicamente, debido a ese motivo era de esperar una cierta magnificencia, yo me he quedado encantado con lo que ofrece y me parece muy recomendable su visita.
    El tiempo, ahora a primeros de diciembre donde aquí ya casi es verano, pero donde no hace calor si vas por las sombras, ya que bajo el sol y a mediodía, es otra historia es sumamente agradable. Sucre se encuentra a casi 3.000 m.s.n.m. Las noches son de 8/10 grados y durante el día, alrededor de los 20/22.
    Tenía pensando haberme marchado de Sucre al quinto día después de mi llegada, pero como supe que había convocados durante dos días, paros y manifestaciones promovidas tanto por los detractores como por los partidarios del gobierno actual, preferí completar la semana en la ciudad y no arriesgarme a que me forzaran a pararme en cualquier lugar inesperado, sobre todo teniendo en cuenta que debido a la renuncia a visitar las Misiones, ahora sí que estoy a tiempo de llegar a San Pedro de Atacama en la fecha prevista. La visita al PN Eduardo Avaroa, aunque esté enclavado en Bolivia, la haré desde Chile porque la pista desde Uyuni hasta las lagunas Roja y Verde que están dentro del parque, solo se puede hacer en vehículos todo terreno, además de que el camino se extiende por la friolera de 350 km.
    Pasado mañana salgo para Potosí y desde allí para el esperado salar de Uyuni. ¡Esperemos que la ruta se dé bien!
    Saludos
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    Última edición por Diego Bali; 07/12/2018 a las 04:53 Razón: Inclusión de fotos

  4. #194
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    Predeterminado

    He incluido la visita al salar de Uyuni en este relato y la verdad es que ha quedado muy largo. El próximo, lo acortaré.
    Antes de contar un poco sobre la ruta, aviso de que sacar dinero de los cajeros automáticos con tarjetas que no sean Visa, en Bolivia, es un poco difícil. Caso de intentarlo, mejor en el Banco Unión que está establecido en toda Bolivia. No cobran comisión excepto las que puedan cobrar en el país de origen.
    Mejor en un cajero automático de la propia sucursal del Banco y no en uno de grandes almacenes o de
    cualquier esquina porque la reclamación se hace ardua. Me pasó en el cajero de un supermercado y me costó algunas llamadas, incluidas tres a España, y a Visa Internacional, antes de la devolución. Al parecer, no están obligados y es potestad del Banco el devolverla o el quedársela. A mí me la devolvieron.
    Para poner combustible, no sé si es necesario, pero yo me decidí por sacrificar un calcetín impar que me quedó después de una sesión de lavandería y utilizarlo como filtro. Me quedo más tranquilo.
    No había comentado nada sobre los museos. No están muy bien dotados, casi en ningún caso. Hay siempre diferencia en el precio, tres o cuatro veces más caros para extranjeros que para nacionales, pero, en cualquier caso, siempre muy baratos.
    Es oportuno llevar fotocopia de los documentos que se han necesitado para obtener el permiso de importación a la entrada del país, que aquí en Bolivia, la policía llama declaración jurada. Los originales, siempre que se pueda, mejor guardarlos en sitio seguro. Caso de tener que argumentar con ellos, es mejor conservar en nuestro poder los originales porque si no, se empieza perdiendo el pulso de una hipotética coima.
    A pocos kilómetros al sur de Sucre, camino de Potosí, está el palacete de la Glorieta que bien vale una paradita. No sería gran cosa en Italia, pero sí lo es en Bolivia.
    Fue mi despedida de Sucre para seguir un camino de 230 km, un poco anodino hacia Potosí. Lo único destacable son unas montañas, que yo encontré que presentaban una constitución morfológica muy parecidas a Montserrat. Esta zona, para encontrar otra coincidencia ibérica, se llama como la coruñesa Betanzos. Adjunto una foto que yo creo que confirma la similitud.
    La llegada a Potosí, como la de tantas ciudades sudamericanas, en países con crecimiento demográfico vertiginoso debido a una reproducción natural sin cortapisas y que por tanto se traduce en un urbanismo muy deficiente, con edificios a medio terminar, ausencia de señales y circulación tirando a caótica, además de la ausencia de acabados de pintura en todos los edificios. Afortunadamente, al acercarse al centro, la cosa va mejor porque los fondos del Patrimonio de la Humanidad, se dejan notar.
    Aquí hace frío por las noches, no más de 5/6 grados a pesar de estar en verano, pero claro, es una ciudad que está por encima de los 4.000 metros de altura y eso se nota.
    Lo más atrayente de la ciudad de Potosí, sobre todo por lo que significó, es el Cerro Rico. La mayor mina de plata del mundo. Parece increíble que en pleno siglo XXI aún siga en producción después de casi 500 años de continua extracción. Dicen que todavía emplea a 20.000 mineros distribuidos en 70 cooperativas y que tienen 5.000 bocaminas abiertas…aunque parecen datos muy optimistas.
    Estuve con un guía de los mineros que no me pareció que tuviese mucha idea de lo que decía. Me dieron un casco habilitado con luz y me hicieron subir por una trecha difícil y verdaderamente me arrepentí de no haber tomado un tour más organizado, que los hay. Por supuesto que el precio de la visita hay que negociarlo ya que me pidieron 100 Bs que se quedaron en 40 Bs.
    Al Cerro Rico aún se le sacan minerales que una vez limpios dan básicamente producción de plata y estaño, además de zinc, plomo y cobre, pero todo el lugar se ve soportando una degradación importante como consecuencia de una minería irresponsable. Toda la zona está llena de inmundicias, desperdicios y mugre.
    Se puede subir con tours organizados que usan microbuses y también con tomar los micros públicos por tu cuenta pero que, en este caso, verdaderamente no es conveniente. Hay que subir unas pocas de cuestas importantes desde donde te deja el pequeño bus hasta la bocamina y eso, a 4.200 metros de altura no resulta agradable.
    Hablando de pequeños buses, decir que son todos importados de China, de segunda, tercera o vaya Vd. a saber de qué mano. No se han molestado en pintarlos ni tampoco en quitar los rótulos chinos que están por todo el micro. Esto no es exclusivo de Potosí y están en muchas ciudades bolivianas. Anécdotas andinas.
    El día siguiente, además de corretear por toda la ciudad, lo dediqué a la visita a la Casa Nacional de Moneda que está emplazada en el centro de la ciudad. Muy buen edificio que ya no está operativo porque la producción de las monedas bolivianas se hace, hoy en día, entre España, Chile y Canadá por lo que muchas de las salas sí están ocupadas, pero dedicándolas a pinturas, mayoritariamente de pintores anónimos y otras, a artículos ornamentales de plata.
    Hay una sala con las primeras máquinas que llegaron a Potosí, en la segunda mitad del siglo XVIII procedentes de España y que durante 60 años acuñaron muchos miles de monedas de onzas de plata, de una forma verdaderamente artesanal.
    El edificio, situado junto a la catedral, merece la pena una visita. Otra vez hay que pedir a la diosa Fortuna, la de la buena y la mala suerte, aunque casi siempre se le asocie a la buena, que el guía esté a la altura, lo cual no es fácil en la mayoría de los casos.
    En la ciudad de Potosí, hay más cosas para ver además de las citadas, todas muy cercanas entre sí, como la Plaza 10 de noviembre, la Torre de la Compañía de Jesús que es uno de los símbolos de la ciudad y varias iglesias, especialmente la de San Lorenzo.
    A mi entender, la labor municipal de la ciudad deja bastante que desear, todo lo contrario que la espléndida Sucre. En estos casos, se nota muy bien la influencia del municipio mucho más allá de la influencia del gobierno de la nación.
    Toda la ciudad está llena de garabatos y grafitis en lugares emblemáticos. Los pintores y poetas espontáneos se dedican a pintarrajear y ensuciar paredes con desesperadas declaraciones amorosas, con insultos a políticos, loas a sus equipos preferidos y cualquier otra ocurrencia.
    Es una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, por todo lo que significó durante los siglos XVI y XVII, donde llegó a ser la ciudad más importante del mundo debido a su extraordinaria riqueza minera pero no estaría de más que la Unesco tomase medidas al respecto, si no es que ya lo esté sopesando porque está incluida en la lista del Patrimonio en peligro, no solo por la deficiente conservación del centro colonial sino también por el tratamiento de extracción del mineral dado a su Cerro Rico de Potosí.
    Por fin llegó el día de la salida para el Salar de Uyuni. Carretera excelente desde la misma salida de Potosí, no desde dentro y hasta la misma entrada a Uyuni, no dentro. Respetan muy bien las líneas divisorias el ministerio de transporte y la corporación municipal. En Uyuni, todas las calles son adoquinadas o de tierra.
    Todo el trayecto se hace con un solo peaje de 18 Bs. No hay ni una sola gasolinera operativa porque, aunque haya marcada una, está cerrada. Son 200 km y, por tanto, hay que asegurarse tener bastante combustible y si el tanque va lleno, mejor. Yo, hace varios miles de kilómetros, aún en Estados Unidos, opté por llevar un tanque extra de 25 litros que me da tranquilidad.
    Ni un solo restaurante, café o tienda en condiciones en el trayecto.
    En muchos momentos del recorrido entre Potosí y Uyuni, siempre entre los 3.500 y 4.300 metros, extraordinarios paisajes de majestuosa soledad. Muchas llamas y vicuñas a los dos lados de la carretera y los matorrales de la puna que ya se han hecho tan habituales. A medida que nos acercamos a Uyuni, ya se ven ríos secos con buena aportación salinera.
    Uyuni, es una ciudad destartalada, pero a la que se le ve buen ambiente social. Un mercado bastante grande y limpio. Muchísimas agencias de viajes, la mayoría ofreciendo una visita de uno, dos y hasta tres días para visitar el preciado desierto blanco y recorridos al PN Eduardo Avaroa, el cual yo haré desde Chile.
    La ciudad es absolutamente plana y desde el alto, poco antes de la llegada, el colorido de los edificios se ve como una continuación de la pampa seca.
    El motor principal de la economía de la zona es el salar y el turismo que éste produce, además de la extracción de mineral. Uyuni, en su tiempo, tuvo una importante estación de ferrocarril con conexión a Antofagasta, que entonces era de Bolivia y hoy de Chile, después de la Guerra del Pacífico. Ahora ha quedado convertida en un museo, con varias máquinas y vagones absolutamente inservibles y casi en estado ruinoso. La sensación de dejadez es importante. Allí no se ve a nadie, mires donde mires.
    Más allá del estado de conservación, el museo vale la pena visitarlo, aunque solo sea para hacerse una idea de cómo era el transporte de todo el mineral de esta zona andina hasta los puertos bolivianos del Pacífico. Resulta impactante ver tantas máquinas obsoletas, retiradas y abandonadas y que fueron tan importantes en su época.
    Ayer lo dediqué todo el día al Salar de Uyuni. Uno de los hitos de este viaje. Ninguna decepción teniendo en cuenta la época seca en la que estamos.
    Para aquellos que se animen a un viaje a Bolivia, es esencial saber qué vistas esperan ver en el salar de Uyuni.
    De venir entre la segunda mitad de diciembre y el mes de junio, es la época más húmeda, cuando hay lluvias y cuando el paisaje se reviste de una capa de unos centímetros de agua que hace que la extraordinaria extensión del salar, equivalente a una provincia española como Valencia o Asturias, se convierta en un inigualable espejo que refleja todas las nubes y montañas. Algo único en el mundo.
    Para esta opción, es estrictamente necesario ir con un vehículo tracción 4x4 porque fuera de los caminos, todo queda embarrado y a veces, también los caminos. Hay muchas excursiones organizadas para un día, dos y hasta tres. Los precios son de desde los 160 Bs para las de un solo día, incluyendo un almuerzo tipo picnic, hasta los 500 y 600 Bs. La gran diferencia se produce porque en las de más de un día, hay estancia en un hotel de sal, además de varias comidas. El hotel de sal, forma parte del marketing de las agencias. Si no te lo dicen, ni sabes dónde estás. t
    Algunos tienen lujo añadido e incluso hasta TV por cable. Pero claro, estas excursiones con hotel de lujo, no cuestan 500 Bs.
    La sal usada para la construcción tiene mucho parecido con una cerámica blanca, pero de tacto más basto.
    La otra opción, es venir de julio a diciembre, quizás desde fines de abril ya sea posible y el salar ya estará completamente seco.
    La diferencia con la primera elección, es que en esta segunda, al estar seco el salar, el paisaje es el de un inmenso desierto blanco y plano, único en el mundo, pero quizás menos exclusivo, menos espectacular que la opción con el agua formando un grandioso espejo. También otro elemento a barajar, es el hecho de que se puede entrar con la AC y la comodidad de permanecer en tu propio vehículo, además. Compartir un vehículo con cinco o seis desconocidos y a la velocidad que marque un guía, no siempre resulta apetecible.
    Yo lo he hecho así y una vez acabado el trayecto, mínimo se hacen 150/200 km por el salar sin pisar asfalto para nada y al día siguiente, cuando fui a ver el estado de los bajos, comprobé que se había quedado bastante sal adherida. He debido lavarlo muy bien hasta asegurarme de que no quedase ningún resto.
    El costo del lavado, ya saben los lavadores de la imprudencia cometida, es de 160 Bs o sea, más que la excursión de un día por persona, con un almuerzo incluido.
    Si a pesar de todo, para quien quiera subir con su propio vehículo por desear quedarse unos días en tan increíbles parajes, todo cuenta, entonces es conveniente aplicar antes una capa antiadherente que proteja y que proporcionan en los mismos lavaderos.
    Conclusión: excepto en el caso de querer pernoctar varios días en el salar, no vale la pena subir con la AC. Está totalmente permitido el quedarse allí varios días. Hay un control policial al entrar, pero no te preguntan el tiempo de la estancia ni a la entrada ni durante el recorrido.
    Si es en el primer periodo, época húmeda, sencillamente no se puede y hay que descartarlo. Si es en el segundo, que sí sería posible, no es conveniente, excepto para una estancia prolongada que compense de los gastos a incurrir.
    El salar está tan alto como la ciudad de Uyuni. En la estación seca, durante el día puede hacer calor por no haber ni hay una sombra para resguardarse, pero por las noches, en junio y julio, puede hacer -10°
    Puntos importantes de visitas dentro del salar, serían los Ojos de Salar, hay muchos que aparecen en zonas donde las capas de sal son más estrechas, el monumento al Dakar y las banderas que quitan y ponen según filias y, fobias de los que no respetan, la laguna Incahuasi. También se puede llegar hasta las faldas del volcán Tunupa, pero esta visita habría que hacerla en las excursiones de dos/tres días. En las excursiones largas, suelen incluir también visitas fuera del salar por lo que se debe estar al tanto a la hora de la elección.
    También se puede tomar un café en un hotel de sal, sin quedarse a dormir, pero me pareció menos trascendente. En el mejor de ellos, cobran 150 USD por el capricho de dormir, aunque también los hay más económicos.
    Lo verdaderamente impresionante es sentirte en un lugar jamás visto. La sensación de estar en un paraje tan excepcional y único es indescriptible. El cielo es de un azul difícil de describir, inexpresable.
    Fue un día muy largo porque salí de vuelta del salar, ya atardeciendo, con un sol que tenía un diámetro que yo no había visto antes y con un atardecer que duró casi una hora. Es una ilusión óptica lo del tamaño, pero la percepción fue esa.
    Me había quedado la noche anterior en el centro de la ciudad de Uyuni, junto a un cuartel militar, en una calle sin salida y fue excelente, pero ayer, fue una interminable fiesta la que hubo a solo unos 200 metros y, que no acabó hasta la seis de la mañana, con música a todo volumen y presumiblemente mucho alcohol porque la alegría y las peleas, lo dejaban translucir. Con la esperanza de que iba a ser la última canción, amaneció. Todos pasamos por esas edades.
    Esta mañana, dedicada a lavar en condiciones la AC, a poner más gasóleo a la espera del día de mañana que se promete largo y de camino muy despoblado. ya en dirección a la frontera con Chile, a sujetar bien el mástil donde se asienta la TV porque debido a tanto traqueteo se había descolgado, razón de más para ir al salar con un todo terreno y, por último, a instalar una bocina doble en la AC porque la de origen era de risa. Los precios, por lo económico, también son para reír.
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    Última edición por Diego Bali; 15/12/2018 a las 00:36 Razón: Inclusión de fotos

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    Desde Uyuni, la forma más cómoda de llegar a San Pedro de Atacama, es entrar a Chile por la frontera que llega a Ollagüe. La distancia total es de 525 km, de los cuales, 230 km por pista de tierra en Bolivia, de los que hay como un 60% bueno y el resto deficiente. La parte peor, la de salida de Bolivia. Son muchos kilómetros de tierra, pero de no querer hacerlos y buscar una alternativa que estuviese toda asfaltad, habría que subir a Oruro y desde allí carretera hacia Iquique y un poco antes de la llegada, desvío a Calama y San Pedro. Es un total de 1.200 km.
    La ruta más corta, la de la pista, está muy poco transitada y encuentro que lo peor fue el polvo que desprenden los camiones mineros, sobre todo en esta época seca, que van a mucha velocidad. A favor está el que no te vas a quedar atascado en barro.
    Los primeros 60 km van bordeando el salar de Uyuni pero que no se puede ver con nitidez porque está separado por unos 500 metros y no hay elevación alguna.
    La salida de Bolivia, abierta entre las 8 de la mañana y las 8 de la noche, sin inconveniente alguno. Estaba yo solo en las oficinas de Migración y en las de Aduanas. Hay que conducir 10 km hasta la caseta de migración chilena. Justo a los 5 km, es decir en la mitad de la zona compartida, comienza el asfalto chileno y se agradece muchísimo.
    La frontera de Chile, abierta en el mismo horario que la boliviana, estaba un poco más concurrida porque había un bus con trabajadores bolivianos. Migración sin problemas, aduana para la importación temporal del vehículo gratis y también sin problemas, pero la inspección ocular, muy pesada.
    Vinieron 4 agentes, en plan muy afable pero con prisas porque cerraban pero que me hicieron abrir todos los habitáculos de la AC, sin excepción alguna y cuando llegaron al frigorífico, me dijeron lo que ya sabía: carnes, verduras y frutas, no pasaban.
    Les dije que adelante, que los tirábamos, pero me dijeron que yo no había declarado esas pertenencias y que ese contrabando estaba penado en Chile con una multa muy seria. Nadie me había hablado de ese requerimiento ni de ese formulario, pero noté que, por alguna razón, se suavizaron un poco. Me hicieron rellenarlo y perdí, sin más, mi lechuga, el aguacate, los tomates, las manzanas y mis solomillos congelados.
    Lo anecdótico fue que me querían quitar los 6 sobres de embutido ibérico español comprados en Bolivia a precio de oro y los convencí de que me los dejaran, argumentando que todavía estaban cerrados. No obstante, el de lomo me lo quitaron porque decían que contenía sal y que ese no podía pasar. No les quise decir que los de chorizo y jamón también tenían sal, porque sabía a lo que me exponía. En fin, sin ser adivino, ya sé yo lo que cenó el agente chileno esa noche.
    Llevo un neumático nuevo y me dijeron que estaba prohibido pero que me toleraban introducirlo al país porque comprendían que llevaba mucho tiempo viajando…Para permitirlo, debería estar con la llanta montada.
    La importación temporal de la AC me la han dado por 90 días y mi estancia, también. Son renovables por otros 90 días, dirigiéndose a cualquier ciudad que tenga una Aduana y una Policía de Investigaciones. Es un trámite fácil.
    Se portaron bien aconsejándome donde podía dormir dentro de la explanada de la frontera y fue muy buena idea, porque como ya estaba cerrada, no hubo ruidos y si los hubo, el cansancio ayudó a mitigarlos. En el pueblo fantasma de Ollagüe, allí no vive nadie, fue un sitio perfecto para ducha y desayuno.
    Las vistas que ofrece la ruta a partir de ahí, llamada Ruta del Desierto, es algo para no olvidar en toda la vida. Maravillosos paisajes entre volcanes de 5/6.000 metros de la Reserva Nacional del Alto Loa, y los cerros Aucanquilcha, Tomasamil, Cerro del Azufre, Cerro Paniri y varios salares, y como el sol venía del este y las montañas y salares estaban al oeste, luz perfecta para unas buenas fotos. Para que esa luz esté disponible, hay que hacer el viaje por la mañana, cuanto antes, mejor.
    Espero que las fotos que adjuntaré muestren bien esa belleza y ese cielo, que compensaron de largo, la escasez y el mal camino en Bolivia, porque en la parte chilena, la carretera está muy bien y muy bien señalada.
    Son unos 100 km a través de esta belleza y luego el paisaje se viene abajo al entrar en el desierto de Atacama, plano, de pedregal y arena, reputado como el más árido del planeta. La carretera lleva hasta Calama que es una ciudad limpia pero insulsa y que está situada en el centro del desierto.
    Ya se ve que todos los precios chilenos, en general, no son los de los anteriores países andinos. La renta per capital de Chile es tres veces superior a la de Bolivia y casi dos veces la de Colombia, Ecuador, Perú y de ahí la diferencia en los precios al consumidor. Un euro da para 770 pesos y un dólar se cambia a 690 pesos.
    A solo 16 km de Calama, se encuentra la mina de Chuquicamata, la mina de cobre más grande del mundo a cielo abierto, con 3,5 km de diámetro y uno de profundidad y que de hecho, es el factor más importante del desarrollo de la ciudad, y que, al parecer, se puede visitar previa cita. Yo lo solicité, por si había suerte antes de marcharme de la zona, pero no la hubo.
    Datos para el conductor: en los 230 km desde Uyuni hasta la frontera con Chile creo que solo hay una gasolinera y en los 200 km hasta Calama, no hay ni una sola gasolinera. En la parte chilena, está bien marcado, pero no en la boliviana. En Chile, el diésel está a 666 pesos chilenos por litro. Desde Calama hasta San Pedro de Atacama, hay 100 kilómetros por una buna carretera, casi toda recta. Toda transcurre por el desierto.
    Poco antes de la llegada, viniendo desde el oeste, en plena carretera, está el Valle de la Luna. Bien vale una parada y además va a ser un anticipo de lo que se va a haber en los próximos días.
    El pueblo de San Pedro de Atacama, sorprende, primero por ser tan pequeño, pero tan conocido y segundo por la absoluta falta de urbanismo. Casi todas las calles son de tierra fina. Polvo y más polvo. No hay un solo árbol para resguardarse del sol de mediodía cuando hace mucho calor. Casi imposible pensar que en un sitio tan turístico no haya un solo parque, un solo jardín en todo el pueblo, pero lo es: no hay ni uno solo.
    No hay un camping para dejar la AC, precios desorbitados en cualquier parking, para lo que es el sitio, pero debo decir que, junto a los Bomberos y el Cementerio, se puede uno quedar. Hay puestos de frutas y algún chiringo y fue una buena elección. Sí que da la impresión de que el pueblo es seguro y se ven patrullas de carabineros, que aquí popularmente, les llaman “pacos”.
    Quizás porque sea el centro de una serie de atracciones, de más o menos valor y porque tiene una situación estratégica para recibir turismo, sobre todo de Brasil y de Argentina, pero el pueblo es una total decepción, sin paliativos. Quizás, la calle Tocopilla, de terracería, quizás para gente joven, tenga su interés.
    En vista de la oferta poco atractiva existente en el pueblo de San Pedro y, como para la cita con el ALMA todavía me faltaban 6 días, me pareció un poco excesiva la espera…pero, sobre todo porque pude saber que la visita ya no es como cuando hice la reserva.
    Resulta que las antenas están a algo más de 5.000 metros de altura y ha sido mucha la gente que se ha sentido mal. Han debido aplicar oxígeno y luego hacer un poco de seguimiento para vigilar la recuperación y todo esto les suponía demasiadas complicaciones por lo que han decidido que la visita, gratis, acabe en un punto mucho más bajo donde hay oficinas y una sala donde se puede hablar con algún astrónomo y donde pasan información, pero claro, esto no es ver las estrellitas en las que yo había pensado. Decidí, por tanto, adelantar un poco la salida.
    No obstante, os cuento un poco los sitios que visité, porque verdaderamente fuera del pueblo, hay bastantes atractivos.
    En el Salar de Atacama, hacia el sur, está la laguna de Céjar, donde debido a la alta concentración salina se flota sin hacer ningún movimiento. En el camino encontré un árbol con suficiente copa, y eso me pareció casi milagroso. No había visto uno en 50 km a la redonda.
    Siguiendo hacia el sur, se llega a 50 km hasta Toconao, un pueblecito sin mucho interés turístico, aunque lo venden como tal y desde ahí, por una pista en bastante buen estado, hasta laguna Chaxa donde había flamencos, no muchos y donde había sí había una importante concentración, estaba acotado y no se podía llegar a menos de 500 metros.
    Para llegar a los géiseres de Tatio, 90 kilómetros hacia el norte, por una descuidada pista. Hay que darse un buen madrugón. Los micros salen a las 4.30 de la mañana porque si no es así, el caudal de agua del géiser baja mucho. Se debe llegar al amanecer. Hay muchos géiseres, al menos 60 y es una buena excursión. La visita acaba a las 12:30 por lo que queda tiempo de hacer más visitas en el mismo día.
    La agencia de viajes cobra 20.000 pesos chilenos y la entrada al parque, 10.000. Total, unos 40 €
    Otra ruta a la que me apunté, fue ir hacia el este, para ver la Laguna Verde, que está en Bolivia, pero se llega mucho más fácilmente desde San Pedro. Llegué hasta la frontera con la AC, pensando en tomar alguna locomoción para llegar hasta la Laguna Verde que está a solo 15 km, pero no fue así. Allí en la frontera, en la parte de Chile, no había nadie con transporte. Sí que se podía pasar andando hasta la parte boliviana caminando por la franja que administran los dos países, pero son 5 kilómetros y los carabineros chilenos no podían garantizarme de que hubiese transporte al llegar allí. Ese camino de 5 km, andando a 4.860 metros de altura, me pareció excesivo y no lo hice porque había otra posibilidad, que era desde territorio chileno, solo unos 8 km más adelante hacia la Reserva Nacional de Los Flamencos, de ver desde lejos, tanto la laguna Verde como la Blanca. Creo que fue una decisión acertada, aunque las dos lagunas quedan un poco retiradas. Con los prismáticos, se pudo ver razonablemente bien.
    Continué otros 50 kilómetros camino de la Reserva Nacional de los Flamencos, ya que estaba empeñado en ver esas aves tan estéticas, pero allí, en las dos lagunas en las que estuve, a pesar del nombre de la Reserva, no había flamencos. Quizás más adelante los hubiese, pero ya había decidido que el tiempo en la zona se me acababa y regresé para pernoctar en San Pedro de Atacama.
    Saludos
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    Última edición por Diego Bali; 23/12/2018 a las 01:54

  6. #196
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    El penúltimo día de la estancia en San Pedro, viendo como apretaba el sol durante las horas centrales del día, tomé la decisión de bajar hacia Tierra de Fuego por la costa de Chile, donde se está muy fresquito y no por Argentina, donde las temperaturas recién entrado el verano austral, muchos días se acercan a los 35/38° y eso, sin una buena sombra, lo llevo mal.
    La carretera hasta Tocopilla, muy buena y los 260 km se hacen rápido. La señalización excelente y por cierto, primera vez que siento esa impresión una vez que dejé las carreteras de Canadá y USA.
    Esta pequeña ciudad es muy estrecha y está encajonada entre el puerto y una montaña que desciende vertiginosamente hasta el mar. Hice una única pernocta, porque no era el sitio ideal donde descansar unos días del viaje, que en estas últimas semanas ha sido bastante intenso.
    Al día siguiente, la Nacional 1 me llevó 30 km hacia el sur, hasta Playa Conchuela. Playa desierta donde solo viven seis familias y donde hay un pequeño chiringuito con muy buena cocina con pescados frescos, y ahí decidí quedarme a descansar y a pasar las Navidades. Es una pequeña caleta, de fácil acceso y donde he aprovechado también para ordenar cosas domésticas dentro de la AC, limpieza del motor y reagrupamiento de la bodega, y sobre todo, poder leer con tranquilidad sin hacer planes de ruta para los próximos días.
    Entre Playa Conchuela y Mejillones, hay playas kilométricas y multitud de sitios para quedarse a pasar el día. Las playas no invitan mucho a bañarse, debido al fresquito, pero los sitios resultan atractivos para detenerse y pasar un buen día.
    Extraordinarias las playas de Hornitos y Punta Itata, donde dormí a pierna suelta.
    No lejos, está Mejillones, una ciudad que, a pesar de ser pequeña, tiene mucha actividad concentrada en una zona industrial, 8 km antes de llegar al centro, junto a un puerto.
    Hay que visitar Punta Angamos desde la que se divisa toda la bahía de Mejillones y Las Loberas, con muchos lobos marinos, aunque ya no tan pacíficos como los de las Galápagos. En esta zona, quizás por la hora, se podía ver un extraordinario contraste entre la arena del desierto y el azul de un intensísimo cielo.
    En Mejillones, me quedé a dormir junto al cuartel de los carabineros, no muy silencioso porque pasan buses de pasajeros, pero presumiblemente tranquilo, que es lo más esencial.
    Por cierto, el nombre de Mejillones no tiene que ver con el nuestro. Aquí los mejillones son como nuestras vieiras y a nuestros mejillones, aquí les llaman choritos que, y aunque haya mejillones, no han sido los que han formado la toponimia del sitio.
    Varias personas entradas en años, me han confirmado que hasta hace solo 8 o 10 años, durante los meses de verano, es decir desde primeros de noviembre hasta fines de febrero, en toda esta zona, la mayoría de las familias se iban a cenar y tomar baños a la playa, cosa que, con el clima actual, haría falta bastante atrevimiento. Es otra confirmación, oída en tantas otras partes, del más que posible cambio de clima.
    Toda la ruta costera hacia Antofagasta se hace a través del desierto de Atacama pero lo bueno es que la temperatura es muy buena y una brisa marina continua y refrescante. La ruta excelente e incluso una vez salido de Mejillones, 30 km antes de Antofagasta, hay una muy buena autovía que además tiene un área de descanso bien cuidada y con magníficos servicios, incluyendo duchas con agua caliente. Una sorpresa muy positiva.
    A 15 km antes de llegar a Antofagasta, o “Antofa”, como casi todos llaman, está el Monumento Natural La Portada. Es un arco formada por la erosión del mar y el viento y para visitarlo solo hay que desviarse 3 km de la general. Un poco antes, sobre la misma carretera N 1, hay un monumento para señalar la situación del trópico de Capricornio.
    La ciudad tiene un bonito y muy largo paseo paralelo al mar. Hay que visitar el muelle salitrero, ya en desuso y el mercado del pescado con una buena oferta de comidas. Cerca de allí, la plaza de Colón muy floreada y a al frente, una catedral moderna.
    Antofagasta, es según el FMI, la región más rica de Chile, más del doble de PIB que Santiago y donde un café te puede costar 4.000 pesos, o 5 Euros. Espectacular desarrollo de la minería, cobre, litio y salitre y un importante puerto, configuran la pujante economía de la región.
    Su conjunto resulta muy agradable para visitar. Las dos pernoctas las hice en un tremendo parking, entre el Jumbo y el Estadio Regional. Grandes focos, cámaras de vídeo y los vigilantes del estadio, hacen que uno se sienta muy tranquilo.
    Antes de abandonar el entorno de la ciudad, hay que llenar el depósito porque la próxima gasolinera está en Taltal, a solo 230 km. La pregunta sería ¿cómo puede ser, que durante un tramo tan largo, no haya más estaciones de servicio? La respuesta es porque es un puro desierto, con escasísimo tráfico.
    Camino del sur, a solo 75 km de Antofagasta, está esculpida la Mano del Desierto. Vale la pena una paradita en el medio de la nada. La escultura tiene una altura de 11 metros.
    Saludos
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    Última edición por Diego Bali; 31/12/2018 a las 04:36 Razón: Inclusión de fotos

  7. #197
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    En Chile, usando las tarjetas de débito Master Card, no sé con otras, no se puede sacar dinero ni tampoco pagar en tiendas y con ese hándicap viajaba hasta que decidí probar diciéndole a la cajera del súper, que pusiera crédito en lugar de débito, y ¡funcionó!
    En los cajeros, para sacar dinero, hay que usar el mismo sistema. En el menú del cajero te preguntan si es una tarjeta extranjera y a continuación la opción débito/crédito y como ya sabía de la rareza, si se elige crédito, aunque sea débito, también funciona.
    Chile es un país angosto, a veces no más de 80 km de anchura, pero extremadamente largo, casi 5.000 km desde el norte hasta el sur, es decir algo más que desde Madrid al Cabo Norte en Noruega, por poner un ejemplo que nos sitúe mejor. Las distancias hay que medirlas bien, sobre todo en lo referente al combustible y agua, muy especialmente en el desértico norte.
    Seguimos en el desierto hasta la primera parada en Taltal con una playa muy extensa y con dos gasolineras donde hay que volver a llenar el depósito hasta llegar a Cerro Paranal, otro gigantesco observatorio con las mismas limitaciones de visitas que el ALMA porque hay que hacer cita con anticipación, aunque en este la demora no es tan acusada. La verdad es que yo no sabía de la existencia de este observatorio ESO, siglas en inglés para Observatorio Europeo Austral y que es una organización astronómica entre gobiernos europeos, entre los que se incluye a España.
    Aquí sí te dejan entrar en el observatorio, aunque no por las noches. Las visitas turísticas solo se pueden hacer los sábados a las 10:00 y a las 14:00
    De todas formas, quién la sigue, la consigue. Ya tengo cita para ver el observatorio de Cerro Mamalluca o el del Pangue, que sí admiten citas para ver los cielos por las noches, que es lo que andaba buscando. Eso está en Vicuña, Valle del Elqui, y ahora llamada la capital de las visitas turísticas astronómicas por las muchas facilidades que concentra.
    La ruta hacia Copiapó tiene un desvío que atraviesa el PN Pan de Azúcar, y el nombre viene debido a que hay una islita con ese nombre. No me pareció que hubiese mucho que ver en esta parte del parque. Se puede pernoctar en la caleta del mismo nombre y allí, junto a la playa, varios chiringos.
    Desde esta caleta hasta la salida del parque, muchos kilómetros paralelos al mar sin absolutamente nadie ni nada en el entorno. De verdad que esta parte del parque es un lugar para quedarse unos días, pero los planes son los planes y aún estaba muy lejos del Valle del Elqui, quizás unos 700 km y no quería jugar con la posibilidad de perder la cita ya concertada.
    Justo a la salida de este parque está la pequeña población de Chañaral donde se vuelve a ver gasolineras y en una de ellas, en la que llené el depósito de combustible, me dejaron poner agua, previo pago de 1.000 pesos una vez rebajados los 2.000 que pedían.
    Obtener agua en esta zona, puede ser un problema, por eso es importante, intercambiarlo con la llenada de combustibles. Hay que reconocer que es una complicación el llenar el tanque de agua debido a la aridez del desierto. El agua, normalmente, la tienen que comprar de los camiones cisternas que se dedican a ello y por tanto es difícil que la regalen.
    Este territorio, desgraciadamente, a pesar de ser un puro desierto, ha sufrido tanto en 2015 como en 2017, severas inundaciones con desbordes de arroyos y acequias que provocaron averías importantes en la red de aguas.
    Desde Caldera hasta Puerto Viejo es un espectáculo la sucesión de larguísimas playas arenosas, todas desiertas de visitantes excepto algunos campistas que se instalan allí para disfrutar del verano.
    Por fin pude ver en la zona del Valle del Elqui, la de los famosos cielos despejados y poquísima contaminación lumínica. Esta región se ha convertido en una zona, bastante turística, con muchos observatorios con telescopios para ver esos maravillosos cielos. Las dificultades en ALMA y ESO, aquí se convierten en facilidades porque en esencia, son observatorios con fines turísticos y las citas se hacen de un día para el otro y muy probablemente, sin cita previa también se pueda subir, sobre todo si se está fuera de la temporada alta.
    Yo opté por ir al de Mamalluco, que parte desde la Plaza de Armas de la bonita población de Vicuña. Tuve la suerte de disfrutar de las explicaciones de Rubén, magnífico guía y con muchos conocimientos de astronomía. La noche estaba perfecta para realizar la excursión que comienza a las 22:30 y acaba a las 02:00 de la madrugada. Se puede ir con la AC, siguiendo al microbús y también ir con ellos. La diferencia es muy poca porque por la entrada al observatorio cobran 7.000 pesos chilenos y caso de ir en su bus, 10.000. En la ciudad de Vicuña hay mucho aparcamiento y se puede aparcar casi en cualquier lugar con tal de que no haya un vado.
    A partir de La Serena, aunque no se pueda decir que sea un terreno de clima húmedo, la sensación desértica de todo el norte de Chile deja paso a cultivos de frutales y especialmente de vides.
    El amigo Antonio Alcántara y su esposa Carmen, habían tenido la gentileza de traerme desde España, unos filtros y unas pastillas de frenos y aunque nos habíamos citado para encontrarnos en la ciudad de Los Andes, ya que ellos se dirigían a Mendoza, Argentina. Sucedió una cosa muy curiosa y es que vieron una matrícula española en una gasolinera a más de 120 km de donde habíamos quedado en vernos y nos encontramos sin haberlo previsto antes, ni mucho menos. Aprovechamos para intercambiar sensaciones de la parte del viaje que ya habíamos hecho.
    Después de ese encuentro, fui descendiendo hasta Santiago para dejar unas horas la AC en la Fiat y que me hicieran revisión que ya tocaba, ¡por fin una Fiat! y almorzar con un buen amigo chileno, de la época en que yo residí en Chile. No se encontró nada en la revisión con el escáner y como no tenían tiempo, no pudieron cambiar las rocambolescas pastillas de freno que me pusieron en Perú. pero que afortunadamente las pude cambiar en un Bridgestone de más al sur.
    Más encuentros hispanos: Carmen y Salvador estaban en Chile desde hacía unos meses y quedamos en vernos. Esto se hizo en Llico, playa al suroeste de Concepción. Allí compartimos dos días y medio muy buenos y pudimos intercambiar bastantes datos de las rutas hechas. Ellos van para el norte y yo sigo para el sur.
    Había protestas muy generalizadas por parte de los pescadores artesanales que reclaman de manera muy contundente el que los barcos arrastreros no utilicen artes que a ellos les perjudican. Muchísimos neumáticos quemados y paros de larga duración en la Panamericana y en todas las localidades costeras, desde La Serena hasta Puerto Montt.
    A destacar que en Llico, hay dos balsas flotantes y cubiertas, donde por 10.000 pesos, es decir 13 € te dan todo el marisco local que puedas comer. Ostras, mejillones, choros zapatos, piures….crudos o cocidos. Están a solo 200 metros de la playa y obviamente, ellos tienen una Zodiac para llevarte y traerte
    No dan pescado, pero es muy fácil comprarlo a los pescadores que llegan con la pesca diaria. Por 1.000 pesos chilenos te dan lo que no te puedes comer.
    En la balsa, ellos lo cocinan. Tampoco venden alcohol, pero está permitido llevarse una botellita de un buen Sauvignon Blanc.
    Rumbo mas al sur, un detalle interesante: desde la región de Aconcagua hasta la de Biobío, casi 1.000 km es donde están las grandes bodegas, muchas de ellas colindantes con la Panamericana. A llegar a Linares, me decidí a comprar tres cajas de vino, que espero que alguna dure hasta llegar a España, con precios excelentes. La bodega en cuestión se llama Viña San Pedro, una de las bodegas de mayor tradición en Chile y con presencia en los cinco continentes. Surtido impresionante. Se puede comprar desde una sola botella en adelante. Se puede pagar con tarjeta.
    Partí desde Llico, pasé por Lebu, Lagos Lanalhue y Lleu Lleu hasta quedarme a dormir en la Caleta Quidico, junto al Faro de La Puntilla. He hecho más kilómetros de los habituales.
    Las carreteras en Chile son realmente muy buenas, aunque el país, muy caro. Me atrevería a asegurar que bastante más caro que España, excepto el combustible, vinos y pescados pero en general, la cesta de la compra, que es lo que se palpa antes, es significativamente más cara, incluyendo la fruta a pesar de ser un gran productor.
    Diesel (aquí también petróleo) entre 602 y 646 pesos, es decir como 0,78 €, en el mejor de los casos, lo cual, junto al pescado, mariscos y vinos, está muy bien. El problema de la distancia entre gasolineras, se solventó desde que se llega a La Serena
    Otra característica, muy negativa en este caso para Chile, es el ver la barbaridad de perros sin dueños que deambulan por las carreteras, por las playas o por los puertos de Chile. El tema ya ha alcanzado una magnitud tal que el gobierno ha tomado cartas en el asunto, aunque hace años que debía haberlo hecho, multando incluso con penas de cárcel para el maltrato de animales y también otras penas para aquellos que los abandonen. Pronto va a ser obligatorio el que lleven en el cuello un número identificativo y bozal para aquellos de más tamaño. Habrá que ver si la vigilancia del cumplimiento de esas normas se hace efectiva
    Saludos
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    Última edición por Diego Bali; 26/01/2019 a las 04:49 Razón: Inclusión de fotos

  8. #198
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    Siguiendo el camino al sur, se cruza la región del Biobío con muchas plantaciones forestales y bastante agricultura. para entrar en la Araucanía que tiene un clima oceánico y lluvioso, donde lo que predomina son las araucarias de gran porte. También es fácil de ver robles y muchos pinos.
    Esta región está mayormente habitada por los mapuches que mantienen permanentemente un conflicto con el gobierno chileno por la pertenencia de sus tierras además de muchas otras reivindicaciones.
    Hay sensibles diferencias, dependiendo del organismo que haga el censo, pero se acepta como ajustado un número de 1.000.000 de mapuches residiendo en la zona chilena, y en Argentina deben de ser alrededor de otras 100.000 personas más. La Historia no ha sido muy amable con esta gente. Primero, invadidos por los incas, luego por los conquistadores y desde hace 150 años, por los chilenos.
    A ambos lados de la desembocadura del Rio Imperial, se encuentran la localidad de Nehuentue, donde no me autorizaron a cruzar a la ribera izquierda donde se encuentra Puerto Saavedra, ya que el máximo peso autorizado es de 4 t y como delante de mí había una pickup, tuve que cruzar el caudaloso rio Imperial por el puente. No es gran problema, pero hay que hacer 22 km extras.
    Puerto Saavedra tiene una extraordinaria y tranquila costanera donde se puede uno quedar a dormir, muy vigilado y con muchos cientos de luces. Se puede comprar marisco fresco o se puede optar por comer en uno de los muchos restaurantes.
    La construcción de este paseo marítimo es reciente debido al último terremoto del 2010 Hubo hace muy poco, en el 2010, otro terremoto y posterior tsunami, que en esta localidad, aunque pegó muy fuerte, no causó muertos porque las precauciones ya estaban tomada y las alarmas de tsunami fueron cumplidas por toda la población, aunque bastante gente opuso resistencia por miedo a los saqueos.
    Hablando de catástrofes hay que recordar el tremendo terremoto de 9.5 en la escala de Richter, en el año 1960, el más potente registrado con instrumentos en la historia de la Humanidad y que provocó un posterior tsunami que causó 50 muertos solo en esta pequeña población.
    Debido al pavor causado entre los mapuches, como ofrenda, sacrificaron a un pobre niño de 5 años para detener la furia del mar. Esto sucedió en 1960. La Machi, es decir una hechicera de la cultura mapuche que realizó el sacrificio con la connivencia de sus parientes, fueron absueltos en el juicio, debido a que “habían actuado bajo los influjos de una fuerza psíquica irresistible e impulsados por un miedo insuperable”.
    La totalidad de muertos causados en la zona por este desastre, conocido como el terremoto de Valdivia, fue superior a las 2.000 personas.
    Me he quedado 4 días pero como el viaje debe tener fecha de caducidad, también porque los antecedentes catastróficos ocurridos dan que pensar y además, porque como recordatorio siempre están los numerosos carteles indicando las rutas de escape caso de un eventual tsunami y finalmente, porque para colmo, ayer se produjo otro fuerte terremoto en la zona de Coquimbo donde ya estuve hace tres semanas y no está tan lejos de aquí. Por todo eso, he decidido continuar viaje hacia la cordillera, hacia la región de Los Lagos.
    La carretera continúa cerquita de la costa y con una temperatura excepcional que me hacen recordar la costa del Cantábrico en los meses de verano.
    Una característica propia y muy llamativa en los pueblecitos de la Araucanía es que son muy pulcros. Casi todas las casas de madera pintadas con llamativos colores y altos árboles como corresponde a una región de clima templado y húmedo.
    Había que seguir camino a Temuco y la ruta te lleva hasta Carahue, puerto fluvial sobre el rio Imperial que te sorprende a su llegada por un puente colgante y un museo llamado Museo de la Edad de Vapor, en plena avenida central con más de 40 tractoras que llaman locomóviles que fueron máquinas a vapor transportables y fueron usadas como fuerza motriz en la agricultura y sobre todo en faenas forestales.
    La llegada a Temuco, capital de la Araucanía, sorprende por la limpieza y más, sobre todo, porque desde los extrarradios de la ciudad, los edificios y casas están acabados y pintados. Es una ciudad de tamaño mediano, pero con muchas universidades, quizás por la influencia cultural que haya podido tener el que en esta ciudad fue donde creció y estudió el Nobel Pablo Neruda. Hay mucha inquietud cultural y constantemente hay actos conmemorativos. Muy activa en ese sentido.
    Es un buen sitio para hacer lavandería, compras e incluso encontrar dos intermitentes laterales ya que uno desprendió. Como no había el original, pues hubo que comprar dos. Esta calle especializada en recambios y accesorios para todo tipo de vehículos, se llama Manuel Montt
    Las carreteras en Chile son realmente muy buenas, aunque el país, muy caro. Me atrevería a asegurar que bastante más caro que España, excepto el combustible, pero la cesta de la compra, que es lo que se palpa antes, es significativamente más cara, incluyendo la excelente fruta.
    Diesel (aquí también petróleo) entre 602 y 646 pesos, es decir como 0,78 €, en el mejor de los casos, lo cual, junto al pescado, mariscos y vinos, está muy bien.
    Bonita carretera desde la salida de Temuco hacia el sur y posteriormente hay que tomar el desvío hacia la cordillera. Cunco es una interesante villa para proveerse e incluso contratar algún vial, camino de la cordillera. En Melipeuco se toma un ramal hacia el PN Conquillio. Toda la carretera está muy bien asfaltada hasta la entrada al Parque donde ya se convierte en pista.
    Lo más relevante en este Parque es el volcán Llaima de más de 3.000 metros y una acusada prominencia que lo hace muy visible, incluso desde Temuco que queda a más 70 km.
    Como la situación ya comienza a ser bastante sureña, ya estoy casi en latitud 40 sur, siempre presenta su cima blanca incluso, ahora en verano. Realmente hermoso, no solo el volcán sino todas las verdes tierras que lo rodean.
    Me quedo a dormir en Cunco y mañana continúo para Villarrica y Pucón
    Para aquello que intenten quedarse una buena temporada en Chile, decirles que el permiso de importación temporal de la AC te lo dan por 90 días así como el de estadía de la persona y se puede intentar que lo extiendan por otros 90 días pero en el caso de la AC es complejo porque hay que solicitarlo en una ciudad que tenga Aduana lo cual no es difícil, pero luego hay que justificar los razones por las que se pide la prórroga y de concederla, hay que dejarla aparcada en un lugar autorizado por Aduanas, o sea que en la práctica es mucho mejor salir a Argentina y regresar con otros 90 días. En caso de enfermedad o accidente, siempre conceden la extensión.
    Añadir que pernoctar en Chile es muy fácil y no ofrece nunca ninguna complicación. Te puedes quedar prácticamente en cualquier lugar. En cualquier calle ancha, y la mayoría lo son, puedes aparcar como si fueses un turismo. Yo diría que, junto a Bolivia, son los dos países que aparecen como más seguros, desde México hasta el sur, a pesar de que sea arriesgado decirlo porque eso ya sabemos que es siempre una lotería, pero la impresión es que aquí hay menos posibilidades de que te toque.
    Saludos
    Imágenes adjuntas Imágenes adjuntas
    Última edición por Diego Bali; 30/01/2019 a las 01:43 Razón: inclusión de fotos

  9. #199
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    Predeterminado Gracias

    Aun estando dos años por estas tierras, siempre aprendo de ti, gracias

  10. #200
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    Hola Carme,
    Muchas gracias por tu piropo.
    Aún me acuerdo de las fabulosas ostras que nos zampamos en Llico
    Un fuerte abrazo para los dos

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