Hoy es mi segunda noche en el Rinconin, aparcamiento de vehículos público, y lo que vi en estos dos días ya es demasiado pero hoy lo remató. Parece habitual sacar sillas, mesas, comer y cenar fuera, ropa, toallas fuera pero la palma se la llevan dos acontecimientos:
Ayer una pareja y su bebé no podían entrar en el coche porque por un lado una ac y por el otro una GV no les permitían el paso y no es broma, estaban a 10 o 20cm por cada lado. La chica y con razón quería llamar a la policía, por suerte el propietario de la ac estaba dentro y la movió.
Pero hoy para mi asombro llegó una caravana, llegaron, soltaron sacaron las patas y venga, sin tener nada en contra pero creo que este aparcamiento no tardará en que lo perdamos y es una pena y claro luego diremos que no nos quieren en Gijón pero hay que ver lo que hay aquí todos los días