BASTA YA
Perdonad por el retraso aunque, el que considere este destino podrá aprovechar el próximo septiembre o esperar a una nueva Navidad.
Dos son las fechas para visitarla, aunque no es posible hacerlo con nuestras ”furgo”
El mes de septiembre cuando tienen lugar sus fiestas más tradicionales, es el momento perfecto para visitarla.
Malta nos suena por los caballeros de la orden y, últimamente, por su negativa a recibir a las personas que huyen de la miseria de sus países de origen, y a veces acertamos a saber que se trata de un lugar perdido en el Mediterráneo. Para unos pocos, también por el halcón que como tributo paga por su cesión a perpetuidad. Sin embargo, esta pequeña isla a medio camino entre Sicilia y Túnez encierra una de las perlas de la viaja Europa: La Valletta.
A poco de construida, ya era considerada una obra maestra de planificación urbana y la mejor ciudad fortificada del mundo. Y es que La Valletta nació como resultado de un asedio: sus moradores, programados para la guerra, crearon un bastión inexpugnable y, ya puestos, una ciudad cómoda y bella.
La historia empezó en 1530, cuando nuestro Carlos I, V del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de Borgoña y archiduque de Austria, cedió a perpetuidad el archipiélago de (Malta, Gozo y Comino) a la Orden de los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén a cambio del pago de un halcón anual. La capital estaba entonces en Mdina, lejos de las peligrosas costas. Los religiosos armados se establecieron en las riberas del Gran Puerto, un fiordo que constituye el mejor embarcadero natural de Europa.
En 1565 los turcos atacaron a los hospitalarios en su nuevo refugio (ya lo habían hecho con éxito en Rodas). Fueron meses de dura lucha; cayó una de las fortalezas, la de Sant Elmo, pero las otras dos resistieron, y al final los asaltantes tuvieron que desistir. Los caballeros supervivieron en el que quizás fue el momento crucial de su historia, hasta el punto que aún lo celebran: el 8 de septiembre es Nuestra Señora de la Victoria. Siempre con un alto sentido de la economía, los malteses suman a estos actos la conmemoración de otras dos liberaciones: la capitulación francesa de 1800 y el fin del asedio germano-italiano de 1942.
Cuando los barcos turcos pusieron proa a levante tras su derrota, los caballeros decidieron que eso no podía repetirse. El gran maestre consiguió fondos de los poderes europeos y comenzó la construcción de una gran ciudad fortificada que fuese baluarte de la cristiandad, una ciudad construida por caballeros y para caballeros.
La Valletta fue la primera ciudad planificada de Europa. No se descuidó ningún detalle, empezando por el emplazamiento, junto al fuerte de Sant Elmo. Una línea de murallas y colosales bastiones de ocho kilómetros de longitud rodeaba el perímetro de la urbe; se construyó en sólo cinco años, por miedo a que los enemigos de “la recta fe” atacasen en cualquier momento. Las calles fueron dispuestas en parrilla para que pudiera circular la brisa marina; las casas debían tener la altura justa para proyectar sombra a las calles; un sistema de alcantarillado, por el cual fluía agua del mar dos veces al día, arrastrando la suciedad; las fachadas debían adornarse con esculturas…… Mucho de todo esto se conserva en la actualidad.
El resultado es una compacta urbe de un kilómetro de largo por seiscientos metros de ancho con palacios, iglesias y calles majestuosas, dentro de la sencillez de líneas característica de una orden religiosa. La calle mayor llamada de La República, domina el conjunto con precisión en un sistema rectilíneo con muchas escalinatas que descienden a los puertos. El entorno, siempre con el mar al principio y al final de las calles, añade valor estético a una ciudad que lo acumula sobradamente en si misma.
Lo más notorio son los grandes edificios como la concatedral de San Juan que fue la iglesia conventual de la orden hasta que en el siglo XVIII. Su fachada es sencilla, enmarcada por dos campanarios gemelos, pero su interior barroco tiene una rica decoración.
El techo está ocupado por pinturas de María Preti, aunque lo más impresionante es el suelo. Un encaje de mármoles de todos los colores que conforman las lápidas de las tumbas de los grandes maestres malteses y otros caballeros. La mayoría de las ocho “lenguas” que conforman la orden tenían capilla en la iglesia. La de Aragón, es sin duda, la más espléndida. Además cada una de las naciones tenía su albergue o residencia. El más impresionante de todos ellos es el de Castilla y León, actual sede del primer ministro. El de Aragón alberga dependencias administrativas, y el de Provenza es ahora Museo Nacional de Arqueología, con magnificas colecciones que documentan la rica historia de este encrucijada de caminos por donde pasaron desde fenicios y romanos hasta británicos sin olvidar la importante cultura megalítica local.
Otro edificio notable es el palacio del Gran Maestre, convertido en sede del Parlamento Nacional. En sus caballerizas se encuentra la Armería, con una completa muestra de armas y armaduras de los caballeros. Los fuertes de Sant Elmo, Sant Angelo y San Miguel son lugares a los que también hay que prestar atención. El primero lo utilizó el director Alan Parker como prisión turca para el “Expreso de medianoche”.
Monumentos aparte, La Valletta es una ciudad básicamente peatonal con mil lugares para descubrir, como las tranquilas calas de San Giljan y Pacevile, al norte, o el Café Crodina, verdadera institución local, con unos impresionantes frescos que decoran su techo abovedado. Sin ser el centro de casi nada, La Valletta tiene el privilegio de los grandes destinos urbanos: el viajero puede deambular por ella sin rumbo fijo con la seguridad de que siempre se hallará en un entorno magnifico.
Para los que dispongan de más tiempo, al sur de La Valletta se encuentran las tres ciudades fortificadas de Vittriosa, Senglea y Cospicua, conocidas por las Tres ciudades o Contonera, en honor del gran maestre mallorquín que construyó el sistema defensivo que las une. Constituyen un entramado de murallas, bahías, cúpulas y campanarios con grandes atractivos.
Para los que tengáis que apurar el calendario, las mejores celebraciones del mes de septiembre son el día 8 cuando la ciudad festeja a Nuestra Señora de la Victoria. Procesiones, desfiles, fuegos artificiales y verbenas aparte, el acto más notorio de la celebración es la regata que tiene lugar en aguas del Gran Puerto.
Entre los días 9 y el 16, el escenario se traslada al fuerte Sant Elmo, en la punta más extrema de la península. Entre sus muros tiene lugar “In Guardia” una mezcla de desfile militar y representación histórica.
Otro espectáculo de parecidas características “Alarme”, se celebra el 30 en aguas del Gran Puerto. Simultáneamente, se organiza una exhibición aérea en el aeropuerto internacional de Luqa a seis kilómetros de La Valletta.
En Adviento, como país católico, la Navidad es muy celebrada. No hay rincón donde no se reflejen las tradiciones de estas fechas.
Todas las iglesias tienen sus programas de eventos que abarcan desde la procesión de la Virgen María y San José hasta las corales de villancicos formadas por niños que pasean por sus calles.
Los "prespeju" (Belenes artesanales) están por todas partes y es una actividad para muchos isleños el pasarse horas visitándolos.
Uno de los platos fuertes de las navidades, es la comedia musical navideña que tiene lugar en el Teatro Manoel. Se trata de una combinación de bufonadas para niños y sátiras para adultos.
En cualquiera de las dos fechas no dejar pasar la oportunidad de una oferta asequible para varios días.
Por la vida, ilis
Perdonad por el retraso aunque, el que considere este destino podrá aprovechar el próximo septiembre o esperar a una nueva Navidad.
Dos son las fechas para visitarla, aunque no es posible hacerlo con nuestras ”furgo”
El mes de septiembre cuando tienen lugar sus fiestas más tradicionales, es el momento perfecto para visitarla.
Malta nos suena por los caballeros de la orden y, últimamente, por su negativa a recibir a las personas que huyen de la miseria de sus países de origen, y a veces acertamos a saber que se trata de un lugar perdido en el Mediterráneo. Para unos pocos, también por el halcón que como tributo paga por su cesión a perpetuidad. Sin embargo, esta pequeña isla a medio camino entre Sicilia y Túnez encierra una de las perlas de la viaja Europa: La Valletta.
A poco de construida, ya era considerada una obra maestra de planificación urbana y la mejor ciudad fortificada del mundo. Y es que La Valletta nació como resultado de un asedio: sus moradores, programados para la guerra, crearon un bastión inexpugnable y, ya puestos, una ciudad cómoda y bella.
La historia empezó en 1530, cuando nuestro Carlos I, V del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de Borgoña y archiduque de Austria, cedió a perpetuidad el archipiélago de (Malta, Gozo y Comino) a la Orden de los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén a cambio del pago de un halcón anual. La capital estaba entonces en Mdina, lejos de las peligrosas costas. Los religiosos armados se establecieron en las riberas del Gran Puerto, un fiordo que constituye el mejor embarcadero natural de Europa.
En 1565 los turcos atacaron a los hospitalarios en su nuevo refugio (ya lo habían hecho con éxito en Rodas). Fueron meses de dura lucha; cayó una de las fortalezas, la de Sant Elmo, pero las otras dos resistieron, y al final los asaltantes tuvieron que desistir. Los caballeros supervivieron en el que quizás fue el momento crucial de su historia, hasta el punto que aún lo celebran: el 8 de septiembre es Nuestra Señora de la Victoria. Siempre con un alto sentido de la economía, los malteses suman a estos actos la conmemoración de otras dos liberaciones: la capitulación francesa de 1800 y el fin del asedio germano-italiano de 1942.
Cuando los barcos turcos pusieron proa a levante tras su derrota, los caballeros decidieron que eso no podía repetirse. El gran maestre consiguió fondos de los poderes europeos y comenzó la construcción de una gran ciudad fortificada que fuese baluarte de la cristiandad, una ciudad construida por caballeros y para caballeros.
La Valletta fue la primera ciudad planificada de Europa. No se descuidó ningún detalle, empezando por el emplazamiento, junto al fuerte de Sant Elmo. Una línea de murallas y colosales bastiones de ocho kilómetros de longitud rodeaba el perímetro de la urbe; se construyó en sólo cinco años, por miedo a que los enemigos de “la recta fe” atacasen en cualquier momento. Las calles fueron dispuestas en parrilla para que pudiera circular la brisa marina; las casas debían tener la altura justa para proyectar sombra a las calles; un sistema de alcantarillado, por el cual fluía agua del mar dos veces al día, arrastrando la suciedad; las fachadas debían adornarse con esculturas…… Mucho de todo esto se conserva en la actualidad.
El resultado es una compacta urbe de un kilómetro de largo por seiscientos metros de ancho con palacios, iglesias y calles majestuosas, dentro de la sencillez de líneas característica de una orden religiosa. La calle mayor llamada de La República, domina el conjunto con precisión en un sistema rectilíneo con muchas escalinatas que descienden a los puertos. El entorno, siempre con el mar al principio y al final de las calles, añade valor estético a una ciudad que lo acumula sobradamente en si misma.
Lo más notorio son los grandes edificios como la concatedral de San Juan que fue la iglesia conventual de la orden hasta que en el siglo XVIII. Su fachada es sencilla, enmarcada por dos campanarios gemelos, pero su interior barroco tiene una rica decoración.
El techo está ocupado por pinturas de María Preti, aunque lo más impresionante es el suelo. Un encaje de mármoles de todos los colores que conforman las lápidas de las tumbas de los grandes maestres malteses y otros caballeros. La mayoría de las ocho “lenguas” que conforman la orden tenían capilla en la iglesia. La de Aragón, es sin duda, la más espléndida. Además cada una de las naciones tenía su albergue o residencia. El más impresionante de todos ellos es el de Castilla y León, actual sede del primer ministro. El de Aragón alberga dependencias administrativas, y el de Provenza es ahora Museo Nacional de Arqueología, con magnificas colecciones que documentan la rica historia de este encrucijada de caminos por donde pasaron desde fenicios y romanos hasta británicos sin olvidar la importante cultura megalítica local.
Otro edificio notable es el palacio del Gran Maestre, convertido en sede del Parlamento Nacional. En sus caballerizas se encuentra la Armería, con una completa muestra de armas y armaduras de los caballeros. Los fuertes de Sant Elmo, Sant Angelo y San Miguel son lugares a los que también hay que prestar atención. El primero lo utilizó el director Alan Parker como prisión turca para el “Expreso de medianoche”.
Monumentos aparte, La Valletta es una ciudad básicamente peatonal con mil lugares para descubrir, como las tranquilas calas de San Giljan y Pacevile, al norte, o el Café Crodina, verdadera institución local, con unos impresionantes frescos que decoran su techo abovedado. Sin ser el centro de casi nada, La Valletta tiene el privilegio de los grandes destinos urbanos: el viajero puede deambular por ella sin rumbo fijo con la seguridad de que siempre se hallará en un entorno magnifico.
Para los que dispongan de más tiempo, al sur de La Valletta se encuentran las tres ciudades fortificadas de Vittriosa, Senglea y Cospicua, conocidas por las Tres ciudades o Contonera, en honor del gran maestre mallorquín que construyó el sistema defensivo que las une. Constituyen un entramado de murallas, bahías, cúpulas y campanarios con grandes atractivos.
Para los que tengáis que apurar el calendario, las mejores celebraciones del mes de septiembre son el día 8 cuando la ciudad festeja a Nuestra Señora de la Victoria. Procesiones, desfiles, fuegos artificiales y verbenas aparte, el acto más notorio de la celebración es la regata que tiene lugar en aguas del Gran Puerto.
Entre los días 9 y el 16, el escenario se traslada al fuerte Sant Elmo, en la punta más extrema de la península. Entre sus muros tiene lugar “In Guardia” una mezcla de desfile militar y representación histórica.
Otro espectáculo de parecidas características “Alarme”, se celebra el 30 en aguas del Gran Puerto. Simultáneamente, se organiza una exhibición aérea en el aeropuerto internacional de Luqa a seis kilómetros de La Valletta.
En Adviento, como país católico, la Navidad es muy celebrada. No hay rincón donde no se reflejen las tradiciones de estas fechas.
Todas las iglesias tienen sus programas de eventos que abarcan desde la procesión de la Virgen María y San José hasta las corales de villancicos formadas por niños que pasean por sus calles.
Los "prespeju" (Belenes artesanales) están por todas partes y es una actividad para muchos isleños el pasarse horas visitándolos.
Uno de los platos fuertes de las navidades, es la comedia musical navideña que tiene lugar en el Teatro Manoel. Se trata de una combinación de bufonadas para niños y sátiras para adultos.
En cualquiera de las dos fechas no dejar pasar la oportunidad de una oferta asequible para varios días.
Por la vida, ilis
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