Hola:
Como ya hemos mencionado hemos tenido una de las experiencias en el desierto de lo más duras que se puede vivir pero el resultado ha sido descubrir como las personas cuando la vida se le pone cuesta arriba el grupo humano se hace más fuerte.
Nuestra kasba era de lo más modesta pero llena de colorido y lo único que necesitábamos era sencillez, seguridad y agua, de todo eso nos colmaron.
Los guías que nos cuidaban eran tan cercanos que nos pidieron estar un día más entre ellos pero el tiempo en occidente nos pone límites en las relaciones humanas.
Nuestros animales eran tan dóciles que antes de montarles ya lloraban con solo pensar en la paliza que les esperaba y a la luz de la luna, seguro, que sus mentes no se separaban de la imagen de mi tamaño ¡uch! ¡uch!.
Cruzar la línea de círculo polar ártico fue una experiencia intensa pero cruzar la línea imaginaria de la tierra y el sol es otro modo de sentir que la vida merece la pena.
Y ya contaré la experiencia con Hassan/Vicente en la peregrinación por las carreteras marroquíes, los 200 Km. nocturnos que nos tuvimos que chupar, la llegada a Marrakech donde en lugar de llegar autocaravanas parecíamos una peregrinación de procesionaria, y en Casablanca que nos estaba esperando hasta el rey para ocupar nuestro sitio de pernocta.
Marruecos todo puedo suceder y como la ley de Murfi todo puede empeorar, es simplemente una aventura.
Estas fotos se la dedico a las personas que me acompañaron sin rechistar en esta aventura ¡chapo por estas personas! es un placer viajar con vosotros.
Un saludo cordial
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