Si no tenéis prisa podéis visitar como curiosidad la península de Neringa. Para llegar se cruza en barcaza. Es una lengua de mar con dunas que recuerda enormemente a la costa de las Landas y termina en territorio Ruso. A nosotros nos gustó y paramos varios días a descansar. Ojo con los radares de pistola en esa tierra, están por todas partes.